Domingo soleado de julio en Vitoria, pero sin piscinas municipales con las que combatir los rigores del calor. La huelga convocada por los socorristas obligó ayer al Ayuntamiento de la capital alavesa a cerrar el paso a las piscinas de Mendizorroza y Gamarra para desesperación de los numerosos bañistas que acudieron hasta las instalaciones municipales. Si nada lo remedia, la situación se mantendrá exactamente igual, es decir, con las zonas de solarium abiertas y el acceso al agua vetado, hasta el próximo día 31.

Ni un solo socorrista, monitor, controladores de instalaciones, vigilantes o cancheros ayer en las inmediaciones de las piscinas municipales. Todos ellos estaban en la Plaza de la Virgen Blanca, concentrados y protestando “por un convenio y unas condiciones sociales dignas”. Amaia Espinosa, responsable de la negociación del convenio de actividades deportivas de Álava, explicaba que “después de dos años de negociación y de muchas reuniones con la patronal, todo ha desembocado en esta huelga que comienza hoy (por ayer) y que continuará hasta el próximo día 31”. “Queda patente la frustración que sienten los trabajadores al no haber recibido ninguna respuesta por parte de la patronal, aunque esperamos tenerla en los próximos días. De cualquier forma, la fuerza la tenemos hoy aquí porque los trabajadores están dispuestos a continuar con los paros hasta que sea necesario”, amplió.

Las reivindicaciones que plantea el colectivo de empleados de actividades deportivas de Álava pasan por una mejora salarial -consideraron insuficiente la última mejora planteada por la patronal-, por el cobro de pluses de disponibilidad por parte de los socorristas, o por la inclusión de los desplazamientos dentro de sus jornadas. “Cuando se les ordena ir de un centro cívico a otro para realizar sus actividades deportivas, este tiempo no se contempla como parte de su jornada laboral, cuando cualquiera entiende que lo es”, puntualizó Espinosa.

El seguimiento de la huelga fue, en Vitoria y a la espera de recabar datos correspondientes al resto del territorio, del 100%. “Los trabajadores -manifestó su portavoz, se sienten más apoyados y unidos que nunca. La gran mayoría de la actividad se concentra en la ciudad y los paros están siendo un rotundo éxito, por lo que continuaremos en esta misma línea. Hay 350 trabajadores en Vitoria y unos 400 en todo Álava, de manera que los datos son lo suficientemente claros”.

De cara a la posible celebración de una reunión entre las partes en conflicto a lo largo de esta semana, la representante de los trabajadores precisó que “de momento no hay nada previsto”. En este mismo sentido señaló que el colectivo “está a la espera”. “Seguiremos en la línea de nuestras reivindicaciones, de nuestras movilizaciones y aguardando que en cualquier momento, tanto el Ayuntamiento como la Diputación o especialmente la patronal nos convoquen a una reunión en las próximas horas o en los próximos días. El viernes mantuvimos la última ronda de conversaciones con el Ayuntamiento y con la patronal. Desde entonces no ha habido más contactos. Ese día les enviamos nuestras propuestas mínimas y explicamos que por debajo de esas condiciones no íbamos a pasar”, recordó Espinosa.

“Por causas ajenas” Las dos instalaciones deportivas municipales amanecían ayer con un mensaje en sus áreas de baño. “Por causas ajenas al Ayuntamiento, la huelga de personal deportivo ha obligado a cerrar las piscinas de Mendizorroza y el parque de Gamarra”. Los responsables del Ayuntamiento informaban de esta sucinta manera a los usuarios de que podían acceder al solarium para broncearse y pasar el día, pero de ninguna manera a las piletas, que permanecían en perfecto estado de revista pero sin personal que las atendiera.

De forma paralela, los trabajadores de actividades deportivas de Álava se concentraban en la Plaza de la Virgen Blanca para explicar a la ciudadanía que llevan ya dos años intentando renovar el convenio provincial. “La paciencia se nos ha terminado. La situación que estamos viviendo gran parte del colectivo es sangrante. Las categorías englobadas en el grupo 4, cancheros, vigilantes y control de instalaciones, tenemos un salario miserable de 6,22 euros la hora. Esto hace que, aun teniendo trabajo, seamos pobres”, detallaban a través de panfletos.

“Varios de los que trabajamos en la temporada de verano estamos a disposición de la empresa todos los días de la semana. Y, dependiendo del tiempo que haga, trabajamos o nos quedamos en casa sin cobrar. Los socorristas y monitores deportivos, en los últimos ocho años hemos tenido el salario prácticamente congelado, lo que ha supuesto un 9% de pérdida de poder adquisitivo”, ahondaban.

A la hora de repartir responsabilidades, afirmaban que “gran parte de la culpa de que nos encontremos en esta situación la tiene el propio Ayuntamiento, que adjudica estos servicios al mejor postor”. “Ello conlleva que, después, las empresas no tengan margen para mejorar las condiciones de las plantillas e incluso incumplan el convenio”.

Incluso dedicaban unas palabras a los ciudadanos afectados por la situación y, tras confirmar el mantenimiento de la huelga hasta el próximo 31 de julio, aseguraban que “no es nuestra intención perjudicar a los usuarios, pero la patronal no nos deja otra alternativa”.