laguardia - El complicado año vitícola a causa de los episodios meteorológicos se va pausado y gracias a la maduración de los racimos y a los tratamientos que se vienen realizando en los campos, el viñedo de Rioja Alavesa va completando su envero, aunque aún con algunos riegos como el de la polilla del racimo.
Según los análisis de campo realizados por instituciones y laboratorios, respecto a la incidencia de mildiu, el estado sanitario de los viñedos es bueno, habiéndose detectado únicamente algunas manchas en hojas aisladas. A partir del envero los ataques se localizan únicamente en hojas jóvenes de los brotes terminales y en este caso, si fuese necesario realizar algún tratamiento, se recomienda utilizar algún producto a base de cobre. En cuanto al oídio, apenas hay algún foco, ya que a partir del envero el hongo no ataca al racimo.
En la prevención de estas dos infecciones por hongos ha sido clave la labor de campo realizada por los enólogos y agricultores, ya que desde el principio de la campaña se ha vigilado la planta desde que se ha observado alguna mancha de mildiu y se ha controlado bien con penetrantes y sistémicos. Respecto al oídio las temperaturas frías de los últimos días y las predicciones para las próximas fechas son más proclives al desarrollo de la enfermedad por lo que se aconseja estar muy atentos y no descuidarse en los tratamientos, incluso en viñedos sin producción por las heladas de este año para evitar daños posteriores.
La Casa del Vino de Laguardia, de la Diputación Foral de Álava, aconsejaba que en las viñas dañadas por la helada con brotaciones abundantes y brotes amontonados es muy importante, en especial con las condiciones de riesgo de enfermedades criptogámicas, la aireación de la cepa. Es por eso que sería conveniente un despeje de vegetación, mediante deshojados espergurados y desnietes, que permita la penetración de los productos y la entrada de aire manteniendo los racimos en semisombra. Esta labor también ahorrará trabajo en la poda del año que viene.
Lo que sí inquieta algo más es la mala labor de determinados insectos, como son los casos de la araña amarilla, el mosquito verde y la polilla del racimo. Esta última puede llegar a pudrir las uvas. En estos momentos se está produciendo el vuelo de adultos de la segunda generación en numerosos viñedos y eso obliga a realizar tratamientos exhaustivos en todas las calles de los viñedos. En cuanto a la araña amarilla, durante los meses de julio y agosto suele manifestarse esta plaga con síntomas importantes.
Problemas Actualmente se están observando síntomas iniciales en viñedos de toda la región vitícola, localizados principalmente en las hojas basales de las cepas que se aprecia por las manchas rojas que ocasiona. Finalmente, el mosquito verde se detecta por una coloración rojiza en el borde de las hojas que luego va penetrando hacia el interior entre los nervios, llegando a secarse e incluso produciéndose defoliación. Si se agita la vegetación pueden verse volar estos mosquitos de color verde. En cuanto al volumen de uvas en las viñas éstas son abundantes en las zonas cuyo grado de afección por la helada de abril fue reducido, e irregular en el resto.