vitoria - Sucedió durante la vista celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Álava contra la exprocuradora acusada de apropiación indebida. El presidente del tribunal, el juez Jaime Tapia, recibió la fotocopia de un extracto bancario aportado por la defensa de la mujer y, tras examinarlo, se dirigió a ella para indicarle que “viendo su trayectoria criminal y conociendo los métodos que existen actualmente para modificar documentos, tengo dudas sobre esta hoja que me entrega”. En la misma línea, interrumpió brevemente el desarrollo del juicio para plantearle una serie de preguntas de índole personal. “Esta puede ser la sexta condena a la que se enfrente. -le recordó- ¿Cómo afronta el futuro? Es decir, ¿piensa en la resocialización o en la reinserción? ¿A qué piensa dedicarse? Usted acumula ya varios años de prisión eventual y podría tener que cumplirlos”, le espetó al poco de iniciarse la vista oral.

La mujer, que inicialmente respondió de forma concisa pero afirmativa, no supo qué contestar a las consultas concernientes a su horizonte profesional y, tras un sucinto balbuceo, seguido de un elocuente silencio, dejó a la sala con las dudas sobre la ocupación que podría llegar a desempeñar en el futuro. Efectivamente, la acusada ha sido ya condenada en varias ocasiones y su historial delictivo suma ya más de un lustro de prisión, al margen de diversas sanciones económicas. Por el momento, dado que las penas de cárcel no han superado en ningún caso los dos años de internamiento, ninguna de ellas se ha llegado a ejecutar. Pero en el momento que cualquiera de las restantes rebase esa línea roja, el efecto dominó podría activarse y conducirle directamente a presidio durante una larga temporada. En el actual proceso, el Ministerio Público reclama que la acusada sea condenada a tres años de prisión y al abono de las costas.

El juicio de ayer versó, una vez más, sobre un presunto delito continuado de apropiación indebida. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la exprocuradora -fue expulsada en su día del colegio cuando aparecieron las primeras denuncias contra ella por supuesta mala praxis- se quedó con más de 6.000 euros procedentes de una vista celebrada en Zaragoza y que debían ir a parar a sus clientes. Tal y como subrayó el abogado de la acusación particular, Óscar de la Fuente, dichos clientes eran, además, amigos personales de la procuradora, lo que viene a agravar su comportamiento.

Todo comenzó con un juicio celebrado en 2012 en Zaragoza contra una procuradora que estafó un dinero a un matrimonio de Vitoria. La acusada, amiga personal de la pareja, según la acusación, y simple conocida en la versión de la defensa, se ofreció a trabajar gratis para ellos vista la negativa experiencia previa vivida con su colega de profesión. Los denunciantes declinaron la propuesta, le agradecieron su gesto y le dijeron que la contratarían pagándole sus honorarios completos.

A partir de ese momento, la exprocuradora vitoriana, facultada por sus clientes, cobró un total de ocho mandamientos judiciales en concepto de responsabilidad civil, daños morales, costas procesales e intereses. En total, más de 6.000 euros que debía entregar al matrimonio y a un cuñado -los tres beneficiarios-. Tras mucho insistir, entregó el montante principal, de unos 32.000 euros, pero del resto del dinero, según la acusación, nunca más se supo. Ella declaró haber liquidado todo vía transferencias bancarias e incluso afirmó haber pagado la minuta del abogado, para lo cual aportó justificantes bancarios en el mismo momento del juicio. La Fiscalía explicó que las fechas coincidían, pero que las cantidades no.

Como ha relatado en ocasiones anteriores, la acusación aseguró que la mujer dilató artificialmente los plazos y que mintió a sus clientes con la intención de que no fueran conscientes de la sustracción del dinero para, si era posible, que los hechos prescribieran. Según la defensa, no existe delito alguno pues la exprocuradora satisfizo todos los pagos.

A la conclusión de la vista, el abogado De la Fuente, al que la acusada aseguró haber pagado 5.748 euros de minuta -suma que no coincidía con los honorarios adeudados-, tuvo ocasión de llamar su oficina y comprobar que esta cantidad, efectivamente abonada por la exprocuradora, se correspondía con otro proceso completamente diferente. Es más, al repasar la documentación se dio cuenta de que la acusada le pagó ese dinero en 2013, dos años después de que se lo reclamara a una clienta que supuestamente no lo había pagado. En realidad, afirmó que sin él saberlo, lo cobró la exprocuradora y tardó dos años en entregárselo a él.

juicio por denuncia falsa También ayer, pero en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital alavesa, se llevó a cabo un juicio contra una joven acusada de tramitar una denuncia falsa contra su expareja. En agosto del año pasado, la ahora acusada afirmó que su exnovia la había abordado a la altura del número 5 de la Avenida Santiago de Vitoria, le había sujetado fuertemente por los brazos y le había propinado un puñetazo en el rostro.

Quiso la casualidad que la chica a la que se acusaba en la denuncia estuviera, en ese preciso instante, sometiéndose a un tratamiento de rehabilitación dentro de una comunidad terapéutica vinculada a Proyecto Hombre. Tanto el que fuera su educador como uno de sus compañeros de programa explicaron con todo detalle que, en la fecha denunciada por la presunta víctima de la agresión, su exnovia compartía todos sus movimientos con el grupo. Detallaron que a la hora en la que se dijo que tuvo lugar el supuesto ataque, el colectivo y su educador fueron caminando por la calle Florida hasta Los Herrán, que allí tomaron un autobús y que fueron juntos a las piscinas de Gamarra. Los testigos coincidieron en que en ningún momento se cruzaron con conocidos ni se produjo altercado de ningún tipo con nadie.

La acusada, que se enfrenta a una multa de pequeña cuantía solicitada por el fiscal y de otra más elevada reclamada por la acusación particular -que además reclama 5.000 euros de indemnización-, se reafirmó en su versión inicial e insistió en que su exnovia le golpeó.

Magistrado. A la entrega de una documentación de última hora, el juez de la Audiencia Jaime Tapia planteó a la exprocuradora varias preguntas sobre su futuro y su posible reinserción.

Penas acumuladas. El magistrado le recordó que acumula diversas penas eventuales de cárcel y que, puesto que aún tiene causas pendientes, podría tener que cumplirlas.

Apropiación. Muchas de las denuncias que acumula la mujer son por presunta apropiación indebida continuada.