logroño - Fernando Salamero es uno de los hombres clave de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja. Por un lado, por ser de los más veteranos, ya que es vocal desde hace 35 años. Por otro, por haber estado presente y activo en los momentos claves del desarrollo del Rioja y por ser el director financiero de Bodegas Marqués del Riscal, un icono del enoturismo. Y, además, por ser el presidente del Grupo Rioja, que aglutina a las principales bodegas de la denominación, en general, y de Álava, en particular.
Es uno de los vocales más veteranos del Consejo Regulador. Desde su punto de vista, ¿cuáles son las diferencias entre el Rioja de hace 35 años y el actual?
-Las principales diferencias en estos 35 años, que se cumplen precisamente el 16 de este mes, fecha en la que tomó posesión el primer consejo democrático que hubo, bajo la presidencia de Santiago Coello, es que los vocales se eligieron en un proceso democrático y no estaban todos los sectores. Sin embargo, ahora, el Consejo está completado, reúne a todas las fuerzas de la denominación, tanto del sector agrario, las OPA, como del sector comercial.
Tampoco existía la Denominación de Origen Calificada?
-La Calificada fue posterior, pero eso fue un éxito del propio desarrollo del Consejo Regulador. Este tren, como denominación más antigua de España, ha sido un proceso, más o menos rápido, pero desde luego el más profesional de todos los que conozco.
Es, por tanto, un presidente que ha vivido todo el proceso de evolución y consolidación del Rioja.
-Así es. Desde el año 1982 he tenido la gran suerte de poder participar en este desarrollo que hoy conocemos.
¿Han sido acompasados los avances en la evolución de los gustos de los consumidores con el desarrollo del Rioja?
-Hay que conocer la historia de cada momento. En el año 82 había unas inquietudes, tanto de gustos como apetencias comerciales totalmente diferentes a las que hay ahora. En el año 1982 había cuatro bodegas que tenían ese espíritu comercial y emprendedor y hoy día estamos 600. Por lo tanto es una evolución importantísima. ¿El criterio del consumidor? También ha cambiado. El consumo por aquel entonces era de 50 litros per cápita. Hoy día, con los vinos de calidad estamos alrededor de 20 y con consumidores mucho más selectivos. Antes sólo había dos denominaciones. Así, sonoras, eran Jerez y Rioja. Hoy hay una pléyade de denominaciones.
Ha llegado a la presidencia en un momento de intensos cambios en la denominación. ¿Va a seguir impulsándolos?
-Si se refiere a los nuevos vinos, eso no son cambios. Es avanzar en la denominación, siempre ha estado en constante evolución, aunque ahora estamos en un momento muy interesante. El primer hito fueron las elecciones de 1982 en las que participa solo la parte social del consejo, el sector agroalimentario. Hoy día estamos en el Consejo Regulador que emana del ente profesional, que ahora está integrado el interés socioeconómico al cien por cien. De hecho, el órgano de gestión del Consejo Regulador es la propia Interprofesional. El segundo hito fue la creación de la Interprofesional, que para conseguirla hubo que cambiar de costumbre. Aquí había mucha actividad exportadora de granel, fundamentalmente. En España no se vendía ni un litro de Rioja a granel, pero en la exportación sí. Y se tuvo que desechar esa parte del mercado, que era muy interesante, y hacer un gran sacrificio por parte de los operadores para poder ser Denominación de Origen Calificada. Ha habido unos cambios tremendos a lo largo de su historia.
¿Y ahora?
-Ahora estamos en un paso más. Si se recuerda, cuando empieza a hacer ruido en el año 97 que si la Ribera del Duero iba para arriba con unos vinos de expresión más fuertes, mi casa, Marqués de Riscal, saca un vino de autor, Barón de Chirel, que pone de nuevo la presencia de los vinos de Rioja en el candelero. Es entonces cuando aparecen vinos de autor, vinos de garaje, vinos de no sé qué y de no sé cuántos. Siempre ha habido una actividad tremenda dentro del Rioja y mucha inquietud propia de nuestro carácter.
En esa inquietud están los conflictos que se llevan viviendo desde hace tiempo: la salida de Artadi de la denominación y la intención de crear Viñedos de Álava. ¿Esto es fruto de la tensión que se vive entre las dos orillas del Ebro?
-Yo estoy aquí desde el año 1982 y sí que ha habido unos movimientos de querer hacer denominaciones más regionales que la propia Denominación de Origen Calificada Rioja. Eso existía en el año 1982 hasta que, desde Vitoria, el Gobierno Vasco se dio cuenta de que, efectivamente, la marca Rioja es de todos. De todos (enfatiza). Parece que hasta entonces no se habían dado cuenta. Y es cuando se hace un apoyo importante a la denominación, con una participación total y absoluta.
¿Y el caso de Artadi?
-El caso de Artadi se le conoce por Rioja. Rioja no es la meta. Rioja es el gran paraguas y la marca de calidad que arropa y abre puertas a todo el mundo. Luego está la marca de cada uno: Artadi, Riscal, Cvne, La Rioja Alta? Cualquier bodega va bajo el paraguas de Rioja y eso te da una carta de presentación. Luego está a lo que aspira cualquier bodeguero de tener en el mercado una marca fuerte y potente. Esto ha pasado toda la vida. Unos irán mejor y otros irán peor, pero siembre ha habido esas ganas de superación. Por eso Artadi tomó su decisión como si otra bodega de las importantes y antiguas de la denominación se quiere dar de baja. Sería una decisión empresarial propia. No sé si hay o no conflictos. Al final, son intereses económicos. Pero nunca he entendido que haya un conflicto.
