- Para clausurar las fiestas de La Blanca de la mejor manera posible, quienes se acercaran ayer a la plaza de España de 12.00 a 15.00 horas pudieron disfrutar de un buen plato de patatas con chorizo. La cuadrilla de blusas y neskas Basatiak se encargó de la organización y el reparto y Boilur de cocinar los casi 200 kilos de patatas. Dicho tándem se preocupó de tener todo listo a tiempo para repartir más de 2.000 raciones entre los asistentes.

“Es un euro lo que tienen que pagar por un plato de patatas con su pan y su vaso de vino, así que no está nada mal”, explicó Fernando Aránguiz, de Boilur. Una recaudación de unos 4.000 euros que irá directa al Banco de Alimentos de Álava. ”No es una gran cantidad, pero nos sirve, al final es más el gesto y el darnos a conocer que lo que se pueda recaudar”, aseguró Jesús Mari Ciganda del Banco, de la entidad solidaria. El Banco empleará el dinero para comprar alimentos y artículos de primera necesidad que se repartirán entre las personas o las instituciones que lo necesiten. Una labor esencial con la que Basatiak se encuentra muy implicada, pues también participa en la recogida extraordinaria que realiza el Banco alavés a principios de diciembre. “Los Basatiak son estupendos porque no sólo organizan esto sino que siempre están dispuestos a colaborar con nosotros en todo”, apuntó Ciganda.

Pero como de costumbre, para que algo salga bien requiere trabajo. Un esfuerzo que esta cuadrilla hace encantada. “Es trabajo pero se hace a gusto”, afirmaba por su parte el blusa Gorka Roncero.

Una organización que empezó a las ocho de la mañana para que todo estuviera a punto a su hora. Tras el madrugón, blusas, neskas y cocineros se reunieron para cocinar las patatas. En diez cazuelas con una capacidad para más de 200 raciones elaboraron este plato cocineros como Fernando Aránguiz, quien reveló la fórmula secreta para que una larga cola de gente aguardara para conseguir su ración: “Preparamos la cebolla, el ajo y el pimiento verde, luego se rehoga con el aceite y el chorizo y finalmente van las patatas y el pimiento choricero”, reveló. Un modus operandi para el que se aseguraron los mejores productos, y todo ello acompañado de un vasito de vino o, para los más txikis y los abstemios, un refresco que ayudase a pasar la comida.

Un plato “bien servido”. Muestra de ello es que todos los años se acaban las diez cazuelas y este año no iba a ser menos. “Es el quinto año que lo hacemos y la verdad es que suele tener bastante éxito y es algo que agradecemos porque al final tiene su curro”, confesó el basati Gorka Roncero.

Un día como ayer salpicado por la lluvia y bastante frío para ser agosto parece que invita a tomar un plato caliente, así que aquellos que no tuvieron la suerte de catar una ración pueden respirar tranquilos porque esta cita ya se encuentra muy arraigada en el programa festivo de La Blanca, asegurando a los vitorianos que por lo menos una vez al año podrán llenar sus estómagos mientras contribuyen con una buena causa

cazuelas. Con capacidad para más de 200 raciones de patatas con chorizo fueron repartidas ayer en la degustación solidaria que organizó Basatiak.

euro. Fue la contribución que se debía abonar por el plato de patatas con pan y una bebida. Una recaudación que ascendió a unos 4.000 euros y fue directa al Banco de Alimentos de Álava.