vitoria - Para Ibailakua, el gran barrio al norte de la ciudad, fracasar no es perder, sino no intentarlo. En su caso, dejar de estar a la sombra de otros barrios de Vitoria. Ellos así lo reivindican desde que en un auzogune surgió la idea de que los casi 20.000 residentes de Lakuabizkarra e Ibaiondo pudieran unirse en una misma asociación, dado que “íbamos a pedir un mapa de la zona y no nos lo daban porque teníamos que delimitarles las calles para así conseguirlo”. Lo dice José Moreno (Vitoria, 1967), portavoz del colectivo vecinal Ibailakua, que representa a 19.290 habitantes en esta “tranquila zona” de la capital alavesa, en la que viven muchos jóvenes (4.000 aproximadamente), pero también mayores, al haber varios apartamentos tutelados y residencias, más los adultos que en su día se mudaron a esta parte de la ciudad porque era la zona en la que se más construía en esa época.

Hace poco, el pasado día 29, Ibailakua realizó la primera asamblea como asociación vecinal. ¿A qué conclusiones se llegó?

-Simplemente lo que se hizo es colocar otra vez los cargos, que son los mismos de nuevo, y cómo nos han recibido en el Ayuntamiento los diferentes partidos políticos con los que hemos tenido reunión. En la asamblea también hemos analizado qué acciones vamos a llevar a cabo.

Aparte de la fiesta solidaria de ayer sábado a favor de Nahia, vecina de la zona aquejada con una encefalopatía epiléptica infrecuente, ¿se ha pensado en alguna otra acción?

-Lo primero que queremos es que nos conozcan. Y para eso vamos a empezar a salir a la calle. Hoy día 11 (de 9.00 a 17.00 horas) vamos a participar también en un torneo de futbito para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Hasta ahora los vecinos nos conocían por las cosas que hemos ido solucionando, como ha sido el caso de la iluminación en los pasos de cebra.

¿Y dónde están esos pasos que se ha mejorado gracias a Ibailakua?

-Están en el cruce que viene del Gobierno Vasco, el de Duque de Wellington con Baiona, que era bastante perjudicial, y luego todo Duque de Wellington hasta avenida del Zadorra, que también se ha hecho. Se trata de unas farolas blancas que iluminan lo que es el paso de cebra.

Hace poco (el pasado 9 de mayo), Ibailakua acudía a la comisión de Medio Ambiente y Espacio Público para expresar su deseo de crear un parque intergeneracional en la parcela entre la calle Donostia y Duque de Wellington. ¿Qué ha pasado con esa idea?

-Nosotros lo primero que hicimos en noviembre fue hacer una encuesta de necesidad, en la que participaron 500 personas, porque creemos en la participación ciudadana, porque como asociación debemos de escuchar al barrio. Y lo que más se reflejaba era que no había equipamientos, especialmente deportivos, ni para mayores ni para jóvenes, ni un sitio para reunirse ni nada por el estilo. Ahí queríamos meter el Parkour, pero parece ser que al final se va a llevar hacia otro sitio. Queríamos también un parque de salud para mayores y una cancha de baloncesto porque solo hay una, que es la del barco pirata, que también hace de portería. Por eso queremos que nos pongan campos de fútbol, un anfiteatro, con una zona para merendar... Y unos columpios que no estuvieran desgastados por el sol y la lluvia, porque apenas tienen mantenimiento. A todos los grupos, como nos dijeron, les gustó la idea.

¿Y qué ha sido de ella?

-Cuando lo presentamos a todos los grupos les gustó la idea. Pero lo que queremos es que cuenten con nosotros, que haya una comunicación. Ahora nos hemos enterado que con el programa Hobetuz, el Parkour se hará al fondo, donde la Ertzaintza, y ahí quieren poner un rocódromo, un frontón... Y alguna cancha, pero no nos han mandando ni un plano ni cuándo lo van a hacer ni nada por el estilo.

Hablando de los presupuestos participativos del programa Mejorando Vitoria-Gasteiz Hobetuz, ¿qué le parece que la dotación para 2018 y 2019 pase de 3 millones de euros anuales a 1,5?

-El político lo que tiene que hacer es escuchar. Yo creo que como el resto de la ciudadanía no nos sentimos escuchados. Tienen que ser consecuente con sus actos. Si has dicho tantos millones, tienes que hacerlo porque para eso la gente se ha molestado en buscar unos proyectos. Que cumplan la partida que destinan y la fecha de inicio de los proyectos. Hay que ser consecuente con lo que se dice. Es mejor estar callado a decir algo que no se va a cumplir. Por eso, intentamos que el ciudadano vea a la asociación como un referente: gente con su hipoteca, trabajo, amas de casa, parados.... Y que estamos allí para intentar solucionar sus problemas.

Lo que va viento en pompa es el proyecto Lakuakolore, de huertas ecológicas autogestionadas, en esa misma parcela.

-Sí, parece que ahora es cuando se van a hacer. Estamos de acuerdo en el proyecto, pero no en la parcela: 9.800 metros cuadrados nos parece exagerado. Nos parece inmensa y era la que teníamos pensado para el parque. Creemos que también se necesitan equipamientos en esta zona, antes que las huertas.

Y ahora, ¿qué otro tipo de problemas le quitan el sueño a Ibailakua?

