Agurain - La pintura, y más concretamente, el muralismo, se ha convertido en el municipio de San Millán-Donemiliaga en una herramienta para unir pueblos y acercar distancias. Este verano una nueva obra de arte en Galarreta se sumará a las siete ya existentes con el objetivo de recuperar elementos culturales y geográficos, o tradiciones que pudieran quedar reflejados y disponibles a la vista del público en general. El mural se realizará en verano en una de las paredes del centro social de la localidad. “Previsiblemente se realizará una reunión de presentación el viernes 16 de junio y se comenzará con los talleres a finales de junio”, explicó Marivega López de Arbina, técnica sociocultural del Ayuntamiento de San Millán. Los murales colaborativos de San Millán son fruto de un proyecto a largo plazo que pasa por atraer las experiencias de arte público colaborativo al medio rural.

Con el fin de crear monumentos pictóricos en el ámbito rural se persiguen objetivos como la convivencia entre pueblos de un mismo municipio, la transformación de espacios públicos y la conservación de la cultura rural a través de intervenciones contemporáneas. Además, ofrece una actividad lúdica y cultural en la que los vecinos pueden participar juntos. Los talleres se componen de personas de distintas edades, de personas nativas del pueblo y nuevos vecinos.

El proyecto de Muralismo Público en el municipio de San Millán se inició en el año 2010 con el objetivo de recuperar elementos culturales, geográficos, tradiciones, que pudieran quedar reflejados y disponibles a la vista del público en general, además de tratar de buscar la cohesión social e implicación cívica a través del arte y la creatividad. Todo ello a través de conocer y practicar diferentes técnicas de las artes plásticas relacionando a sectores de la población de diferentes edades, oficios y procedencias.

Una actividad, ya consolidada con el paso de los años, que trata conseguir la participación intergeneracional como oportunidad para acercar vivencias y opiniones, reflexión sobre el tema o los temas que se pintan en el mural, la regeneración de espacios, entre otros.

El proyecto es coordinado por Verónica Werckmeister quien tiene un amplio recorrido en el desarrollo de éste tipo de iniciativas. “A comienzos de año se convoca a las localidades que no han realizado mural para que soliciten la realización del mismo. Entre las solicitudes presentadas se hace un sorteo eligiendo la localidad que ese año acogerá la realización del mural”, explica López de Arbina.

Presentación El próximo mes se realiza una presentación en la localidad que acoge el mural con el objetivo de implicar a los vecinos y vecinas en la realización del mismo “ya que lo más interesante del proyecto es, sin duda alguna, que las personas participantes sean protagonistas de un trabajo cívico creativo y colectivo para que adquiera todo su valor de significado”. Una vez realizada la presentación se lleva a cabo un taller teórico-práctico de muralismo destinado a todos los sectores de la población, niños, niñas, personas jóvenes, personas adultas, del que saldrá una idea de la composición del mural para su posterior plasmación en la pared. “Los vecinos de los pueblos se vuelcan en los proyectos, que tienen carácter intergeneracional, ya que participa gente de todas las edades; desde los más pequeños a los vecinos más mayores. Todos disfrutan del proceso creativo”, explican los promotores de la idea.

En el municipio de San Millán el muralismo colaborativo comenzó en 2010 en la localidad de Ordoñana. El deporte y la cultura fueron el tema elegido para el mural ubicado en el frontón, a la entrada del pueblo. Unas enormes abarcas tradicionales enganchadas a la pared sorprenden desde la distancia. Abajo, la tela de la falda tradicional de la zona. Dentro de los cuadros de la falda se pueden apreciar detalles sobre la vida del municipio, además de las creaciones de los participantes más pequeños.

Un año más tarde San Román de San Millán rindió tributo al trabajo del campo y a los diferentes juegos tradicionales de la zona, mientras que Adana, pintó en su bolera los cambios que el paso del tiempo ha provocado en el pueblo. El mural ilustra el pueblo de antes y ahora, simbolizado por la reproducción de una foto antigua de unos niños encaramados al cartel de Adana junto a la carretera. La misma ubicación se utilizó para sacar otra foto de los niños que viven o vienen de Adana hoy en día, además de hacer mención al molino tan especial que tienen y al paisaje y de alrededor.

En 2013, el depósito de aguas de Okariz fue engalanado con una alusión a la naturaleza cambiante a través de las estaciones. Pitxuskaritza es el título del mural. Una palabra inventada por nuestros ayudantes más pequeños, que la definen como: el trabajo en equipo, la amistad, la igualdad y la convivencia con la naturaleza.

