Markinez - El río del Molino, afluente del Ayuda, a su paso por la localidad de Markinez, sufrió ayer una catástrofe ecológica al aparecer muertas una gran cantidad de truchas adultas y cientos de alevines como contaron vecinos de la localidad, y como se apreciaba a simple vista en el fondo del cauce del río.
Según explicó el miembro de la Junta Administrativa, Luis Arnaiz, “un chaval del pueblo salió por la mañana con el perro a dar un paseo y en el puente, en el centro del pueblo, vio que había una trucha muerta”. La alarma saltó y se transmitió inmediatamente, alrededor de las nueve de la mañana. A través de mensajes de Whatsapp fue como se enteró el resto de vecinos de que algo extraño ocurría en un río de aguas cristalinas, rico en truchas, a pesar de no ser muy ancho.
A partir de ese momento se encendieron las luces de alarma y se avisó, en primer lugar, al guarda del río, que depende de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Recogió las truchas grandes del río y, a continuación, llamó a la Diputación Foral de Álava, a los responsables de la Agencia Vasca del Agua (URA) y a la Ertzaintza que, acudieron para tratar de averiguar lo ocurrido.
En principio, el número de truchas adultas muertas retiradas del río fueron 65, además de “una gran cantidad de alevines no retirados porque son muy pequeños. Estaban con la boca abierta, como si se hubieran asfixiado”, relata Arnaiz.
Desde un primer momento las sospechas se dirigen “a un vertido, al río que, por alguna circunstancia, ha afectado a los peces” y la misma fuente supone que ha partido del puente, en el centro del pueblo, hacia abajo, que es donde se han encontrado las truchas muertas. “Si hubiera sido en la parte alta del cauce habría habido peces muertos en ese tramo”, sostiene.
También acudieron al lugar varios trabajadores de URA, con la responsable de la zona al frente, que fueron abriendo todas las arquetas de aguas residuales y pluviales para tratar de localizar el foco del problema. “Cuando hemos llegado ya sólo hemos encontrado los peces muertos. No hemos visto veneno y en las pluviales no se observa que haya habido ningún vertido extraño”, por lo que desconocen por ahora el origen exacto de este revés ambiental. De todas formas, el grupo siguió su trabajo de búsqueda muestreando las aguas en los colectores de pluviales y en las salidas al río para ver si había podido salir por allí el veneno y si quedaba algún rastro. “Si hay algo, saldrá en la analítica. En caso contrario, haremos un seguimiento para que no se vuelva a repetir”, manifestaron.
restos de hidrocarburos Asimismo, varios técnicos de Diputación acudieron al lugar y en una zona, a unos 200 metros del puente mencionado, el guarda de la Confederación Hidrográfica que buscaba alguna explicación en el propio cauce, dijo que había encontrado restos de hidrocarburos entre las hierbas del río, junto a numerosos alevines y otra fauna del río, como renacuajos y gusanos, muertos y enredados entre las hierbas o varados en las piedras del cauce.
Aunque resta aún mucho para poder dictaminar la razón de este envenenamiento de las aguas del río, el guarda del coto señaló que el punto del vertido podía estar aguas abajo, en el lugar donde se encontraron los restos de hidrocarburos “porque las truchas grandes habrían tratado de escapar subiendo aguas arriba y eso es lo que ha dado la impresión inicial de que el vertido fuera antes del puente”. Otra de las posibilidades que barajan los expertos es que, a través de las canalizaciones de pluviales, pudiera haber llegado al río algún resto de fitosanitarios de algún agricultor, pero sin que se pueda confirmar aún.
A finales del pasado mes, URA abrió un expediente de sanción a una empresa del entorno de Agurain por ser la presuntamente causante de otro vertido al Zadorra ocurrido el 5 de mayo. Un tramo de este río apareció cubierto con una espuma blanca que producía un fuerte olor, y que la plataforma Zadorra Bizirik y numerosos ciudadanos denunciaron en las redes sociales. Al parecer, ese día una tormenta arrastró material textil y de celulosa, toallitas, de la red de alcantarillado, lo que atascó las bombas de la depuradora e impidió procesar el vertido de la empresa sin tratar.
El hallazgo. Un vecino de Markinez se percató, a primera hora de la mañana, de la existencia de truchas muertas cuando salió son su perro a dar un paseo en compañía del animal.
Presencia de entidades. Personal de Diputación Foral de Álava, el técnico de zona de la Agencia vasca del Agua y efectivos de la Ertzaintza se presentaron en la localidad en busca de los primeros indicios para descubrir el origen de la tragedia.
El presidente de la Junta Administrativa de Markinez desveló las circunstancias en las que aparecieron los peces “con la boca abierta” que suele apuntar a causas de “asfixia”. Además de las 65 truchas adultas retiradas, también se encontraron un gran número de alevines de la misma especie fallecidos.