VITORIA - El largo puente y las jornadas festivas llenan las calles de la ciudad de turistas dispuestos a recabar información sobre los múltiples lugares y encantos que esconde la capital y el resto del territorio. En las ediciones más recientes de cualquier guía turística o mapa, así como en las modernas aplicaciones para los teléfonos móviles inteligentes, figuran como punto de destino los soportales de la Plaza Nueva que dan cobijo a la oficina de turismo. Desde hace seis años se concentran en esos 180 metros cuadrados, la atención personalizada a los, cada vez más numerosos visitantes, que llegan a descubrir la ciudad. Desde abril del año 2011 en que la información turística tomó las antiguas dependencias del servicio de Atención Ciudadana del Ayuntamiento, es la quinta ubicación que tiene esta oficina después de haber desplegado su actividad desde otros puntos de Gasteiz como la caseta de piedra en el parque de La Florida, bajo el amparo del Gobierno Vasco. Ha tenido variados y más modernos emplazamientos como una esquina del Palacio Europa, los bajos del antiguo edificio de Hacienda en la calle Dato o la penúltima ubicación en la plaza General Loma y desde la que saltó a los bajos del Ayuntamiento.
Los años transcurridos de este siglo, reflejan el carácter itinerante de esta oficina que no acaba de asentarse de manera definitiva en un punto fijo. Los turistas que recorren las calles y paladean los pintxos y caldos estas jornadas se mantienen ajenos a la enésima refriega política entre los grupos municipales y que ha escogido a la oficina de turismo y su emplazamiento como caballo de batalla sobre las posibles utilidades que puede tener el edificio de la desaparecida gasolinera Goya
ROSARIO DE SEDES El turismo y todas sus derivadas ha ido creciendo y cobrando protagonismo, al igual que el espacio dedicado a ofrecer información a los visitantes que ha ido aumentando una década tras otra. Muchos serán los gasteiztarras que tengan el recuerdo de la caseta de piedra, ubicada en el parque de La Florida. En una ciudad de configuración muy diferente a la actual ese punto era hace muchas décadas punto de paso obligatorio cuando la antigua N-1 atravesaba por el corazón de la capital. Los asuntos turísticos dependían del Ministerio de Información y Turismo y después, con la transferencia de las competencias, pasó a manejar el Gobierno Vasco, desde la década de los ochenta del pasado siglo. Ese punto se mantuvo abierto hasta el comienzo de este nuevo milenio, aunque de manera paralela, el Ayuntamiento de Vitoria empezó a desarrollar su propia estrategia turística.
Fueron años en los que se mantuvo abierto su mostrador en una esquina del Palacio Europa de la Avenida de Gasteiz, como manera de impresionar a unos escasos y poco habituales turistas. Era un Europa de una configuración diferente al actual, pero ya situando a Vitoria como punto de celebración de los diferentes congresos y eventos en una nueva vía del turismo de negocios que estaba sin explotar. Desde esa esquina del edificio, cercana a la calle Chile, se mantuvo las puerta abierta entre los años 1992 a 1998. De una manera muy lenta, el peso de esta actividad empezó a ganar importancia y se optó por prestar ese servicio desde una ubicación más céntrica. Nada mejor que trasladarlo a la calle más reconocida de Gasteiz y destinar para ello la parte baja de lo que fue el edificio de Hacienda, en la calle Dato haciendo esquina con General Álava. Fue un breve periodo de tiempo, entre los años 1998 y 2002, con cambio de siglo incluido. La ubicación no ofrecía condiciones idóneas como ventana que se abriera a los visitantes de la ciudad, con unas instalaciones reducidas y mezcladas con los vitorianos que acudían a realizar sus gestiones al fisco.
La presencia de turistas empezó a ser más habitual y dejó de sorprender a los vitorianos ver paseando por las calles gentes llegadas de otros lugares plano en ristre. De esta manera, se decidió trasladar la oficina a un cuarto emplazamiento como la plaza del General Loma. El salto fue a un recinto de 400 metros cuadrados, en dos plantas. Supuso también un fuerte desembolso para las arcas municipales, con un oneroso alquiler anual de 105.000 euros durante nueve ejercicios.
Ubicación itinerante. Este recurso, imprescindible para la captación de nuevos visitantes y para el posicionamiento del sector turístico de la capital alavesa, ha pasado por cinco emplazamientos desde hace más de tres décadas. En la última legislatura se ha vuelto a abrir el debate sobre la conveniencia de buscar un nuevo emplazamiento.
Crecimiento continuo. Las cifras de viajeros llegaron en 2016 a las 284.889 entradas, mejorando los datos de 278.392 que hubo en el ejercicio previo. Cada año, el peso del turismo se hace más evidente en Vitoria.
el año
2011
En la Plaza Nueva. Desde abril de hace seis años y medio la oficina está en los bajos del Ayuntamiento ofreciendo información.