vitoria - El que nació como convento de la orden de las Carmelitas Descalzas en Betoño busca nuevos inquilinos una vez que el proyecto capitaneado por INTL Campus haya decidido finalmente redimensionar sus pretensiones iniciales, que pasaban por la conversión del recinto en un campus universitario de relevancia internacional. A partir de ahora, una vez roto el contrato de alquiler de los citados con la Fundación Vital, propietaria del complejo, ésta abre un periodo de reflexión sin prisas para determinar qué tipo de actividad se ubicará finalmente en un edificio cuya reforma costó hace unos años alrededor de 18,5 millones de euros.
Hasta la fecha, sobre la mesa del patronato de la fundación bancaria hay tres propuestas que ya han presentado sus respectivos planes de futuro a los rectores de la entidad. Entre ellos, su presidente, Jon Urresti, explicaba ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que los grupos que se han dirigido a la Vital defienden una propuesta asistencial, otra educativa y una última de emprendizaje. Ésta, precisamente, entroncaría con la necesidad que tiene la capital alavesa de revitalizar el sector industrial ubicado en la zona en la que se enclava el complejo. No en vano, Betoño acoge a un buen número de empresas caídas en desgracia, a otras especializadas en actividades maduras y a otras que necesitan incluir valor añadido para poder mantenerse en el mercado.
En cualquier caso, e independientemente de las propuestas que lleguen hasta la Fundación Vital, éstas deberán generar rentabilidad social y/o económica, según indicó Urresti en una conversación con este periódico. Se trataría de que el edificio y sus inquilinos generen recursos a la entidad para que reviertan en la sociedad a través de las actividades auspiciadas por la obra social de la Fundación Vital. Además, parece evidente que cualquier nueva propuesta que acceda al edificio de Betoño no empezará a estar operativa antes de 2018. Hasta entonces, las puertas de la entidad estarán abiertas para escuchar a quien quiera proponer actividades para el complejo, siempre y cuando, éstas estén pensadas y debidamente meditadas y desarrolladas. En ese punto, desde la Fundación Vital se reconocía ayer que aún no han recibido ninguna propuesta que busque la conversión del edificio en la idea que motivó su reforma, es decir, en un centro integral de creación cultural.
En cualquier caso, la fundación bancaria es consciente de las dimensiones del edificio -7.000 metros cuadrados-, por lo que no descarta en ningún caso la cohabitación de “dos, tres e, incluso, cuatro actividades”, según adelantó Urresti. “Ahora se trata de escuchar proyectos elaborados”, zanjó.
Al respecto, Urresti también aclaró que la propuesta de EH Bildu Gasteiz por convertir el antiguo convento de Betoño en un centro de creación multidisciplinar de arte y cultura alternativa, no es una de las tres candidaturas que le ha llegado, dado que aún los abertzales no la han presentado, “porque no tengo ninguna hoja por escrito de ese proyecto”.
“traje demasiado grande” Pese a que este periódico intentó ponerse en contacto reiteradamente con los promotores que aspiraban a convertir el edificio de Betoño en un campus universitario internacional, no pudo hacerlo. En cualquier caso, como Urresti precisó a este diario y en una entrevista concedida a una radio local, fue justo hace cuatro meses -coincidiendo con su llegada a la entidad sin ánimo de lucro- cuando “empezamos a trabajar de una forma más intensa para ver si podíamos activar este proyecto o descartarlo”.
Finalmente, y pese a que “hemos intentado trabajar codo con codo para ver si ese proyecto se podía relanzar, hemos visto que no hay capacidad para poder hacerlo de una forma tan grande como se quería hacer”. El motivo, en concreto, de decir adiós al sueño de la universidad americana se debe a que el edificio queda a los inversores “como un traje demasiado grande. Poner 7.000 metros cuadrados para un grupo tan pequeño de estudiantes no daba a lugar”, remarca.
Y, aunque era un contrato “muy potente y con muchos compromisos por ambas partes”, Urresti subraya que se rompe de forma “absolutamente natural y amigable”.
Adiós a la universidad. El contrato de alquiler de Krea entre la Fundación Vital e INTL Campus, por traer una universidad americana al convento de Betoño, se rompe porque los 7.000 metros cuadrados del inmueble eran “demasiado grandes” para el pequeño grupo de alumnos interesados en estudiar allí.
Las tres propuestas. Pese a que es pronto para entrar en más detalles, el presidente de la Fundación Vital adelanta a este periódico que ya tiene sobre la mesa proyectos asistenciales, educativos y de emprendizaje. Del mismo modo, no descarta que el bloque albergue más de un uso, que ahora no tiene por qué ser cultural.
Propuesta de EH Bildu. Nuevamente ayer, la formación soberanista hizo público sus deseos de destinar el edificio Krea a centro de creación multidisciplinar de arte y cultura alternativa. Sin embargo, la propuesta no ha llegado todavía por escrito a la Fundación Vital.
Pese a que el proyecto por traer una universidad extranjera a Betoño era “muy potente”, el presidente de la Fundación Vital subraya que la rescisión no traerá mayores consecuencias.
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Propuestas. Son las que han llegado a la Fundación Vital. Todas las que estén “bien estructuradas” se estudiarán.