vitoria - Han formado parte durante años del paisaje urbano de Gasteiz y de numerosas localidades del territorio, muchos más de los que se extendió el franquismo, pero en el caso de la capital alavesa comienzan a tener ya los días contados. Se trata de las placas del Ministerio de Vivienda de la dictadura, que coronan un buen número de comunidades de vecinos con su característico estampado falangista del yugo y las flechas, y cuya eliminación fue aprobada por todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Gasteiz en el dictamen de conclusiones de su plan de memoria histórica. Según confirmaron ayer fuentes municipales a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Consistorio remitirá en los próximos días, probablemente la semana que viene, sendas cartas a las comunidades de vecinos afectadas para, con su colaboración, proceder a su retirada, invitándoles también al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
Desde que el pasado mes de enero el Pleno municipal diese luz verde a las actuaciones a realizar en el marco del plan de memoria, que viene dibujándose en la Casa Consistorial desde la pasada legislatura, el Ayuntamiento ha elaborado un censo actualizado de todas las viviendas y comunidades que todavía mantienen esta simbología. Una vez realizado, el siguiente paso será el envío de esta misiva a los vecinos, donde se les propondrán distintas propuestas para ayudarles a hacer posible la retirada de las placas mediante apoyo municipal. Ésta fue una de las conclusiones fundamentales de la última reunión mantenida este pasado lunes por el grupo de trabajo del plan de memoria entre representantes del gobierno municipal, con la responsable de Convivencia y Diversidad, Nerea Melgosa, a la cabeza, con el resto de grupos con representación. El Ayuntamiento también procederá “en los próximos días” a comunicarse con el Obispado de Vitoria para acometer la retirada o contextualización del escudo franquista de la Catedral Nueva, otro de los vestigios de la dictadura señalado en el dictamen del plan, que permanece tapado con una gran lona negra desde hace unos pocos años.
antes de final de año Según aseguraron los mismos medios, el “compromiso” del Ayuntamiento pasa por poner en marcha “la mayoría” de las acciones contempladas en el dictamen del plan de memoria “antes de que concluya este año”, con la mirada puesta en otras actuaciones prioritarias como la señalización y adecentamiento del muro trasero del cementerio de Santa Isabel y de otros lugares de la memoria como la plaza del convento de los Padres Carmelitas o la intersección de las calles Paz y Postas, donde hasta 1975 se ubicó la cárcel de la ciudad. El Consistorio también instalará este mismo año un monolito en recuerdo de Teodoro González de Zárate, el alcalde de Gasteiz asesinado durante la Guerra Civil, y de todas las personas que fueron víctimas de la represión franquista. Próximamente se irán conociendo las fechas en las que se procederá a llevar del papel al terreno las actuaciones contempladas en el dictamen.
Junto a la creación de varios nuevos lugares de la memoria, que formarán una suerte de “sendero de las víctimas”, el plan municipal contempla también la retirada o la contextualización de la simbología franquista aún dispersa por la capital alavesa, como el propio escudo de la Catedral Nueva o el del antiguo Palacio de Justicia, la elaboración de un censo de represaliados o la intervención en el listado de cargos honoríficos y menciones a personas vinculadas al franquismo o en el callejero, el asunto que más polémica ha creado hasta ahora.
Nuevos pasos. El grupo de trabajo del plan de memoria de Gasteiz mantuvo su última reunión este pasado lunes. En él, el Ayuntamiento informó de que en los próximos días se comunicará vía carta con las comunidades de vecinos que aún conservan placas franquistas en sus fachadas para proceder a su retirada. El Consistorio también contactará con el Obispado para intervenir definitivamente en el escudo franquista de la Catedral Nueva.
Compromiso. El Ayuntamiento pondrá en marcha “la mayoría” de las acciones acordadas en el dictamen de actuaciones del plan de memoria antes de que concluya este año 2017. Entre otras se encuentran la señalización de distintos espacios de la memoria para crear “un sendero de las víctimas”, con la vista puesta de forma prioritaria en el muro trasero del cementerio de Santa Isabel, la retirada o la contextualización de la simbología franquista -como el escudo del antiguo Palacio de Justicia o la Cruz de Olarizu-, la elaboración de un censo de represaliados o la intervención en el listado de cargos honoríficos y menciones a personas vinculadas al franquismo o en el callejero, el asunto que más polémica ha creado hasta ahora.