vitoria - Los delitos de odio y discriminación constituyen la expresión de la intolerancia y el rechazo a las personas por el simple hecho de ser diferentes, con ejemplos como el racismo, la xenofobia, la intolerancia religiosa, la LGTBI-fobia, la aporofobia -odio a los pobres- o el desprecio a las personas discapacitadas, entre otras expresiones. Una de las características esenciales de este tipo de acciones violentas es que la o las víctimas son seleccionadas por el autor como consecuencia de una adscripción social que las vincula a un grupo determinado, que puede considerarse por ello también indirectamente damnificado por el hecho delictivo, según detallan fuentes jurídicas a este periódico.
Tal y como se refleja en el último informe estatal de incidentes relacionados con los delitos de odio, presentado hace apenas una semana por el Ministerio de Interior, Álava fue escenario el pasado año 2016 de 20 episodios denunciados de estas características, lo que supone que el territorio contabiliza casi dos al mes. Que se conozcan, claro, porque son todavía muchos los que no se denuncian por miedo , por restarles la importancia que tienen u otras circunstancias. Las cifras se mantienen bastante estables respecto al ejercicio anterior, el primero con estadísticas fiables, durante el que el territorio sumó 23 delitos de odio. Tres casos conocidos menos, en resumidas cuentas, según los datos del gobierno central.
Tras una de sus últimas reformas, el Código Penal del Estado contempla como circunstancia agravante de la responsabilidad penal el hecho de cometer el delito “por motivos discriminatorios”, y es aquí donde tienen encaje este tipo de episodios que en todas las fiscalías provinciales, incluida la de Álava, cuentan con un delegado de tutela penal de la igualdad y contra la discriminación, también llamados fiscales contra los delitos de odio. Son los encargados de velar por el cumplimiento de una legislación fundamentada también en que, más allá de los potenciales daños de carácter físico que algunos tipos de delito de odio pueden acarrear por la naturaleza de las agresiones, éstos tienen como impacto añadido una consecuencias psicológicas incalculables que suelen desencadenar en episodios de ansiedad, depresión y miedo a que los hechos se vuelvan a repetir.
tipologías Según se recoge en el informe del Ministerio de Interior, Euskadi fue en números absolutos la cuarta comunidad del Estado en la que se contabilizaron más delitos de odio durante el pasado 2016, con un total de 141. La mayoría motivados por el racismo o la xenofobia (63), 39 por la ideología de la víctima y 30 más por su orientación o identidad sexual. Fue, por otra parte, el territorio con un mayor número de personas detenidas o investigadas, con un total de 96.
De vuelta a Álava, casi la mitad de los 20 delitos recogidos por las frías estadísticas, concretamente ocho, estuvieron motivados por la ideología de la persona agredida. Otro grueso importante lo conformaron los delitos de odio por racismo o xenofobia y por orientación o identidad sexual, que contabilizaron cinco casos cada uno. También se produjo un episodio denunciado de intolerancia o rechazo debido a las creencias o prácticas religiosas de la persona agredida y una más por discapacidad. Según refleja el informe de Interior, seis personas fueron detenidas o investigadas en Álava por la presunta comisión de delitos de odio, tres motivados por orientación o identidad sexual y tres más por racismo o xenofobia. Son sólo el 30% de los 20 casos denunciados, siempre que estos hubiesen sido cometidos por una sola persona.