Vitoria - Reírse y entretenerse en clase, al menos a priori, no suele ser lo más habitual. Los jóvenes están horas y horas escuchando a diferentes profesores, lo que les provoca cansancio y aburrimiento.
Con el objetivo de romper esta monotonía, al profesor Félix Sáenz de Ugarte, del colegio Urkide, se le ocurrió dedicar los diez primeros minutos de la clase a contar chistes. Tal fue el éxito de aquella iniciativa que, en 2011, el centro docente le propuso la recopilación de chistes en forma de libro. Esta obra humorística alcanzó entonces aceptación tanto a nivel local, como en la CAV e incluso internacional, especialmente en Latinoamérica.
Aquella primera edición de Los chistes como herramienta para fomentar la expresión oral incluía un total de 50 chistes, y ahora el maestro recopila otros 50, lo que asciende al centenar. Y es que el profesor de euskera ha publicado recientemente la segunda edición del libro, que viene además con un par de dedicatorias. Por un lado, el docente se acuerda de la antigua directora del centro Urkide. Por otro, recuerda a un alumno al que le agrada tanto el libro que siempre lo porta bajo el brazo.
Sáenz de Ugarte comenta que el objetivo inicial era fomentar el euskera entre sus jóvenes estudiantes. Esto se debía a que parte de su alumnado tenía dificultades para expresarse en este idioma, y con la idea de los chistes los niños practicarían la expresión oral en pequeños grupos. De esta manera, a su vez, el docente quería impulsar la sociabilidad entre sus alumnos.
Para ello definió la dinámica que estableció en sus clases. El docente decidió dedicar los diez primeros minutos a contar chistes. “Creo que es bueno cambiar dinámicas. Levantarse de la silla para contarlo rompe lo tradicional de estar sentado continuamente, lo que oxigena el cerebro”, argumenta el maestro.
En este aspecto, con el paso del tiempo, el profesor detecta que sus jóvenes estudiantes no sólo han mejorado su expresión oral, sino que, a su vez, han obtenido otros logros. “A través del chiste, consigues que el ambiente de la clase cambie, puesto que comenzamos las clase riéndonos”, señala Sáenz de Ugarte. El profesor de lengua vasca añade que el chiste obliga a mantener la atención entre las personas que conversan, facilitando su sociabilidad. En este sentido, parte de la dinámica es que los alumnos están obligados a contar el chiste en casa. La risa, además de ser contagiosa, provoca endorfinas, lo que promueve el bienestar y mejora la salud. Por ello, señala que esta idea es aplicable desde la educación Primaria, aunque no tiene límite de edad, ya que “puede funcionar incluso entre los adultos”, aventura el docente.
Respecto al tipo de chistes que comparten en clase y se recogen en el libro, Sáenz de Ugarte subraya que deja de lado las bromas con cualquier connotación o burla malsonante. “Son completamente blancos”, sentencia el profesor. Además, los chistes tienen que poder ser traducibles del euskera al castellano, ya que muchos padres no hablan el idioma. El maestro, igualmente, adapta los chistes para que sean un diálogo entre dos personas, con el fin de que se los puedan narrar en clase en parejas. En este aspecto, el maestro reconoce que “no es fácil” recopilar chistes que cumplan con todas estas características.
Parte de la recopilación de chistes que recoge el libro está extraída de Internet, mientras que otra directamente llegó a los oídos de Sáenz de Ugarte. “También me proponen algunos, pero no suelo incorporarlos, porque tienen connotaciones y tienen que ser completamente blancos”, insiste.
múltiples labores Félix Sáenz de Ugarte, además de ser profesor de euskera en el primer ciclo de Educación Primaria, ocupa otros cargos dentro del centro educativo de Urkide. Concretamente, desempeña funciones en el equipo directivo y en el centro de innovación del colegio. Esta última entidad promueve diversos proyectos entre sus alumnos, como prevención de bullying y la iniciativa Recréate, con el propio Sáenz de Ugarte como uno de sus máximos impulsores. “Los niños son muy creativos, pero se les va durmiendo su imaginación”, alega. Por ello, el colegio Urkide impulsa actividades para cada estudiante. Además, reciben visitas que les inspiren en diferentes ámbitos como la danza, las caricaturas, la música, la cocina e incluso la química. El maestro asegura que todo ello ayuda a crear un clima en la aula, y mediante la dinámica “cada uno saca lo mejor de sí mismo”.
Respecto al ámbito educativo en sí, el profesor reflexiona sobre la importancia de aplicar diferentes metodologías más allá de las clases magistrales puras. Algo que, según él, no es el futuro, sino que ya está muy presente. “Estamos ante un boom educativo, en el que debemos aplicar distintas innovaciones, como ideas procedentes de otros países. Una afirmación que matiza, puesto que cada lugar es diferente y considera que hay que comprender que no todas las ideas funcionan de manera universal. En cualquier caso, la forma de averiguar qué metodología es más efectiva es cuestión de experimentar y observar sus efectos en las aulas. Un experimento que el propio Sáenz de Ugarte ya ha demostrado su eficacia contando chistes en sus clases de euskera.
Dinámica. La mecánica coincide con los diez primeros minutos de la clase, cuando Sáenz de Ugarte propone a sus alumnos la narración de chistes.
Fomentar el euskera. En un principio, la idea del docente era promocionar la lengua vasca a través del humor. Con el paso del tiempo, se ha percatado de que a través de la iniciativa ha conseguido otros efectos, como la sociabilidad de sus alumnos.
‘Blancos’. El centenar de chistes recopilado por el maestro reúnen las mismas características. Todos ellos son blancos, diálogos entre dos personas y traducibles al castellano. Parte de la recopilación que recoge el libro está extraída de Internet, mientras que otra directamente llegó a los oídos de Sáenz de Ugarte. “También me proponen algunos, pero no suelo incorporarlos”, remarca.
El docente asegura que sus alumnos al levantarse de la silla, “rompen con lo establecido”. De esta manera, comienzan la clase con buen humor.
El profesor asegura que el sector educativo está viviendo un ‘boom’ en el que hay que aplicar diferentes metodologías más allá que las clases magistrales puras.
100
Número de chistes que el docente ha recopilado en las dos ediciones de su libro ‘Los chistes como herramienta para fomentar la expresión oral’.