Sin embargo, en el año 2013 sí hubo tensiones, cuando Pedro Sanz se reunió con Asaja en La Grajera para poder nominar a un nuevo presidente del Consejo. Aquello, junto a otras faltas de comunicación llevaron al Gobierno Vasco a salir del Consejo durante meses, en medio de los insultos del presidente de La Rioja?
-Yo estuve allí y no sucedió de esa forma. En el año 2013 hay un problema de sustitución en el Consejo Regulador. Hubo un bloqueo dentro de la institución porque había un presidente de bodegas que duró ocho años (Víctor Pascual) y tocaba el relevo y no había un consenso entre el sector productor, al que le tocaba asumir la presidencia, de acuerdo con el pacto que teníamos. Según ese pacto, el primer año salió como salió; el segundo gobernó por decirlo así Víctor Pascual y después le tocaba el turno al sector productor. Y éste no se pone de acuerdo; cooperativas/OPA no se ponen de acuerdo. Y se solicita intermediación. Y en esta sociedad anónima que es la Denominación de Origen Calificada Rioja se pide ayuda y quien interviene, trata de terciar, es el presidente de La Rioja a través de su consejero. Nunca el presidente. Y cuando las cosas se pusieron peor les llama a capítulo y les pide que se pongan de acuerdo. Pero el presidente no interviene para nada. La decisión es libre del sector. Y lo sé porque en esa merienda estaba yo. Y digo merienda porque parece que se trató de un apaño, y no es verdad.
Pues en ese momento es cuando el Gobierno Vasco protesta por la falta de información y se abandona el Consejo, y desde el Gobierno de La Rioja se envían unas ácidas declaraciones de Sanz?
-Sí que es cierto que hubo malestar en el Gobierno Vasco, pero fue porque había tenido una mala información. Al final, somos personas. Si a uno le están contando una media verdad, que es la mayor mentira del mundo, uno se encorajina y entiendo el malestar. Si yo hubiera estado en el lugar del Gobierno Vasco lo entendería también así. Pero es que lo triste es que no era así y eso ha servido para tener una herida durante unos años que no venía a cuento, y que se infectó. Pero no ha tenido nada que ver ese buen hacer del Gobierno Vasco de querer solucionar los temas como lo hizo el Gobierno de La Rioja porque, al final, nos han pillado a nosotros (al Consejo Regulador) en medio. Y lo que tiene que ser el Consejo es totalmente autónomo. De las experiencias se aprende y la próxima vez, si nos hundimos, lo haremos solos. Sin ayuda.
Rioja Alavesa se enfadó mucho con la negativa de dar el mismo tamaño a las letras de Rioja y Rioja Alavesa?
-(Interrumpe). Primero, una precisión. Se dice siempre Rioja Alavesa y será una parte de ella, porque el Grupo Rioja, del que soy presidente, tiene el 80% de la subzona o zona de Rioja Alavesa. Es que parece que somos los invitados de piedra, pero el 80% de la riqueza fiscal de Álava lo tiene la asociación a la que pertenezco. El grupo tiene bodegas grandes y pequeñas; viejas y nuevas, y me gustaría que en esta nueva etapa hubiera más comunicación porque todo el mundo está predispuesto a arreglar cosas que puedan estar rotas.
Pues entre ellas están las primeras soluciones que se van dando a las antiguas reivindicaciones, como las recientes aprobaciones de viñedos singulares y vinos espumosos.
-El proyecto que tenemos en marcha forma parte del Plan Estratégico que nos habíamos marcado de 2005 a 2020. Entre los objetivos del mismo están, precisamente, los viñedos singulares, dando un empujón más al valor que tanto se demanda y que nos lo están pidiendo los consumidores. También estamos aprovechando la oportunidad con los espumosos de calidad, porque es otra figura que aquí no tenemos. Ahora se está apostando muy fuerte por los vinos blancos y ya llevamos como año y medio con ello y 2016 cerramos el ejercicio con un 11% más de ventas y con más valor. Y este año, en el primer cuatrimestre, estamos un 17% por encima y encima del valor, que es lo importante. Los vinos singulares van a aportar mucho cuando consigamos el desarrollo total, porque lo que hemos hecho ahora ha sido aprobarlo. Tener figuras de distintos tipos permite a cualquier operador de la denominación optar por cualquiera de las condiciones que es lo bueno y lo que hace única a nuestra denominación.
¿Habrá más opciones?
-Así es. A los viñedos singulares y a los vinos espumosos le seguirán los vinos de municipio, los vinos de zona que, por cierto ya están aprobados, aunque hay muchos errores que siempre se repiten. Hoy en día puede hacer vino de municipio y de zona cualquier operador de Rioja. Lo que pasa es que había unas modificaciones que tenemos que corregir para adaptarlas al pliego de condiciones que tenemos que mandar a Bruselas, para que lo que se haga, se haga bien, y que sea correcto. Pero está aprobado. Lo mismo que lo del tamaño de las letras, que hay que plasmarlo en el documento. Y en eso es en lo que ha habido unos problemas a la hora de acordarlo. En breve saldrá adelante.
Se había dicho que sería en el siguiente Pleno.
-No me extraña que luego digan que somos unos mentirosillos, aunque no es verdad. Estamos intentándolo de buena fe, además, pero cuando no es uno es otro. Pero la voluntad mayoritaria del Pleno es aprobarlo. De momento estamos en una fase de aclaración porque dentro del mundo del vino hay confusiones con respeto a los vinos de municipios. Junto a estas novedades, si les añadimos las grandes categorías, que son crianza, reservas y grandes reservas, no digo nada de lo que se va a poder multiplicar el efecto valor aquí.