VITORIA - El proyecto de presupuestos 2018 llegará a la votación de todos los grupos en el Pleno el próximo viernes día 22 después de constatar ayer el equipo de gobierno (PNV-PSE) la rotunda oposición de PP, EH Bildu, Podemos e Irabazi a dar el visto bueno a sus cuentas para el ejercicio venidero. Las cuatro formaciones aunaron sus fuerzas y votos para calificar como desfavorable el dictamen final con el que se dio carpetazo a la jornada final de una comisión de Hacienda que, tras más de once horas de estéril discusión entre lunes y martes, no sirvió para que ninguno de los partidos se moviera de sus planteamientos fijados como resultado del errado proceso negociador de las semanas precedentes.
guiño a eh bildu Hubo, sin embargo, un postrero y desesperado intento de jeltzales y socialistas para tratar de seducir a EH Bildu y lograr un cambio en el sentido de voto hacia la abstención o el apoyo a las cuentas dentro de ocho días. La teniente de alcalde y responsable de Hacienda, Itziar Gonzalo, evidenció desde que se reanudó la votación de las 92 enmiendas pendientes de análisis en la jornada de ayer, un sorprendente e inesperado volantazo en la estrategia de PNV y PSE. Un total de 20 de las 23 enmiendas presentadas por EH Bildu que restaban ayer por someter a votación, recibieron el respaldo del equipo de gobierno a lo largo de otras cinco horas de extensa y poco fructífera sesión, lo que llegó a provocar la perplejidad y asombro entre los propios representantes soberanistas.
Este cambio en el sentido del voto de los concejales del equipo de Gorka Urtaran resultó contradictorio, después de haber asistido en la sesión del lunes al rechazo total de las 27 enmiendas presentadas por la formación que encabeza Miren Larrion. Ni una sola de sus aportaciones fue tenida en cuenta en la cita de hace 48 horas, mientras la situación fue radicalmente opuesta ayer. De esta manera, jeltzales y socialistas dieron el visto bueno a las nuevas partidas que se añadían a cuestiones, entre otras, como la ampliación de la red de bidegorris, el estudio a la solución en la ronda sur, la movilidad en el eje este-oeste, el soterramiento en América Latina, inversiones en los campos deportivos, mercado de mayoristas, plan de energías renovables y la lucha contra el cambio climático. Las concesiones del equipo de gobierno llegaron incluso a respaldar un incremento de 1,5 millones de euros en el programa Vitoria-Gasteiz Hobetuz y contemplar a lo largo del año que viene un total de tres millones de euros, como siempre ha defendido EH Bildu, en lugar de destinar la mitad de ese global como aboga Urtaran. Significativa fue esta partida añadida por EH Bildu que supondría “detraer esa cantidad de un proyecto como Bost Enparantza y que afectaría a una reforma como la de la plaza Santa Bárbara”, explicaron en pleno debate.
El desarrollo de la sesión fue caldeándose ante la inexplicable deriva de las votaciones. Desde las filas populares fue Manu Uriarte el primero en alzar la voz para denunciar la “comedia y tomadura de pelo” en la que discurrió la jornada de ayer de la comisión al avanzar hacia la configuración de un “Presupuesto esperpéntico con partidas de financiación ficticias que no se van a poder ejecutar al aumentar los gastos sin contar con la correspondiente cobertura de ingresos”, concretó el experto en cuestiones económicas de los conservadores. En términos similares se pronunciaron también los ediles de EH Bildu sorprendidos por la “lamentable imagen del equipo de gobierno. Esta situación es ridícula y una majadería. Parece que a ustedes no les dan vergüenza estas contradicciones”, reprochó Ane Aristi. Encontró respuesta en palabras de la socialista y responsable de Cultura, Estíbaliz Canto, que mostró su extrañeza “al ver que alguien a quien le aprobamos una enmienda lo considera una majadería”, espetó.
Con argumentos más reposados y lanzando guiños hacia un futuro entendimiento terció Itziar Gonzalo aludiendo a la “posibilidad de alcanzar un acuerdo hasta el día 22”, repitió incesantemente, al tiempo que recordó la posibilidad que ofrece el reglamento de “presentar enmiendas transadas en el Pleno” para compensar la financiación de las enmiendas aceptadas y que afecta al capítulo de ingresos de la confección final del Presupuesto.
VOTACIÓN FINAL Después de una atípica jornada de debate se procedió a la votación final del dictamen que se presentará en el Pleno del día 22. Volvieron a repetirse los argumentos lanzados en las dos jornadas. “Súmense a aportar y transformar y dejen de hablar. Digan claro que quieren castigar a la ciudad y que no quieren pactar”, exhortó la responsable de Hacienda. Encontró la dura respuesta en todos los portavoces municipales y demoledora fue la intervención de la responsable de EH Bildu, Miren Larrion. “Lo que ha cambiado de un día para otro es que el lunes por la tarde hubo reunión en Sabin Etxea de Bilbao”, recriminó aludiendo al “circo y cambalache” como calificó el repentino y sorpresivo cambio de actitud del PNV.
Por parte del PP correspondió a Uriarte argumentar el voto negativo de su formación y recriminar al equipo de gobierno “sentirse cómodos con la prórroga presupuestaria y buscar la cuestión de confianza de nuevo”, al tiempo que señaló la actitud de “intentar culpar a todos de su fracaso por no haber llegado a ningún acuerdo”, enfatizó. Por su parte, desde Podemos, Jorge Hinojal lamentó el “esperpento en el que se ha convertido el debate. Los deberes se hacen cuando toca y cuando ya es tarde, al menos, hay que actuar con coherencia”. Irabazi recriminó “no saber negociar y limitarse a poner excusas al fracaso con un espectáculo bochornoso en esta comisión”, concluyó.
212 enmiendas, 42 aprobadas. La doble sesión de la comisión de Hacienda deparó once horas y cuarto de debate para analizar las 212 enmiendas presentadas por los grupos. Con el visto bueno masivo de las correspondientes a EH Bildu de ayer, la cifra final de aprobaciones se elevó hasta las 42. Casi la mitad de esa cifra correspondieron a las de la formación abertzale y otra docena de Podemos. Sin embargo, el incierto futuro del proyecto presupuestario hace que sean casi imposibles de ejecutar en 2018.