vitoria - Nueva oleada de robos en viviendas y comercios de Vitoria, una epidemia delictiva que parece afectar a la capital alavesa de forma cíclica. Aprovechando la tradicional tranquilidad que ofrece la ciudad después de las fiestas de La Blanca, dos grupos de ladrones han hecho su particular agosto a finales de la semana pasada asaltando una treintena de domicilios particulares salpicados por diferentes barrios de la ciudad y diversos comercios de la zona de Abendaño. Según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA a través de fuentes policiales, la Ertzaintza sospecha que los autores de los asaltos a las viviendas pertenecen a una banda organizada de Europa del Este, mientras que los responsables de los robos en los comercios, cometidos con un modus operandi mucho más rudimentario, serían jóvenes de origen magrebí.
Tal y como señalaron las mismas fuentes, el grupo organizado que se encuentra actualmente bajo el punto de mira de la Policía autonómica no tendría nada que ver con la banda que desmanteló hace ya una semana, cuyos miembros eran de origen búlgaro y cuyos métodos delictivos no guardan relación con los aplicados en los actuales atracos.
Esta nueva ola de robos se llevó a cabo entre los días 10 y 13 de agosto. En primer lugar, los correspondientes a las viviendas se ejecutaron al parecer mediante la técnica del sacacorchos, es decir, empleando algún tipo de extractor de cilindros de cerraduras. Un método que no requiere de violencia y que resulta lo suficientemente profesional como para concluir que sus artífices pertenecen a un grupo bien organizado y muy probablemente originario del este europeo. Los cerca de 30 domicilios atracados en menos de cuatro días se ubican en la calle José Mardones, la zona de Independencia, el área de los pintores en San Martín y aledaños, Voluntaria Entrega, Gorbea y Abendaño.
Aunque la Ertzaintza ha iniciado la correspondiente investigación para hallar a los culpables de los asaltos y en las últimas horas ha obtenido pistas para poder identificarles, la rapidez será un elemento clave dada la forma de actuar de estos grupos. Se trata de bandas itinerantes, con un elevado nivel de movilidad. Fijan sus objetivos, ejecutan los robos durante unos días y es habitual que, acto seguido, abandonen el territorio en el que operan. Este año la Policía autonómica ha reforzado la vigilancia de los potenciales objetivos de las bandas especializadas en robos en viviendas durante el verano para evitar que se produjeran situaciones similares a las vividas el año pasado en Vitoria.
En el caso de los atracos a comercios, la Ertzaintza ha tenido claro desde el primer momento que los autores pertenecen a un grupo bien distinto. Los ladrones han empleado mazas para destrozar los accesos o romper los cristales de varios negocios situados a pie de calle en la zona de Abendaño. Fuerza bruta muy alejada de los métodos refinados para entrar en los locales, saquear todo lo posible y darse a la fuga en cuestión de minutos. Las sospechas policiales apuntan en esta ocasión a un grupo de menores magrebíes.
nueva oleada A diferencia del año pasado, en el que los robos en viviendas se centraron en los meses de mayo y junio, en esta ocasión los especialistas en desvalijar viviendas han aguardado hasta agosto para visitar Vitoria. Si en 2016 fueron los atracadores profesionales georgianos los encargados de encender todas las alarmas -los agentes de la Policía autonómica llegaron a manejar un listado de 20 profesionales de esta nacionalidad-, un año después han sido los asaltantes búlgaros los primeros en caer bajo la presión de la Ertzaintza.
Los detenidos durante la celebración de La Blanca eran “más finos” que los integrantes de la banda que ahora persigue la Policía autonómica, ya que accedían al interior de los pisos empleando ganzúas o láminas flexibles de plástico. Antes de iniciar el asalto, comprobaban que las casas estaban vacías por medio de “marcadores” que colocaban previamente en los marcos de las puertas. Si la “marca” que habían instalado seguía en su lugar, nadie había abierto la puerta en días y tenían el terreno despejado para vaciar los domicilios.
Durante la madrugada del 5 de agosto, los agentes que formaban parte de un dispositivo preventivo desplegado en la capital alavesa observaron a dos varones sospechosos junto a unos portales en la calle Gorbea. Comprobaron que un vecino les abría la puerta con el portero automático y les siguieron hasta la última planta del inmueble. Al descubrir que les perseguían, uno de ellos arrojó un paquete de tabaco a una maceta. Según se confirmó posteriormente, éste contenía pequeños marcadores de madera idénticos a los encontrados en varios pisos de la zona, en uno de los cuales se había cometido un robo.
Los atracadores, de nacionalidad búlgara, portaban además linternas, tarjetas de plástico y fajos de billetes, tanto euros como dólares americanos. Varias de las tarjetas estaban curvadas, por lo que era muy probable que hubieran sido ya utilizadas para abrir puertas por el método del resbalón.
Los ertzainas detuvieron a los sospechosos e inspeccionaron la habitación del hotel en el que se alojaban. Encontraron herramientas para forzar puertas, incluyendo ganzúas y llaves preparadas para manipular las cerraduras de levas. A los arrestados, que cuentan con antecedentes por robos en viviendas y que son considerados el núcleo de una banda organizada de atracadores, la Policía les imputa al menos siete robos y no se descarta su implicación en otros delitos similares registrados en julio, con lo que el total de robos perpetrados podría ascender a una veintena.