la plaza Juan Urrutia de Amurrio se convirtió en la mañana de ayer en una enorme cocina de restaurante en pleno apogeo. No es que se tuvieran que preparar los platos de ningún menú gourmet, ni dar de comer a un regimiento, pero sí elaborar los de la primera edición de una iniciativa municipal, Master Txiki, en la que escolares de Educación Primaria tuvieron que cocinar recetas, con pasta como ingrediente principal, que fueron valoradas por un jurado de profesionales de la cocina de tres restaurantes locales. Se trataba de Endika Urreta del Abiaga, de Toñi Durán del Aiala y de Jon Gil del Bideko, que no dudaron en sumarse a una experiencia que calificaron de “preciosa” y en las que “todos y todas” fueron ganadores gracias a su “esfuerzo e ilusión” por “hacerlo todo bien”.

En total fueron siete grupos los participantes. Dos llegaron desde las extraescolares de cocina de la ikastola Aresketa; otros dos de quinto de Primaria del colegio Lucas Rey; dos más de sexto de Primaria del Colegio Virgen Niña; y un último formado por escolares de quinto y sexto de Primaria del colegio Zabaleko del barrio San José. “En papel tienen muy bien planteadas las recetas, pero no dejan de ser niños y son muchos, así que a ver lo que sale. De todas formas, a los cocineros profesionales también nos pasa. Yo a veces tengo un desmadre organizativo conmigo mismo que no se ni cómo saco las comandas”, aseguró jocoso Gil, que no dudó en ofrecer sus consejos a la chavalería siempre que le planteaban alguna duda.

trabajo previo Su compañero de jurado Urreta fue de la misma opinión, aunque sí destacó que “están muy bien organizados y se nota que ha habido un gran trabajo previo en las aulas”. No en vano, cada grupo se dividió en otros cuatro subgrupos. Uno fue el de compras, que recibió vales para comprar los ingredientes de la receta en el mercado de baserritarras que, cada viernes, se instala en la zona peatonal de la calle Larrinaga. “A cada grupo nos han entregado 25 euros y tenemos que organizarnos muy bien para adquirir todos los productos que necesitamos”, explicaron unos chicos del grupo de Zabaleko, cuya receta llevaba desde bacon, setas, zanahorias y queso, hasta la imprescindible pasta que les acercó desde Valdegobía el productor de Lau Haize José Manuel Díaz Aldecoa.

Su labor atendiendo a los escolares, al igual que la del resto de baserritarras de la comarca que integraban el mercado, fue de elogiar. “Me está pareciendo una iniciativa muy divertida, pero bendita inocencia. Me querían dar tres euros por tres zanahorias, y ése es el precio de todo un kilo. Les he explicado cómo tienen que cocer los pimientos para extraerles la pulpa y añadirla a la salsa de tomate. Salga lo que les salga, les esta viniendo muy bien para saber lo que cuestan las cosas y de donde vienen los productos que comemos”, apuntó Zuriñe Gotxi, al frente de su puesto local de hortalizas.

También hubo productores de pan, queso, pastel o embutidos, aunque otro que tuvo éxito especial entre los participantes de Master Txiki fue Txema Pérez de Arriba, que acercó desde Delika sus setas shiitake. “Me parece una idea preciosa para que los niños y niñas conozcan los productos de nuestra tierra”, apuntó.

Según iban adquiriendo el producto, el grupo de compras se lo iba acercando a los compañeros encargados de cocinarlo. “Nosotros hemos apostado por una base de lechuga y pasta en espirales, a la que vamos a añadir queso, nueces y otros productos de temporada en plan ensalada, pero otros compañeros de colegio están haciendo spaghetti con calabacín, setas y huevo cocido”, explicó una jovencita del Lucas Rey.

Las medidas también eran algo a tener en cuenta, pues cada grupo tenía que preparar la cantidad suficiente para cuatro raciones, así como la decoración. Algo para lo que también había encargados de montaje de plato, de cara a su presentación ante el jurado. De igual forma, cada equipo tuvo sus reporteros. Dos o tres escolares, cuya función consistió en ir retransmitiendo micrófono en mano la receta que estaba cocinando su grupo, además de entrevistar a los productores a los que compraron.

Muchos objetivos cumplidos, ya que lo que el Ayuntamiento perseguía con esta jornada lúdico recreativa era promover el consumo de productos locales y de temporada y concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia del consumo de cercanía, así como promocionar el mercado de baserritarras de los viernes.