artziniega - Iba a clausurarse el pasado día 20, pero por petición popular la exposición de grabados en cuernos, conchas, caracolas y cobre del artesano ayalés Juan Antonio Alaña permanecerá en la sala de exposiciones temporales del Museo Etnográfico de Artziniega hasta el 17 de septiembre. Es decir, hasta un día después de la celebración del famoso mercado medieval que acogerá este municipio por vigésimo año.

Desde el pasado 30 de junio el espacio muestra una selección de las más de 200 creaciones que atesora Alaña. No en vano, es un colaborador habitual del citado mercado de antaño, donde invierte la jornada animando las calles con el sonido penetrante del cuerno y explicando al personal el largo proceso manual que implica cada pieza.

En plena era de las tecnologías móviles, Alaña trata de reeditar lo escrito por Estrabón sobre las Vascongadas hace ya dos mil años, cuando este instrumento aerófono era uno de los pocos medios de comunicación con los que contaba la humanidad, sobre todo para llamadas de auxilio.

Alaña explica que “el sonido del cuerno puede llegar a escucharse a quince kilómetros en zona de valles y por eso, en Ayala, por ejemplo, la gente se comunicaba mucho mediante toques de cuerno hasta que llegaron las campanas en el siglo XVII. De hecho, en el pueblo de Madaria tenían un código para pedir cosas desde la sierra, que ha sido conservado por la familia Albizua como un tesoro”. Este artesano del barrio Aretxabala de Menagarai en Ayala es hoy por hoy una auténtica eminencia en la materia, ya que lleva desde 1973 investigando todo lo referente a este ancestral instrumento.

“Los cuernos son de vacas, bueyes y toros de la raza barrosa y los consigo en Galicia o Portugal, porque aquí ya no existe ganado con este tipo de cornamenta. No los vendo, porque no tienen precio. Acabar uno desde su vaciado, pasando por la dificultosa creación de la boquilla, hasta su grabación a fuego puede llevar en torno a 80 ó 100 horas, así que prefiero regalarlos. Los tengo esparcidos por el mundo, como el que dejé en la Euskal Etxea de Shangai con la nana Haurtxo txikia serigrafiada en euskera”, apunta. - A. O. / Foto: A.O.