vitoria - Arreglo de la carretera sí y urgente, pero no sin incluir modificaciones en el proyecto sobre la mesa. Ésa es la conclusión que, a grandes rasgos, se puede extraer de la Comisión de Infraestructuras Viarias y Movilidad celebrada ayer en las Juntas Generales de Álava para tratar en exclusiva el enquistado proyecto de mejora del trazado de la A-625 entre Orduña y Amurrio. Uno de los principales puntos negros de la red viaria alavesa que, a la misma hora que comenzaba esta sesión, registró un nuevo accidente cuando un coche de marca Peugeot 205 volcó, resultando herida leve su conductora que se dirigía desde Orduña a la empresa Megatech en Amurrio.

En la comisión celebrada a solicitud de Iñaki Ullibarri, de EH Bildu, comparecieron todas las poblaciones afectadas por el vial. Desde Idoia Aginako, alcaldesa de Orduña, y los representantes de las cuatro aldeas del Valle de Arrastaria (Delika, Artomaña, Tertanga y Aloria), pasando por la alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, hasta los portavoces de las juntas administrativas más directamente implicadas: Lekamaña y Saratxo.

Lourdes Cuadra, como presidenta de esta última, lo dejó claro: “nuestro futuro sigue en el aire. Llevamos desde 2014 diciendo que se cambie el proyecto para poder alcanzar un consenso y aquí no se ha modificado nada o, al menos, nosotros no lo apreciamos”. Por su parte, Izaskun Aldama, en nombre de Lekamaña, que hasta principios de verano no ha tenido información oficial alguna de un tema que le afecta de lleno, aseguró que “todas las alternativas que hemos planteado nos han sido rebatidas con argumentos técnicos que no podemos corroborar, pero sí sabemos que el proyecto nos perjudica porque tendremos que retroceder 1,5 kilómetros por la actual y vieja carretera para enlazar con la nueva en dirección a Orduña, en vez de los 600 metros que tenemos ahora”.

Asimismo, Lekamaña puso sobre la mesa su preocupación por quién se encargará del mantenimiento y limpieza del viejo vial, al tiempo que consideró “sobredimensionado” el nuevo trazado. “Irá paralelo a la vía del tren, con cuatro puentes y dos macrorotondas, y está cifrado en más de veinte millones de euros, para un tramo con un tránsito de 6.000 vehículos diarios”, resumió.

La alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, también advirtió de que, de no modificarse el proyecto, “no lo respaldaremos, ya que no se puede construir a cualquier precio”. Aginako subrayó la necesidad de la nueva carretera que tiene Orduña y rogó la puesta en marcha de un proyecto que respete criterios de sostenibilidad, pero sobre todo, los de seguridad. Los representantes de Delika, Artomaña, Tertanga y Aloria, geográficamente más cercanos a Orduña, pese a depender de Amurrio, también fueron de la opinión de la alcaldesa vizcaína. “Tenemos una dependencia absoluta para papeleos administrativos, educación, sanidad, trabajo o compras de esa carretera. Si Orduña fuera Álava, este problema estaba arreglado hace tiempo”, lamentaron.

El diputado general de Álava, Ramiro González, en su visita a Amurrio del lunes aseguró que el compromiso adquirido por el ente foral en el pleno de Tierras Esparsas en torno a este proyecto se mantiene. El máximo dignatario alavés, apuntó que, de momento, “estamos en la fase de reestudiar el proyecto con los diferentes agentes de la zona, en un intento por equilibrar que técnicamente sea viable y socialmente aceptado, de cara a realizar la obra cuanto antes”.

1,5

Kilómetros tendrán que retroceder con el actual proyecto los afectados para enlazar con la nueva en dirección a Orduña, en lugar de los 600 metros que tienen a día de hoy. Por eso, Izaskun Aldama, desde Lekamaña, considera que les perjudica.