vitoria - La pasada semana saltaban las alarmas. Las piscinas de Mendizorroza y Gamarra, los embalses del Zadorra y el desarrollo de los cursos de la programación deportiva estival quedaban en la cuerda floja tras el anuncio de los trabajadores de actividades deportivas de Álava de iniciar una huelga como protesta por su precaria situación económica y social. La decisión sobre si se hace efectiva la convocatoria de paro, presentada por los sindicatos ELA, LAB y CCOO, quedaba a merced del resultado alcanzado en la asamblea nocturna que se celebró el pasado jueves y que acabó confirmando los paros. En un intento por evitar el cierre, las partes en conflicto mantuvieron un encuentro para tratar de acercar posturas, pero no fue posible. La última oferta que las empresas pusieron sobre la mesa no satisfizo las demandas mínimas de los representantes de los trabajadores. Tras dos años de intentos infructuosos por renovar el convenio laboral y la aprobación de medidas “dignas”, los socorristas constataron la “necesidad de movilizarse” y dieron luz verde al apoyo a una huelga que ayer acabó por trascender a la ciudadanía vitoriana.

La asamblea de trabajadores rechazó la última propuesta de la patronal, representada por contratas como Disport Eki y Aiteko ya que, aunque contemplaba distintos incrementos salariales en función de cada categoría profesional, no llegó a convencer a ninguna de ellas, pendientes de la actualización de sus condiciones desde enero de 2015. A partir de ahora y en función de cómo se desarrollen los acontecimientos, el Ayuntamiento de Gasteiz decidirá “día a día” si cierra o no los equipamientos municipales, total o parcialmente. Ello dependerá del seguimiento que el paro tenga entre los trabajadores.

Los usuarios de Mendizorroza y Gamarra serán informados puntualmente en los accesos hasta el lunes 31, último día previsto de paro. Según confirmaron esta semana los responsables municipales, “la decisión se adoptará al momento”. Los embalses del Zadorra, cuyo control es competencia de la Diputación, quedaron también desprovistos de socorristas, aunque no se cerraron al público por razones obvias.

La pretensión de los sindicatos al inicio de la negociación pasaba por mejorar las condiciones laborales del grupo 4, que incluye a los porteros, cancheros y a los controladores de acceso, cuyo salario apenas supera los 6,20 euros a la hora, muy por debajo de sus compañeros monitores y socorristas. Y si bien la última propuesta de la patronal era “muy interesante económicamente” para esta categoría, que llegaría en 2020 a percibir 11 euros por hora trabajada, no contemplaba subidas que contentasen a los grupos 1 y 2, donde se integran respectivamente los monitores y los socorristas. La pretensión de la empresa de congelar los sueldos del grupo 4 también para este 2017 y no empezar a incrementarlos hasta el año que viene ha terminado por dinamitar la negociación.

En ámbitos como los cursillos deportivos, la repercusión será menor por quedar muy pocos en marcha durante la época estival. Los paros afectan a la última semana de los cursillos que se imparten en los centros cívicos. - DNA