“Además, es una divertida alusión a lo absurdo, el juego y la diversión que podemos encontrar en cada momento de nuestro día”, explican. El mural representa la naturaleza cambiante a través de las estaciones. Entre las hojas se encuentra escondidas tesoros del pueblo y del monte, como el arco románico de la iglesia del pueblo, los perretxikos preciados del monte, la presa cercana al pueblo, el zorro, visto de vez en cuando en los alrededores. Además se esconde también un elefante. La temática se repitió en 2014 en Narbaiza donde su depósito de aguas une dibujos de los cuatro elementos de la naturaleza- agua, aire, tierra fuego.

La plaza mayor de Ullibarri-Jauregi mezcla elementos del pasado y del presente del lugar con numerosos colores y motivos ferroviarios que recuerdan a su vieja estación de tren. La última de las creaciones del municipio se llevó a cabo el pasado año en Egilaz. Sobre la pared del lavadero se pueden ver diferentes representaciones del campo, el pueblo, sus gentes y tradiciones.

Todas estas creaciones han permitido que el municipio cuente con una gran galería de arte urbano al aire libre que, a lo largo de estos años, se ha ido ganando a pulso no sólo el cariño y la admiración de los propios vecinos del municipio, sino también el interés y los halagos de los turistas que recalan en las tierras de la Llanada oriental.

hilo conductor Un importante hilo conductor en un municipio, el de San Millán, cuya principal característica radica en la dispersión de su población: Quince pueblos en los que habitan 620 personas, divididos en tres áreas. La más occidental, formada por Aspuru y Narvaja, es una continuación geográfica del valle de Barrundia; al este, junto a Zalduondo se encuentra Galarreta. En torno a Agurain están Zuazo, Luzuriaga, Mezkía, Egilaz, San Román de San Millán, Vicuña, Munain, Okariz y Ordoñana. La zona más meridional, entre Alegría-Dulantzi e Iruraiz-Gauna, está integrada por Txintxetru, Adana y Ullibarri. Todos ellos enclavados a lo largo y ancho de una extensión que roza los 90 kilómetros cuadrados. Además del propio municipio de San Millán en localidades cercanas también se han unido a la iniciativa como en Dulantzi, donde en 2012 en una fachada de la calle Torrondoa donde las flores y el trigo protagonizan una pintura presidida por la figura de una mujer que lanza paja al aire y donde caen palabras como respeto o bakea. Amets haziak o Sueños al aire es el título de la pintura realiza en 2012 en el frontón de la localidad de Argómaniz, perteneciente al municipio de Elburgo.

El mural de la localidad de Galarreta se sumará este estío al proyecto como una herramienta para unir pueblos y acercar distancias. Un año más un verano lleno de color y arte, entendimiento, conocimiento y diversión.

EN SAN MILLÁN

Ordoñana (2010). Está en el frontón, a la entrada del pueblo. Es un homenaje al deporte y la cultura del municipio.

San Román de San Millán (2011). Rinde tributo al trabajo del campo y a los juegos tradicionales de la zona.

Adana (2011). Pintado en la bolera. Ilustra los cambios que el paso del tiempo ha provocado en el pueblo.

Okariz (2013). Pintado sobre el depósito de aguas. Según sus autores, representa la naturaleza cambiante a través de las estaciones.

Narbaiza (2014). Ubicado en el depósito de aguas. En él, se dejan ver los cuatro elementos de la naturaleza -agua, aire, tierra y fuego- y cómo están presentes en esta localidad.

Ullibarri-Jauregi (2015). En su Plaza Mayor. Se mezclan elementos del pasado y del presente del lugar con numerosos colores. Motivos ferroviarios recuerdan su vieja estación de tren.

Egilaz (2016). Se pintó sobre las paredes del lavadero. Con él, queda representado el campo, el pueblo, sus gentes y tradiciones. No falta el dolmen, junto a un protector eguzkilore.

FUERA DE SAN MILLÁN

Alegría-Dulantzi (2012). En una fachada en calle Torrondoa. Incluye espigas de trigo y flores. La principal figura es una mujer que lanza paja al aire. Cuando cae, se convierte en palabras como ‘respeto’, ‘love’, ‘bakea’ y ‘bienvenidos’ en árabe.

Argómaniz (2012). ‘Amets Haziak/Sueños al Aire’ está pintado sobre el frontón de Argómaniz. Las pinturas están ubicadas en el depósito de aguas y en las paredes del frontón de la plaza del pueblo.