VITORIA - Los vaticinios se confirmaron y los más de 4.000 blusas y neskas visualizaron en la primera kalejira de La Blanca la división en el colectivo con dos desfiles hacia las inmediaciones del Iradier Arena. Ambas marchas, al menos, transcurrieron dentro de la normalidad y marcadas por la fuerza y empuje festivo de todos sus integrantes, que maquillaron el enfrentamiento entre las directivas de las facciones.
Dentro de unas fiestas marcadas por la puesta en marcha de novedades e innovaciones, este año hay que apuntar también que la rebautizada como kalejira cuenta con un primer arranque a las 16.30 horas, por parte de las siete cuadrillas de la Federación, mientras las 19 restantes de la Comisión lo hacen media hora más tarde. Esas ganas por evitar encontronazos y dejar la autopista de la calle Dato lo más despejada posible llevó a que, ocho minutos antes de la hora anunciada, los integrantes de Jatorrak abrieran la comitiva de las siete cuadrillas que han emprendido un nuevo rumbo. Fue una kalejira a ritmo meteórico que, en tan sólo 14 minutos, puso en danza a los más de mil blusas y neskas que ofrecieron lo mejor de su repertorio. Para las 16.36 horas el desfile ya tenía a todas las cuadrillas en competición, al tiempo que empezaron a emerger los primeros integrantes de Desiguales que tuvieron ayer el honor de encabezar la marcha de la Comisión.
Lo precipitado de ese comienzo y la celeridad con la que se emplearon deslució el arranque de las siete cuadrillas de la Federación, que contaron con unas despobladas gradas en los laterales del blusódromo vitoriano, que trata de emular al carnavalero de Río de Janeiro.
Movidos por la tradición de todos estos años previos, los vitorianos empezaron a acercarse cuando las manecillas del reloj enfilaban las cinco de la tarde. En los más de 20 minutos que separaron las kalejiras, un cuarteto de percusión africana amenizó el entreacto con sus sonidos tribales, desde un banco ubicado en el primer tramo de Dato. Alrededor de ellos se arremolinaron un buen número de curiosos y un trombonista de la charanga El Postín cambió de instrumentó para mostrar su virtuosismo con unos timbales. Al concluir la pieza se llevó el sonoro aplauso de todos los presentes. A continuación sonó el cohete para el arranque de la segunda y mas numerosa comitiva. Otra de las consignas y novedades parece ser la de dar más celeridad al desfile y evitar hacerlo muy pesado y plagado de interrupciones. Así lograron arrancar 14 de ellas en 60 minutos para avanzar a un Iradier del que, de nuevo a las 19.45 horas y a las 20.30 horas quedó patente la desunión entre los dos entes.