nanclares - Con las calles llenas de vecinos y visitantes, que desde antes de las seis de la tarde fueron llenando el parque Lehendakari Aguirre, así como los accesos a la calle Álava, que finaliza al pie de las escaleras por las que se accede a la parroquia de la localidad, los langraiztarras vivieron la memorable jornada de la bajada del Brujo que desde hace 49 años sirve para arrancar con las fiestas que organiza la Junta Administrativa con la colaboración del Ayuntamiento.
Txosnas, barracas, veladores? todos los rincones de la avenida de Nanclares lucen decorados con aires de fiesta, aunque a la espera de que la gente, especialmente los integrantes de las cinco cuadrillas de la localidad, acompañados por Gesaltza y la Xaranga Mecánica, arrancasen para acudir al pie de la parroquia, en cuyo campanario permanecía agazapado el Brujo, Óscar Salgado, tercer brujo de la dinastía que arrancara con Patxi Hernández en el año 1968, que antes de su descenso bailó un aurresku. Muchos se ahorraron el lento paseo, de casi media hora, desde el parque hasta el templo, por lo que todos los rincones de ese lugar aparecían con niños y mayores esperando con ilusión la llegada de la comitiva de cuadrillas. Encabezándolas, los primeros fueron los cabezudos, repartiendo sablazos a diestro y siniestro con unas varas de goma espuma, mientras la chiquillería les hacía trastadas para provocarles y que les persiguieran a la carrera entre la gente.
A las seis y media de la tarde, el txupinazo anunció el comienzo de la fiesta. En ese momento se abrió la puerta que hay en un lateral de la iglesia, abierta exprofeso en ese lado para facilitar la salida del Brujo todos los años y por allí apareció Óscar, con su paraguas, con un cestaño lleno de caramelos que comenzó a lanzar a la gente reunida abajo y sus alpargatas tradicionales. Deslizándose por la larga sirga que llegaba hasta un remolque que la mantenía en tensión, a medio camino se detuvo y desde allí realizó el saludo a los asistentes, así como las chirigotas hacia las cuadrillas y los vecinos, en medio de las risas y aplausos de los que aguardaban en la calzada. Tras llegar al suelo y hacerse las fotos de rigor con cuadrillas y grupos de amigos se formó otro pasacalles que deshizo sus pasos para regresar a la plaza, donde a las siete y media de la tarde se llevó a cabo el esperado homenaje al brujo y a sus protagonistas.
El presidente de la Junta, Benemérito Picón, actuó de maestro de ceremonias recordando los comienzos y agradeciendo a las tres personas que hasta ahora han sido brujos, así como a los dos de los cinco promotores de la idea haber gestado este personaje que se ha convertido en símbolo festivo. Finalizadas las palabras de agradecimiento se descubrió una escultura realizada por Koko Rico que permanecerá en la plaza y en la que están los símbolos que caracterizan al personaje: el paraguas, la boina y las alpargatas. Un aurresku cerró el acto inicial de las fiestas.
Hoy domingo será el día de los niños, pero también, y entre otros muchos actos, la jornada de la comida popular, que se ha previsto a las tres de la tarde en el frontón, con menús diferenciados para mayores y para pequeños. El lunes será la noche del rock con actuaciones de Combo Rock, Whisky Barato (Tributo a Fito y Fitipaldis), Reincidentes, Green Valley y Reno Renardo. El martes se celebrará el Mercado de Artesanía.