vitoria - La posibilidad de tener descuentos a la hora de rehabilitar su casa, gracias a las ayudas europeas, es “una gran oportunidad”, como propietaria y ciudadana que es. Sin embargo, la administradora de una comunidad de vecinos de la calle Badaia ha visto “saltar” un “punto negro” mientras preparaba una reunión para decidir si su edificio se adhiere o no al pionero proyecto SmartEnCity, para revitalizar energéticamente 1.313 viviendas del barrio de Coronación. En esta ocasión, se trata de la gestión de los cobros de las facturas de suministro mensual de la red de biomasa, lo que traducido para el bloque que Marian Gainzarain, es “la gestión de la morosidad en la red de calor”.
Según explica Gainzarain, es en la comunidad en la que cae la responsabilidad de que cada vecino pague su parte proporcional al suministro proveniente de esta caldera, que se pretende soterrar bajo el parking de Aldabe, y que pretende hacer mucho más eficiente la calefacción, tanto a través de la reducción de la factura como de la emisión de CO2. “Ello significa que, si alguien no paga, los demás vecinos deben hacerse cargo de la deuda del moroso y será la comunidad la que tenga que reclamar las cantidades deudoras y meterse en los litigios que correspondan”. Un conflicto que “no tiene sentido”, a juicio de esta administradora, y menos en comunidades como las de este viejo barrio, “pequeñas, como la nuestra, de doce vecinos, con la mitad de ellos mayores, y cómo para decirles que cuando les toque ser administradores tienen que asumir esto porque para ellos, aparte del desembolso inicial que supone, aunque cuenta con subvenciones, sumarse a este proyecto, sería un peso más, una alta implicación aparte del gasto que supone”.
costes de gestión Por esta razón, Gainzarain decidió ponerse en contacto con el Gobierno Vasco, a través de Visesa, una de los promotores de este proyecto, junto al Ayuntamiento de Vitoria y Giroa. “En junio nos dijeron que ellos asumirían esta gestión a cambio de cinco euros al mes por vecino. Una propuesta que nos pareció impresentable. Y en la última comunicación nos proponen que el coste de esta gestión sea de dos euros al mes y por vecino, lo que nos sigue pareciendo un abuso”, añade Gainzarain para quien la solución ideal sería tan fácil como copiar el modelo actual a la hora de cobrar el agua en Amvisa, “con factura directa al vecino de la empresa que suministra”.
En octubre, este portal decidirá si se suma a este proyecto, que necesita de 750 viviendas para hacer viable la biomasa y que antes del 30 de noviembre tiene que dar a conocer su postura. “Espero que cambien el planteamiento para que todos los que queremos mejorar la ciudad, nuestros barrios y nuestra calidad de vida, podamos defenderlo sin ningún punto negro y con el convencimiento que se merece”, desea esta administradora de Badaia.
Las dudas. Para una comunidad de propietarios de la calle Badaia, la gestión del cobro de la factura mensual del suministro de la red de calor, del proyecto de revitalización del barrio de Coronación, es un “punto negro”. En su opinión, la responsabilidad del cobro de las facturas recae en la comunidad. “Ello significa que si alguien no paga, los demás vecinos deben hacerse cargo de la deuda del moroso”, opina la administradora de una comunidad de propietarios de la calle Badaia, Marian Gainzarain.
La solución. Ante esta queja, los responsables del proyecto, les dijeron que asumirían esta gestión, primero a cambio de cinco euros para luego pasar a ser de dos euros. Una propuesta que para esta comunidad es “impresentable”. Su solución ideal es girar la factura a cada vecino.
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Euros. Son los gastos de gestión a cada vecino a cambio de que los responsables del proyecto asuman la responsabilidad del cobro de la red de calor.