laguardia - El Rioja ha comenzado a dar los primeros pasos para atender las demandas históricas de Rioja Alavesa, así como las de otras bodegas de La Rioja, y facilitar así una mayor singularización para los vinos, circunstancia necesaria para atender una demanda cada vez mayor en ese sentido por parte de los consumidores.
El primer hito fue la revisión de las definiciones de sus categorías tradicionales de Reserva y Gran Reserva, con la determinación de un período mínimo de permanencia en botella en la primera, que sería obligatorio desde el 1 de enero de 2019, y la flexibilización de uno de los años de envejecimiento en botella en la segunda, junto con la posibilidad de elaborar vinos monovarietales blancos a partir de cualquiera de las variedades autorizadas. El segundo hito tuvo lugar ayer, tras la aprobación por el Pleno del Consejo Regulador de la DOC (Denominación de Origen Calificada) Rioja de la regulación para identificar la procedencia de vinos de viñedos singulares. Esta determinación responde al interés del mercado por obtener más información sobre la procedencia cuando el origen tiene lugar en un paraje concreto. Se concilia así el interés tanto de los elaboradores por poner en valor este tipo de vinos, que ya estaban ofreciéndose al mercado, como la de los líderes de opinión y consumidores finales, que demandaban una mayor información en la propia etiqueta.
Se pone en marcha el proceso que permitirá consignar estas menciones en los documentos de garantía de las ya exitosas categorías actuales de los vinos de Rioja, -Joven, Crianza, Reserva y Gran Reserva-, que persisten como base de la regulación y se verán reforzadas por esta información adicional, vinculada directamente al terruño y al origen, y que reflejará la gran diversidad del actual panorama vitivinícola riojano.
La nueva mención busca diferenciar de su entorno un viñedo concreto de un paraje y plantea unas exigencias acordes con la política de calidad y de autenticidad que se ofrecen a los consumidores por parte del Consejo Regulador. Así, por ejemplo, será preciso justificar técnicamente la delimitación natural del viñedo singular, que responderá a una titularidad prolongada en el tiempo, cuya edad debe superar los 35 años, y cuyos rendimientos serán más de un 20% inferiores a los autorizados para el conjunto de la DOC. Será un viñedo equilibrado y de vigor limitado, para el que se exigirá vendimia manual y trazabilidad de la producción, con control previo, así como doble evaluación cualitativa (la calificación inicial y otra valoración previa a la salida al mercado), que en el último caso deberá ser excelente. En cualquier caso, los vinos procedentes de viñedos singulares se identificarán con una contraetiqueta que incluya una mención específica, además de la tradicional correspondiente a la categoría de envejecimiento que corresponda al vino.
Vinos espumosos La otra novedad del Pleno de ayer es que Rioja amparará, por primera vez, la producción de vinos espumosos blancos y rosados de calidad. El Pleno del Consejo Regulador ha decidido adaptar su normativa para que permita acoger este tipo de vinos, completando su actual gama de vinos tranquilos (tintos, rosados y blancos) con un nuevo producto de calidad y prestigio, obtenido mediante el método tradicional, mención que se incorporará en los documentos de garantía actuales y que reflejará específicamente el etiquetado. Para la elaboración de estos vinos se permitirá trabajar con todas las variedades, delimitando la graduación a un rango entre 11 y 13 grados en producto terminado, limitando su rendimiento de transformación respecto del generalmente autorizado, así como una doble evaluación cualitativa, con una valoración físico-química y organoléptica previa a la salida del mercado. Un período mínimo de permanencia de 15 meses para la segunda fermentación, que se elevaría hasta 36 meses en los de más alta gama, ilustra, sobre el tipo de espumoso que pretende ofrecerse al mercado.
Finalmente, el propio Consejo Regulador ha anunciado que es su intención abordar también de manera inminente la puesta al día de la regulación de la mención de subzonas y municipios en el etiquetado, con la intención de ofrecer una mayor información al consumidor. Se trata de una vieja reivindicación de Rioja Alavesa que, al ser rechazada con tanta insistencia por anteriores consejos, provocó la salida de Artadi de la Denominación de Origen Rioja, y la puesta en marcha de una Denominación de Origen Protegida (DOP) propia para Álava, Viñedos de Álava. Para la vocal Inés Baigorri, gerente de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), la nueva mención de viñedos singulares “es satisfactoria aunque se podría mejorar bastante. La medida sirve para poder acercar a los consumidores unos vinos que son especiales y esperamos ir mejorando sus características técnicas poco a poco”.
En cuanto a los vinos espumosos “hay bastantes bodegas de nuestra asociación que ya elaboraban este tipo de vinos, pero no los podían sacar por la falta de una reglamentación. Ahora lo podrán hacer al amparo de una normativa que se equipara en cuanto a calidad a las mejores denominaciones de origen”. Otra cosa es el tema que se ha quedado pendiente para el próximo Pleno del Consejo Regulador como son los vinos de subzona y de municipio. “Estos aparecían en el orden del día de la reunión y confiábamos en que se fueran a tratar en el encuentro, ya que solo se incluyen en la agenda los asuntos que van a votación”, comentaba Baigorri.
Sin embargo “durante un receso se ha celebrado un encuentro de varias asociaciones, ABRA no ha sido invitada, y tras ello se ha decidido posponer la decisión al próximo Pleno argumentando que no había quorum para aprobarlo hoy”. Según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la demora se ha debido a la oposición a que se aprobase por parte de los vocales de Asaja y de las cooperativas. En cualquier caso, esta regulación es una iniciativa de ABRA planteada hace dos años y medio al Consejo, junto a UAGA, en la que se incluye que el nombre de Rioja Alavesa aparezca con el mismo tamaño de letra que Rioja y todo apunta a que finalmente será asumido por el Pleno, tras ser rechazado en numerosas ocasiones.
Por su parte, el Grupo Rioja, emitía un comunicado en el que se mostraba “muy satisfecha por la aprobación de la nueva mención viñedo singular para los vinos de Rioja, que se podrá utilizar dentro de las actuales categorías de Joven, Crianza, Reserva y Gran Reserva. La asociación bodeguera recuperó la iniciativa hace tres años comenzando a perfilar los exigentes requisitos técnicos y buscando el consenso del sector para que las bodegas puedan diferenciar determinados vinos de alta calidad procedentes exclusivamente de viñedos seleccionados. Una iniciativa similar, vinos de finca, fue impulsada al mismo tiempo por ABRA.
El nuevo director general del Grupo Rioja, Iñigo Torres, que representa a todas las grandes bodegas de la Denominación, incluidas las de Rioja Alavesa, también ha explicado que “la aprobación de las prescripciones para poder elaborar vinos espumosos abre una nueva posibilidad para las 600 bodegas de la Denominación. La normativa es equiparable a la más exigente de las reglamentaciones que existen en el mundo”.
Aunque en la actualidad hay varias bodegas de Rioja que elaboran cavas, amparadas por esa Denominación, en instalaciones independiente de donde se preparan los vinos, la nueva posibilidad para los espumosos que se incorporen a esta categoría es que pueden compartir espacio. E incluso, aunque no se ha elaborado con esa idea, podrían llegar a pedir la baja en la Denominación de Origen Cava y regularizar su situación dentro de la Denominación de Origen Calificada Rioja, según explicaba Torres.
categorías. La DOC Rioja añade nueva información a sus categorías tradicionales, como la de vino de viñedos singulares. Próximamente, dará el visto bueno a los caldos de subzona.
años. Será el mínimo de las vides del viñedo singular, según la nueva norma.