Vitoria. Al margen de algún cambio técnico de última hora, la decisión tomada por el Gobierno local (formado por PNV y PSE) abre la puerta al regreso de las corridas de toros en el coso del Iradier Arena con las mismas condiciones que a finales de 2016 las empresas consideraron "inasumibles", lo que dejó el concurso desierto.

Tras el anuncio esta semana del alcalde Gorka Urtaran (PNV) de su intención de licitar de nuevo este evento para no dejar fuera a las empresas interesadas y dispuestas a asumir todos los gastos, el Departamento de Cultura trabaja ya en la preparación de este concurso público.

Un trámite que el equipo de gobierno desea realizar "en el menor plazo posible", por lo que es previsible que no se demore en el tiempo, ya que habitualmente se sacan estos pliegos en octubre o noviembre, aunque las fuentes consultadas no concretan una fecha límite.

La decisión de retomar este proceso tras la ausencia de corridas de toros en las pasadas fiestas de Vitoria parte de la voluntad del Gabinete de Urtaran de demostrar que "el Ayuntamiento no veta los toros", explican desde el Gobierno.

"Al término de las fiestas de La Blanca aún había una parte de la sociedad que decía que este Gobierno vetó la tauromaquia, cuando no es verdad. El concurso se quedó desierto por las pérdidas de años anteriores en las ferias taurinas", agregan.

Estas mismas fuentes aseguran que "no existe discrepancia entre PNV y PSE" -socios de gobierno- a pesar de que tras las fiestas la concejala de Cultura, la socialista Estíbaliz Canto, abogó por no sacar de nuevo a concurso la organización de corridas de toros.

"Al terminar el verano se contemplaban dos opciones: volver a sacar el pliego de la tauromaquia para ver si queda desierto o no; o sacar un concurso abierto a que las empresas ofrezcan distintos espectáculos, lo que tampoco veta los toros", repasan desde el equipo de gobierno.

La elección de la primera "deja más claro que este Gobierno no veta los toros, por lo que se presentará un pliego de condiciones con el mismo contenido del último, que quedó desierto, y que salvo por dos diferencias es idéntico al que sacó en su día el PP", agregan.

La primera es que el empresario debe asumir el coste de la arena del coso, algo por lo que el Ayuntamiento antes abonaba 30.000 euros "pero que un empresario puede negociar mediante patrocinios y le sale más barato", y la segunda es una reducción del canon que debe pagar la empresa al Consistorio por el uso del Iradier Arena.

A pesar de ello, desde el Gobierno apuntan a la "baja rentabilidad de estos festejos", con una bajada de espectadores en 6 años de 56.000 a 22.000, lo que supuso para el último gestor un déficit de 160.000 euros en 2 años.

"Se va a mantener la postura de no subvencionar con dinero público la feria taurina, pero no se prohíbe nada", añaden desde el Ayuntamiento. "Esto es algo que están haciendo ahora todos los municipios", recuerdan.