-Tenemos un problema con los montículos en las medianas. Lo inventó Maroto en su día y se ha ampliado, con el nuevo gobierno municipal. En su día se talaron todos los árboles de las medianas porque no podían enraizar bien y, en su lugar, pusieron estos montículos con rosales. Y hemos protestado varias veces para que nos los quiten.

¿Por qué?

-Porque no se ve cuando los coches y los peatones tienen que pasar. El propio alcalde reconoció que no se veía nada cuando intentó pasar por los de Landaberde y casi le atropellan hasta en dos ocasiones. Y conseguimos que los hayan rebajado para, al menos, poder ver. Y ahora estamos intentando en la zona de Baiona que pasa lo mismo porque hasta que no estás en el paso no ves si viene alguien.

Recientemente, el pasado mes de mayo, los vecinos de la zona protestaron por la tala de árboles de Zorrostea, ya que, en su opinión, “evidenciaba la necesidad de soterrar el cableado eléctrico del parque en Sansomendi y Lakua”.

-Lo que hicieron fueron talarlos porque dijeron que estaban muy próximos al cableado. Y si vas a verlo, eso es mentira porque hay mucho espacio. Deberían de haber cortado desde arriba hacia abajo porque tienen todos la misma altura. Sin embargo, hay un montón de chopos que no se han cortado y con la altura, si caen, sí darían al cableado y no se han podado. Ese cableado es de alta tensión y teóricamente no debería ir por zonas habitadas. Hace como ocho años ya pedimos que lo soterraran. Y el Ayuntamiento nos respondió que probablemente tengamos razón, en el sentido que pueda ser perjudicial para la salud, como dice la OMS (Organización Mundial de la Salud). Y, entonces, lo que hicieron fue quitar todos los bancos. Sin embargo, la gente sigue haciendo ejercicio, van a pasear al perro, van los niños con bicicleta, hacen running... Es una zona que se utiliza en el barrio. Y se volvió a protestar para intentar que nos lo soterraran.

¿La única solución entonces es el soterramiento?

-Sí, soterrarlo, que se lleva pidiendo ocho años, por seguridad y salud. Lo mismo que se ha soterrado avenida del Zadorra se puede hacer ya en esta zona.

Tengo entendido que también hay problemas de limpieza en las parcelas vacías que quedan...

-Había muchos problemas con las parcelas vacías y la limpieza. No se regó, no se cortó y han salido ratas y escombros. Dice la normativa que hay que limpiarlas dos veces al año y algunas llevaban más de dos años así. Hace poco se ha tenido que limpiar una porque olía a basuras, excrementos.... Nos quedan tres parcelas que se nos han quejado. Una es en la que se plantó el bosque mediterráneo y ahora están los árboles torcidos, después de todo lo que se invirtió en él... No ha existido mantenimiento. Y en las otras dos están con escombros, basuras, hacen sus necesidades los perros. Y ahí no pueden jugar los niños. Se han encontrado tablas con puntas...

¿El problema, entonces, está en la falta de segado?

-Sí. Con el segado se actúa en la limpieza. Y una vez que lo haces, ves lo que hay abajo. Aquí viene mucho turista, además, por todos los apartahoteles y hoteles que tenemos. Con los columpios y zonas de juego pasa lo mismo, si no los barnizas y limpias, se pudren. Los bancos también. Y los árboles hay que podarlos. También nos gustaría una zona específica en el parque (José Miguel Fernández de Pinedo) para poder soltar a los perros libremente.

Otra necesidad de los 20.000 vecinos de esta zona de la capital alavesa está relacionada con la ampliación de la línea 4 del Gautxori.

-Sí. Actualmente para en la calle Pamplona con calle Baiona. Lo que queríamos era subirlo hasta Landaberde porque cada vez tenemos más jóvenes y queremos seguridad porque no es agradable para los padres. De hecho, se han ampliado las salas del instituto Lakuabizkarra. Y no vamos a estar todo el tiempo con el coche para irles a recoger. Respecto a las otras líneas de Tuvisa, autobús como tal no tenemos. Te tienes que desplazar a Duque de Wellington y hacer transbordos para ir a otros barrios, por ejemplo.

En cambio, con el tranvía los vecinos parecen estar contentos, ¿no?

-Sí. La única queja es a la entrada de las cocheras del tranvía, que es donde están los transformadores. El ruido es constante, día y noche, para el edificio que tiene enfrente.

¿Qué otras novedades se plantean desde la asociación?

-Nos gustaría hacer fiestas. Hemos estado mirando y el coste está mínimo en 12.000 euros. Pero podemos hacer unas fiestas más austeras, ¿por qué no?. Y en vez de fuegos poner globos. Pero pedimos que la gente se anime a crear una comisión de fiestas con gente del barrio, porque estamos siete personas en la junta de la asociación y una de ellas está embarazada. Con gente que se involucre, aunque nosotros les apoyemos. Nuestra intención sería en septiembre porque antes hay muchas fiestas ya en Vitoria y los niños están de vacaciones y hace buen tiempo.

Por cierto, ¿Ibailakua tiene ya local propio como asociación?

-No. Una de las cosas que vamos a pedir es eso. El centro cívico, que ha dado mucha vida al barrio, nos está prestando una sala. Nos hemos estado reuniendo tres veces por semana porque somos novatos. El Ayuntamiento podría darnos una solución con alguna de sus lonjas vacías.