navaridas - Los vecinos de Navaridas, así como de otras localidades como Páganos que acuden a esta instalación no dispondrán este verano de piscinas, ya que permanecerán cerradas para poder realizar las obras que ha requerido el departamento de Sanidad.

La decisión ha sido difícil para la Corporación, ya que este pueblo, de unos 220 habitantes, ve multiplicada por cuatro la población en época estival. Sin embargo, las piscinas adolecen de problemas, algunos de ellos de carácter sanitario, y no ha quedado más remedio que cerrar la instalación durante los próximos meses, con el acuerdo de la Corporación, asociaciones y con conocimiento de todos los vecinos, a quienes se les ha enviado una extensa carta explicando las razones.

Según el escrito, las piscinas fueron construidas hace 30 años y debido a esa circunstancia no le han afectado las reformas de la legislación realizadas en los años 90. Se argumenta que, aunque estaban fuera de la normativa, el estricto control de analítica y de tratamiento ha posibilitado que se abrieran todos los veranos. Pero ha llegado un momento en el que es obligatorio adecuarse a lo que reclama la normativa.

Según el informe, los dos vasos necesitan una reforma integral e, incluso, la infantil, una depuradora independiente y un vaso de compensación que no tiene en la actualidad, viéndose obligada a utilizar el de la piscina de adultos, lo que es una sobrecarga para la instalación.

Asimismo, es urgente arreglar las baldosas de los andenes de las dos piscinas, ya que la mayoría de las losetas se levantan, así como todas las canalizaciones de agua, que se han visto dañadas por las raíces de los árboles. También se debe mejorar el espacio de la depuradora, hormigonando el cerramiento.

En la misiva se explica que se podrían realizar reparaciones provisionales, pero el dinero invertido, alrededor de 15.000-20.000 euros, sería como tirarlo a la basura, ya que Sanidad vincularía las reformas provisionales a la reforma integral que debe estar hecha en 2018. Si el Ayuntamiento utiliza el dinero de una subvención del Gobierno Vasco, como es su intención, no da tiempo a que la obra esté terminada a 31 de diciembre, con lo que se perdería la subvención. El coste de la obra asciende a 400.000 euros, de los que 250.000 irían para la transformación de los vestuarios, nuevo bar y otras instalaciones y 150.000 para la reforma integral de los vasos. La obra se ejecutará a principios de 2018. Mientras, en el Ayuntamiento se busca cómo compensar a los abonados.