laguardia - El desarrollo de las plantas en los viñedos riojanoalaveses parece que va mejorando con el paso del tiempo. Al menos, así lo aprecia el Servicio de Viticultura y Enología de la Casa del Vino de Laguardia. Según un informe elaborado sobre la sanidad de los viñedos, parece que las precipitaciones, mayoritariamente en forma de tormentas, del mes de mayo y del presente de junio han supuesto un aporte de agua de entre 30 y 50 litros que han paliado en cierta medida el gran déficit que se había acumulado en el año agrícola.

Estas lluvias unidas a temperaturas elevadas han propiciado un desarrollo vegetativo intenso que ha beneficiado al viñedo en general y, particularmente, a aquellos que sufrieron la helada del 28 de abril. De hecho, según la Casa del Vino de la Diputación Foral de Álava, de la superficie afectada, la recuperación vegetativa ha sido desde total en, al menos, 1.000 hectáreas. En el resto, el estado es muy variable.

A fecha de hoy es pronto para poder determinar la repercusión que tendrá la helada en cuanto a rendimientos. Será necesario esperar al cuajado e incluso a la maduración para hacer una estimación del número viable de racimos y granos por cepa, así como del proceso madurativo, que se muestra lógicamente muy irregular al proceder los racimos de brotaciones tempranas y otros de yemas que brotaron después de la helada.

No obstante, se puede decir que, habida cuenta de que la brotación de yemas de la madera vieja ha sido correcta, va a permitir la generación de pámpanos que aseguren madera de poda para la siguiente campaña. Con todo, en los viñedos perjudicados se ha generado un trabajo extra de operaciones en verde muy superior a un año normal, labores que deberán continuar ya prácticamente durante todo el verano para eliminar esperguras y nietos y dirigir la alimentación de la cepa a los brotes viables.

Con respecto a plagas y enfermedades, el mildiu ha hecho su aparición como consecuencia de las lluvias y temperaturas elevadas habiéndose localizado ya manchas en varios puntos. Por ello, desde la Casa del Vino se aconseja vigilar las parcelas y mantener protegidos los viñedos con un tratamiento al inicio de floración con productos sistémicos. Existen igualmente grandes riesgos de contaminación por oídio por lo que conviene igualmente proteger los viñedos al inicio de floración.

En definitiva, Rioja Alavesa queda dividida en dos zonas, la oriental desde Moreda hasta Laguardia con un desarrollo adecuado en general, aunque haya viñedos puntuales muy perjudicados, y una parte occidental, desde el límite de Laguardia hasta Labastida, que trata de recuperarse de una helada que, sin duda, tendrá repercusiones. - P.J.P. / Foto: P.J.P.