vitoria - Todavía restan cinco semanas para el comienzo de las fiestas de La Blanca, pero casi ningún elemento característico de las jornadas más especiales de Gasteiz faltó ayer en el patio de la ikastola Lakuabizkarra. Celedón e incluso su representación femenina Celedonia, neskas, blusas, paseíllos, música, zanpantzarrak, una txosna y todo tipo de atracciones como el tirapichón convirtieron ayer el octavo encuentro de los centros ocupacionales de Álava, que acogen a personas con discapacidad intelectual, en lo que aspira siempre a ser, una fiesta en toda regla para los usuarios de estos recursos forales. El único día del año en el que todos, vivan donde vivan, vuelven a verse las caras.
Alain y Ainhoa, que encarnaron al aldeano de Zalduondo después de que los muñecos de Celedón y Celedonia descendieran desde el cielo, fueron los grandes protagonistas de una fiesta en la que en realidad todas y todos lo fueron: usuarios, familiares, trabajadores de estos recursos y también padres y madres y chavales de la ikastola que quisieron acercarse hasta allí para disfrutar del ambiente. Después de cuatro meses de trabajo de los alrededor de 400 usuarios con los que cuentan todos los centros para elaborar carteles, muñecos y todo tipo de accesorios para recrear el ambiente festivo todo salió a pedir de boca, pese a las carreras iniciales, un pequeño retraso de los miembros de Salburua y algún que otro chubasco esporádico.
“Va todo bien, aunque es la primera vez que hacemos la bajada de Celedón y seguro que el año que viene mejoramos. Ha habido muchos nervios al principio pero ahora en cuanto abramos la txosna todo el mundo feliz”, aseguraba Inma Cancho, responsable del centro ocupacional de Lakua.
Fueron sus usuarios, precisamente, quienes abrieron el paseíllo de las cuadrillas, en este caso representadas por los diez centros de la red foral. Su pancarta, con mensaje: ¡¡Queremos trabajo!! Teniendo en cuenta cómo ha sido la crisis económica para el común de los mortales, no resulta difícil imaginarse las dificultades sufridas por las personas con discapacidad para acceder al mercado laboral, mucho más todavía al libre. “Estos centros les hacen ser lo más autónomos posible para no depender de sus familias y poder encontrar un empleo protegido, aunque en estos últimos años ha bajado mucho”, destacó la diputada foral de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, que tampoco quiso perderse la celebración, a la que acudieron cerca de 300 personas.
Cuando todas las improvisadas cuadrillas finalizaron sus paseíllos, animados por el estruendo de los zanpantzarrak, llegó otro de los momentos cumbre de la mañana, el lanzamiento del txupinazo y la salida a escena de Celedón y Celedonia. Alain, que aseguraba haber “dormido bien” la noche anterior, tampoco ocultaba haber pasado “un poquillo” de nervios, al igual que su compañera Ainhoa. Tras su llamada a la fiesta, los ritmos de Rondalla Gasteiz amenizaron al personal mientras unos se divertían en la tómbola, otros improvisaban pequeños paseíllos paralelos y la mayoría se preparaba para otro de los instantes más bonitos de la mañana, la entrega del premio Celedón de Oro a Juan Fernández Andueza, usuario del centro Helio de Aranbizkarra, que a sus 69 años fue la persona más veterana de los centros ocupacionales alaveses en acudir a la fiesta. Andueza recibió el premio de manos de Iñaki Landa, quien encarnase a Celedón durante 21 largos años. “¿Les cantamos el Celedón?”, le preguntó Landa. “Mejor una jota navarra”, le contestó Andueza. Aunque en primera instancia todos entonaron el cántico que siempre acompaña a la bajada del aldeano de Zalduondo, el usuario no dudó después en soltarse con una jota como buen navarro.
Con la apertura de la txosna, bien cargada de txoripanes para almorzar, y un buen rato amenizado por la música, los usuarios celebraron una comida popular que sirvió para poner el mejor broche a la fiesta. Hasta el año que viene, que volverá a girar en torno a las fiestas patronales de Gasteiz, después de dos años dedicadas a una celebración mundial como San Fermín.
¿Qué son? Los centros ocupacionales dependientes del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) tienen como objetivo avanzar en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y dependencia de entre 18 y 64 años y sus familias. En ellos se realizan fundamentalmente actividades de aprendizaje y capacitación tanto personal como social, individuales y grupales, que atienden a las necesidades de desarrollo permanente de estas personas. También llevan a cabo actividades laborales como medio para conseguir que alcancen los mayores niveles de autonomía personal, adaptación y participación en la comunidad. A día de hoy, cuentan con alrededor de 400 usuarios.
Diputada de Servicios Sociales.
Responsable del centro ocupacional de Lakua.
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Centros ocupacionales tiene la red foral: 7 en Vitoria, uno en Laudio, otro en Oion y otro en Elburgo.