Gasteiz - Una familia de Vitoria acaba de denunciar ante el Ararteko la situación de “discriminación” sufrida durante el recién concluido curso por su hija de 13 años en el colegio San Viator. Los hechos se remontan al pasado 20 diciembre, el día en que la Ampa de este centro concertado celebraba su tradicional Festival de Navidad. La alumna, que tiene síndrome de Down, había participado con normalidad en los ensayos de uno de los espectáculos que su clase iba a representar aquella jornada ante las madres y los padres del colegio, acudió al centro con la ropa necesaria para participar en la actuación pero, poco antes de que el evento tuviese lugar, la dirección comunicó a sus progenitores que no iba a poder hacerlo. “Nos dijeron que la actuación se le quedaba grande y otras cosas que mejor no mencionar”, asegura el aita de la pequeña en declaraciones a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
La familia abandonó el colegio sin que la niña participase en la actuación porque, según denunció unas semanas después en dos escritos presentados ante el Departamento vasco de Educación y la Inspección de esta área, “se le negó su derecho” a hacerlo, lo que a su juicio constituyó “un claro acto de discriminación y vulneración de derechos”. Ante el revuelo generado en el colegio aquella jornada, la dirección de San Viator remitió a las familias un día después un comunicado en el que justificó que había actuado “de buena fe” en este caso y que su decisión se había tomado “con criterios educativos” y buscando “el bien de la persona”. También, de forma “consensuada” con las partes, algo que el padre niega categóricamente. Según denuncia el progenitor, tal y como hizo también en su día ante la Inspección, Educación y ahora ante el Ararteko, se trató de una decisión “unilateral” y que se tomó “sin tener en cuenta la voluntad de la familia ni de la propia menor interesada”, cuyo deseo era actuar en el citado espectáculo. “No se puede discriminar así a ninguna persona. No se pueden tolerar este tipo de cosas, porque se crean precedentes”, enfatiza el padre a este periódico.
Tras ser consultada ayer sobre este caso, la dirección del centro envió un comunicado a este diario en el que defiende que “en ningún momento se ha dado situación de discriminación” con esta menor y que “todas las decisiones se han tomado en clave de protección de la alumna y sus derechos”. Según su testimonio, el equipo de profesionales y docentes que trabaja con ella “decidió que no era conveniente su participación” en el festival “teniendo en cuenta las orientaciones enviadas al centro por una asociación especializada en este campo”, “siempre con el objetivo de garantizar el bienestar de la niña”, que según asegura “tuvo dificultades en la actuación del Festival de Navidad” del año anterior, lo cual niegan tajantemente los padres. Insiste el centro también en que “informó a la familia y consensuó con ella la decisión”, algo que también contradice su versión. Además, expresa su “compromiso de seguir trabajando conjuntamente en favor de la diversidad educativa y su atención”
reclamaciones La denuncia ante el Ararteko ha sido el último paso que da esta familia, después de recibir un escrito de respuesta a su denuncia por parte de la Inspección educativa en el que, a su juicio, “se inhibe ante estos graves sucesos”. “Se ha producido una situación, generada en torno a la no participación de la alumna en el festival de Navidad, que ha provocado ciertos enfrentamientos y afirmaciones no deseadas y que habrían de ser resueltas en el propio centro”, remarca la delegada territorial de Educación en su respuesta a la familia, fechada el 11 de mayo. Según exponen los padres en su reclamación ante el Defensor del Pueblo, esta última denuncia es consecuencia de la situación de “indefensión” a la que se han visto abocados en este tiempo, durante el que, además, se han difundido informaciones en torno a aspectos conductuales y de salud de la pequeña “tajantemente falsas” a través de las redes sociales y otros medios.
En su reclamación, los padres solicitan al Ararteko que “intervenga, actúe en consecuencia y tome las medidas que estime oportunas”, solita que investigue la “procedencia” de las citadas informaciones para que sean “desmentidas y rectificadas” e incluso pide que valore poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores “dada la gravedad de los mismos”. “Teniendo en cuenta el grave perjuicio que esta situación está ocasionando a la menor, cuya intimidad y honor han sido puestas en entredicho, además de la grave discriminación que hubo de soportar, solicitamos que se tomen las medidas que se estimen oportunas a la mayor brevedad”, solicitan en su escrito.
El relato. Los hechos se remontan al 20 diciembre, el día en que la Ampa de San Viator celebraba su Festival de Navidad. La niña, que tiene síndrome de Down, había participado con normalidad en los ensayos de uno de los espectáculos que su clase iba a representar aquella jornada ante las madres y los padres del colegio, acudió al centro con la ropa necesaria para participar en la actuación pero, poco antes de que el evento tuviese lugar, la dirección comunicó a sus progenitores que no iba a poder hacerlo.
Versiones. El centro defiende que decidió que “no era conveniente” la participación de la niña en el espectáculo, que tomó todas las decisiones “en clave de protección” y para “garantizar su bienestar” e incluso que “consensuó” esta decisión con la familia, lo cual niegan los padres categóricamente. El caso ha sido puesto en manos del Ararteko tras dos denuncias iniciales ante la Inspección educativa y el Departamento de Educación.
Los denunciantes han solicitado al Ararteko que valore poner los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores.
En un comunicado remitido ayer a este periódico, el centro mostró su “compromiso de seguir trabajando conjuntamente en favor de la diversidad educativa”.