Vitoria - En menos de dos meses dos conductores de Vitoria han pasado por el trance de ver cómo estaban a punto de precipitarse por la escalinata que conecta la plaza de Villa Suso con la del Machete. El primer caso de este tipo se registró a finales de agosto, por culpa de las indicaciones erróneas de un navegador GPS, mientras que el segundo suceso tuvo lugar ayer, pasadas las 8.30 horas, cuando un conductor estuvo a punto de caer por las escaleras con su turismo, tras seguir las direcciones de un ciudadano cuando al circular por el Campillo buscaba cómo llegar hasta la calle Olaguíbel. Por esta razón, el Ayuntamiento de Gasteiz ha decidido mejorar la señalización para evitar que conductores despistados se cuelen en este punto de Villa Suso.
Según explican fuentes municipales, la propia guardia urbana se encargará de elaborar un informe para la mejora de la señalización en esta zona con el fin de evitar situaciones similares vividas a la de ayer, cuando efectivos de la Policía Local y Bomberos tuvieron que montar un dispositivo especial para rescatar al coche siniestrado. En concreto, las labores consistieron en instalar unos listones de madera para posteriormente impulsar el vehículo con un sistema de aire para poder incorporarlo de nuevo a la carretera.
reforma Calle San ignacio Por otro lado, el gabinete Urtaran también anunció ayer que acometerá la reforma de la calle San Ignacio de Loyola con el objetivo de ampliar sus aceras para mejorar el tránsito peatonal por la zona, incluir un bidegorri y minimizar la congestión de tráfico en horas punta. Es por ello que la Junta de Gobierno Local adjudicó durante la pasada jornada los trabajos a la empresa Yarritu S.A., que llevará a cabo las obras por 1.424.106,12 euros y un plazo de ejecución de seis meses.
“Queremos, modernizar el espacio, hacerlo más agradable y mejorar el tránsito peatonal de la zona. Actualmente, la calle cuenta con aceras muy estrechas y cuando los autobuses realizan su parada se producen situaciones de caos e inseguridad. Al ensanchar las aceras, la calle ganará amplitud para las personas que la recorran a pie y en bicicleta. El hecho de contar con dos centros de formación en el entorno también nos parece importante”, especificó el alcalde, Gorka Urtaran.
Actualmente, esta vía de aproximadamente 230 metros de largo cuenta con importantes problemas de accesibilidad y un aspecto verdaderamente envejecido. El pavimento de la calle San Ignacio de Loyola, de la misma forma, se encuentra en mal estado: cuenta con parches, blandones localizados y fisuras. Por otra parte, las aceras cuentan con 2,50 metros de ancho y la existencia de árboles en ambas dificulta su sección útil.
Mediante esta intervención planteada por los vecinos de la zona, el Ayuntamiento acometerá una importante redistribución de los espacios. Uno de los aspectos a mejorar es que se eliminarán las plazas de aparcamiento a ambos lados de la calzada, a excepción de las destinadas para la carga y descarga. También se mantendrán dos para personas con movilidad reducida y varias paradas de estacionamiento de 15 minutos.
También se retirarán del lugar dos alineaciones de árboles, muy próximas a la fachada, y se retranqueará uno de los laterales del parterre del parque del Norte para ganar espacio. Gracias a todas estas actuaciones se logrará espacio para ensanchar las aceras hasta los cuatro metros de ancho, lo que hará posible un bidegorri en una de ellas.