amurrio - El yacimiento romano de Elexazar en Amurrio va camino de convertirse en el nuevo reclamo turístico del Valle de Ayala y, por consiguiente, de Álava. Y es que, tanto la Diputación Foral de Álava, como el Ayuntamiento de Amurrio han apostado por consolidar sus estructuras para su preservación y puesta en valor como sitio arqueológico, con el propósito de hacerlo accesible a visitas y que, tanto vecinos como foráneos, puedan obtener información y conocimiento del mismo. “Su perímetro esta vallado y faltan de colocar los carteles informativos, pero el próximo 24 de este mes habrá una visita guiada, enmarcada en las Jornadas Europeas de Patrimonio que, por primera vez, le toca organizar a nuestro ente foral”, adelanta el investigador local responsable de la intervención arqueológica, Juanjo Hidalgo. De momento, se llevan realizadas siete campañas en este paraje situado a 550 metros de altitud, que fue hallado en 2009 dentro de un espacio forestal público de media montaña, y que despierta muchas incógnitas porque no hay ninguno así en toda la vertiente cantábrica. “Creemos que estamos ante un vicus o vico. Una aldea rural creada por los romanos en altura, de las que se sabe muy poco, y por ello su importancia. Pero qué hacían aquí, en qué trabajaban y por qué, son preguntas aún sin respuesta”, describe Hidalgo que, no obstante, está satisfecho con lo adelantado este verano ya que “permitirá que el año próximo vengamos directos al grano”.

No en vano, han dado con un muro de 16 metros de largo que enlaza lo que se pensaba eran diferentes construcciones y que habla de un urbanismo en torno a una plaza que, “lejos de resultar poco atractiva, ahora resulta mucho más interesante porque es el centro neurálgico del poblado”, relata Hidalgo. Y es que, éste ya se esta relamiendo ante la posibilidad de que en el subsuelo aparezca “una especie de basurero o zona en la que se tiran cosas, tales como cerámica u objetos que se rompen” que pueden resultar de gran valor para avanzar en el estudio de este poblado que, en base a lo hallado hasta ahora, estuvo habitado desde finales del siglo I hasta el año 235-240 de nuestra era y formó parte de la demarcación administrativa del Imperio romano conocida como Autrigona.

Algunas de sus estructuras están ya al descubierto. Tres de ellas muy potentes y bien determinadas y, en torno a ellas, un urbanismo y un centro de producción “no sabemos aún si de ganado o de qué”, matiza el director de los trabajos, que estima que hay labor como para otras dos campañas, por lo menos, ya que aún faltan de salir a la luz asuntos tales como el sistema por el que se surtían de agua, por poner un ejemplo. “Hay que imaginar que es un puzzle de unas cinco mil piezas de las que se han conservado 150, y con ellas nos tenemos que hacer idea de cómo era el conjunto”, esgrime, quien quiere dar las gracias a la veintena larga de voluntarios que han estado arrimando el hombro este verano a pesar de la escasez de hallazgos.

Pobre, pero importante Y es que, salvo el ara taurobolio descubierta en 2013 y ya expuesta en el Museo Bibat de Vitoria, que demuestra que el yacimiento desempeñó una función espiritual y religiosa, Elexazar es lo que se denomina un yacimiento pobre en cuanto a materiales que den pistas sobre su actividad, ya que solo se han hallado piezas de cerámica (ollas de pasta grueso con marcas de alfarero), algún que otro elemento metálico y dos monedas de los emperadores Alejandro Severo y Gordiano III, que dan una cronología situada en la primera mitad del siglo III.

piezas. Se han conservado, de un puzzle de unas cinco mil, según atesora el experto, y añade que se trata de un yacimiento pobre, pero importante.

metros. Tiene de largo el muro que se ha descubierto, un ejemplo de un urbanismo en torno a una plaza, un hallazgo interesante porque es el centro neurálgico.