GASTEIZ. Según el escrito de acusación, los primeros episodios de acoso se remontan a 2007, cuando el hombre "con el fin de satisfacer su deseo sexual, comenzó a buscar de forma reiterada la cercanía física" con su colega.
Así, "aprovechaba las ocasiones en las que no había otros compañeros cerca para rozar, tocar el pelo, brazos, piernas, darle palmaditas, apretones... llegando incluso a tocarle el culo a principios de 2015", lo que causó en la víctima "un estado de temor y angustia".
El acusado también le enviaba vía Whasapp "mensajes con clara connotación sexual, alusivos a su aspecto físico, modo de vestir, le pedía besos". La mujer le solicitó en varias ocasiones que parara y "llegó a bloquearle" en esta aplicación, pero entonces él empezó a mandarle los mensajes por SMS.
El acoso y abuso a las alumnas, de 17 y 21 años cuando ocurrieron los hechos, tuvieron lugar en el curso 2015-2016. En el caso de la menor de edad el acusado empezó a remitirle "mensajes a diario con connotaciones e insinuaciones de carácter sexual y que claramente excedían del admisible en la una relación profesor-alumna, del tipo 'ojazos' o 'ese culito'". La joven también lo bloqueó en el Whasapp.
Además, el hombre "con ánimo libidinoso efectuó tocamientos en culo y pecho a la menor", lo que le causó un "profundo desasosiego" y la llevó a dejar de asistir a sus clases.
En el caso de la alumna de 21 años el docente buscaba "proximidad física" para "con ánimo libidinoso hacerle comentarios e insinuaciones de carácter sexual, solicitarle besos" y también para "hacerle tocamientos, palmaditas, roces deliberados, guiños y contactos físicos innecesarios en la pierna o cintura".
El fiscal relata un episodio concreto que sufrió esta joven y que considera un delito de agresión sexual. Los hechos ocurrieron en enero del año pasado cuando ambos se encontraron en un pasillo y él le propuso hacer una carrera.
Súbitamente "la arrinconó contra una pared y con el pretexto de hacerle cosquillas, le inmovilizó los brazos y con ánimo libidinoso empezó a tocarle el cuerpo".
La alumna gritó y una compañera salió al pasillo. En ese momento el acusado la soltó y ella se refugió en un aula, pero él fue tras ella y "la arrinconó diciendo que no se iba a escapar tan fácilmente, que le iba a hacer cosquillas".
Entonces "le desabrochó el abrigo, trató de subirle el jersey y le intentó tocar por dentro de la camiseta hasta que al pedir auxilió el acusado paró".
El fiscal le acusa de tres de delitos de abuso sexual continuado, de dos de acoso (a ambas alumnas) y de uno de agresión sexual a esta última joven, por los que pide un total de 16 años y medio de cárcel.
El Ministerio Público reclama que el acusado y el Departamento de Educación del Gobierno vasco como responsable civil subsidiario indemnicen con 2.000 euros a la compañera de trabajo, con otros 2.000 a la alumna menor de edad y con 3.000 a la que sufrió la agresión sexual.
Se solicita asimismo que una vez cumplida la pena de cárcel permanezca 8 años en libertad vigilada.