Hacía ya mucho tiempo que la Feria del Perretxiko y de la Vaca Terreña no se celebraba con un tiempo tan magnífico como el que disfrutaron ayer vecinos y visitantes en Zuazo de Kuartango. Y de hecho, el año pasado se tuvo que trasladar todo al interior del frontón por la lluvia y el viento. Por eso la XV edición de la fiesta de ayer fue un éxito, porque a ese tiempo agradable se unió la buena organización de la feria y la diversidad de productos que en ella se pusieron a la venta.
Para la gran mayoría a las diez de la mañana todo estuvo listo para ser mostrado, aunque durante toda la noche, desde la una de la madrugada, un fuego vivo estuvo anunciando el trabajo de un pequeño grupo de personas. Fueron los encargados de asar la vaca terreña, oriunda también de Kuartango, de la ganadería de la familia Martínez de Santos, que se repartió a la una y media de la tarde, y que se pudo acompañar por la sabrosa sidra que se produce en la localidad y lleva su nombre.
Y es que, una vez más, la decimoquinta Fiesta del Perretxiko fue un nuevo canto a los productos de la tierra, especialmente a la seta de la primavera, que se ofreció en numerosos puestos con precios que oscilaban entre los 9 y los 49 euros el kilo, según los tamaños, las procedencias y los caprichos de los vendedores. Junto a ellos se desplegaron otros muchos puestos con productos agroalimentarios, artesanías de todo tipo y varios espacios de solidaridad: uno era la txosna, de Arabako Bakelekua, la asociación que promueva la llegada de un grupo de chicas y chicos saharauis para pasar el verano en Kuartango, otro era el de la Solidaridad, desde el que el valle ayuda a Ecuador y Rwanda. También se perseguía recuperar el edificio del balneario para darle un nuevo valor, a través de iniciativas empresariales, como la sidrería Kuartango y la industria de conservas ecológicas, Ekotarriko.
Este año faltaba el punto de venta de carne de vaca terreña, ya que su promotor, Adolfo Martínez, ha comenzado el proceso de transmisión de la ganadería familiar a sus hijos, Julen y Mikel, aunque en la otra orilla del río se instaló un gran corral con numerosas vacas terreñas para que la gente pudiera conocer como es este animal. Se trata de una carne un poco más oscura y el sabor mucho más intenso, del que se comercializa habitualmente. Es un producto que tiene su mercado, que está creciendo y que la gente busca por lo natural y por su sabor.
Por su parte, en los numerosos puestos de perretxikos, los propietarios o encargados contaban que brotan en el monte y tienen muchísimas propiedades, como, por ejemplo, muchísima insulina, por lo que es buena para los diabéticos. La cuestión es que este año no hay muchos, a causa de la sequía y esa es la razón por la que alcanza cotizaciones importantes.
Hidromiel Además, en el paseo había otros productos, como un queso elaborado en Sendadiano por Tintxo Insausti. “Es un queso elaborado con leche cruda de oveja latxa del Gorbeia, que hacemos con el sistema tradicional, aunque ya no utilizamos recipientes de cobre, sino de acero inoxidable. Lo estamos vendiendo con dos meses y una o dos semanas, ya que la normativa pide que sean al menos dos meses, aunque está mucho mejor con cuatro o cinco, según nos dice la gente”, explican desde este stand.
Frente a él, y por vez primera en la feria, un joven procedente de Cantabria, Borja, de Renedo de Piélagos, ofrecía la antiquísima bebida de hidromiel. “Esta es la bebida alcohólica más antigua, es lo primero que hizo el hombre con alcohol antes que el vino o la cerveza. En un fermentado a base de miel y de agua, no tiene más ingredientes, ya que de la fermentación sale el alcohol. Sería un vino de miel. Lo normal es que lleve unos dos meses de fermentación. Otros, más semisecos, llevan dos y medio o tres meses”, cuenta Borja, quien sugiere que se tome en los postres sustituyendo al típico chupito o con productos dulces.
En otro lugar de la larga feria, los participantes más jóvenes buscaban con su simpatía la solidaridad de los demás. Un grupo de niños del valle iban contando que “con un euro podemos dar comida durante un día para 90 niños en Rwanda”, dice Lorea, mientras que Izaro añade que “hemos venido con muchas cosas que hemos hecho nosotros en Catequesis”, para venderlas y recabar fondos, al tiempo que Naiara recuerda que “el año pasado hicimos una escuela para 90 niños”, en ese país africano.
Unos proyectos solidarios que fueron recordados ya con la presencia del diputado general de Álava, Ramiro González, por el alcalde, Eduardo Fernández de Pinedo. A continuación, presentó al pregonero de la fiesta, Ángel Sierra, de la Asociación de Donantes de Sangre de Araba.