gasteiz - El gabinete de Gorka Urtaran propondrá en una próxima reunión del grupo de trabajo de memoria histórica la ampliación del plan trazado desde hace casi tres años en el Ayuntamiento de Vitoria para dignificar a las víctimas del franquismo. Y lo hará mirando a distintos espacios de la ciudad que también formaron parte activa del engranaje represor de la dictadura pero no fueron incluidos en el dictamen de actuaciones que el Pleno municipal aprobó el pasado 30 de enero.

Según avanzó ayer en comisión la edil responsable de Convivencia y Diversidad, Nerea Melgosa, se trata del CEIP Santa María, ubicado en la intersección de las calles Ramiro de Maeztu y Beato Tomás de Zumárraga, un edificio conocido durante años como las escuelas de Ali; también, del espacio ocupado por la antigua plaza de toros; del seminario viejo, donde actualmente se ubican el centro de salud del Casco y la escuela de música Luis Aramburu; y del colegio Sagrado Corazón, empleado como prisión de mujeres durante el franquismo. Cuatro espacios a los que incluso podría sumarse alguno más que también se convertirán en lugares de la memoria debidamente señalizados si se llega a un “consenso” entre los grupos municipales y memorialísticos que han trabajado en este proyecto, especialmente la Plataforma vasca contra los Crímenes del Franquismo. En caso afirmativo, se unirán a un listado que ya integran el muro trasero del cementerio de Santa Isabel, el convento de los Padres Carmelitas y la intersección de las calles Paz y Postas, donde hasta 1975 se ubicó la cárcel de la ciudad.

Melgosa avanzó que propondrá de cara al inminente mes de junio una nueva reunión del grupo de trabajo para que los distintos agentes “puedan escuchar lo que se está haciendo”. Por el momento, sin embargo, sigue sin haber una fecha marcada en el calendario para que el plan de memoria pase por fin de los papeles y los despachos al terreno. Con todo, Melgosa garantizó que este proyecto “no se va a quedar en agua de borrajas” en respuesta a las dudas del edil de Irabazi-Gasteiz, Óscar Fernández, preocupado por la falta de noticias recientes al respecto. “Nunca mejor dicho, no queremos que esto se quede en el olvido”, enfatizó Fernández.

Melgosa informó que desde la aprobación del dictamen de conclusiones el Ayuntamiento “ha revisado actuaciones” recogidas en él, ha “rellenado otras incompletas” y ha estado también en contacto con la Diputación alavesa y el Gobierno Vasco para realizar un trabajo “coordinado” en materias que también recoge el plan, como la elaboración de un censo oficial de víctimas de la dictadura. Precisamente, el análisis de distintos documentos del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora), dependiente del Ejecutivo autonómico, ha desvelado a los técnicos la existencia de otros emplazamientos vinculados al franquismo en la ciudad, como los cuatro ya citados.

El enorme espacio conocido como seminario viejo, por ejemplo, fue ocupado durante la dictadura por la temida Policía Armada de Franco. Mientras tanto, el edificio donde ahora se ubica el colegio Sagrado Corazón, entre las calles Fueros y Manuel Iradier, llegó a albergar en la época a más de 100 presas políticas que, custodiadas por las monjas carmelitas, eran exhibidas por las autoridades cada cierto tiempo por las calles para extender el terror de la dictadura y evitar disidencias. Melgosa recordó que las reclusas, con el pelo rapado y un mechón con un lazo rojo, eran obligadas a pasearse por las inmediaciones del centro o por lugares más concurridos como la calle Dato y, en ocasiones, habiendo consumido antes aceite de ricino para purgar sus estómagos. “Es importante sacar todas las cárceles que había en Vitoria, porque estábamos cayendo en el error de volver a invisibilizar la presencia femenina en la memoria histórica”, defendió la edil de Convivencia. En principio, estos espacios contarían también, como Santa Isabel o el convento de los Carmelitas, con sendos monolitos historiografiados que formarán un “sendero de las víctimas” de la dictadura, según enfatizó Melgosa.

De forma paralela, el Ayuntamiento pretende mantener próximamente sendos encuentros con el Obispado y la subdelegación del Gobierno para buscar las fórmulas que permitan intervenir en los escudos franquistas de la Catedral Nueva y del edificio de la Subdelegación del Gobierno español en la calle Olaguíbel, simbología que será contextualizada o retirada al igual que la cruz situada en el monte Olarizu.

placas franquistas Melgosa informó también de que, una vez actualizado el censo, Gasteiz cuenta a día de hoy con 337 viviendas en cuyas fachadas puede verse todavía la placa del Ministerio de la Vivienda franquista que el plan de memoria histórica también insta a eliminar. La responsable de Convivencia y Diversidad anunció que está todavía pendiente el envío de una carta a todas estas comunidades para que “tengan claro” que se va a proceder a la retirada de estos rótulos, aunque aseguró que todavía no se ha decidido la fórmula para realizarlo. Bien podría ser, según desveló Melgosa, a través de un plan de empleo.

El Ayuntamiento también tratará de consensuar en esa próxima reunión del grupo de trabajo de memoria histórica otros puntos recogidos en el plan como el establecimiento de una fecha determinada para homenajear a todas las personas integrantes de la Corporación municipal represaliadas y asesinadas durante el franquismo, y por extensión a todos los vecinos de la ciudad que fueron víctimas de la represión. Además, sigue sin decidir la ubicación de la placa o monolito que recordará al alcalde de Gasteiz salvajemente fusilado durante la Guerra Civil junto a otras 15 personas en el puerto de Azazeta, Teodoro González de Zárate, por lo que también trasladará el asunto a la próxima reunión de este foro.

Sin más novedades en torno a la modificación del callejero, una cuestión que el propio Urtaran descartó de forma tajante, Melgosa también avanzó que la coordinación con la Diputación se extenderá a la elaboración del censo oficial de víctimas de la dictadura en Gasteiz, un trabajo para el que será de gran utilidad la apertura de la nueva Oficina foral de Atención a las Víctimas del Franquismo el próximo 1 de junio.

El plan. El trabajo, adelantado en sus distintas fases por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, recoge la señalización de distintos lugares de la memoria, con la prioridad del cementerio de Santa Isabel. También la intervención en la simbología franquista, en el callejero y en los cargos honoríficos de la ciudad, la elaboración de un censo oficial de víctimas del franquismo, la colocación de una placa o monolito en recuerdo del alcalde asesinado Teodoro González de Zárate o el establecimiento de una fecha de homenaje a los represaliados.