vitoria - El presidente de la Diputación provincial de Burgos, César Rico, no tuvo reparos en dejar ayer bien clara la postura tanto de su ejecutivo como del Partido Popular burgalés, que él preside, sobre la posible continuidad de la central nuclear de Garoña. En una semana decisiva para el futuro de la planta por la reunión mañana del consejo de administración de Nuclenor, donde Iberdrola y Endesa tratarán de hallar una entente cordiale sobre la reactivación o no de la instalación de la que son accionistas, el máximo responsable del ejecutivo burgalés aprovechó la rueda de prensa de presentación del acuerdo sellado con Álava sobre Trebiño para manifestar en la puerta del Palacio foral su deseo de que Garoña reabra sus puertas definitivamente.

“Desde la Diputación provincial que presido siempre hemos manifestado nuestro apoyo a la continuidad de Garoña, que es una fuente de riqueza no sólo a nivel nacional y de Castilla y León, sino para Burgos en singular”, aseguró Rico, para quien “es muy difícil buscar una alternativa que cree puestos de trabajo tanto directos como indirectos en las zonas de influencia” del recinto. De hecho, el presidente provincial confió en que la decisión definitiva sobre la reapertura sea “empresarial y no política”, exactamente lo contrario de lo que reclama su homólogo alavés, el diputado general Ramiro González.

“Una vez que el Consejo de Seguridad Nuclear ha dado el visto bueno a que pueda continuar abierta debe ser una decisión empresarial la que determine si sigue activa, no una decisión política. Espero que no se produzca un cierre político como hizo en su momento el señor Rodríguez Zapatero”, apuntó el dirigente popular de la Diputación provincial de Burgos, que apenas acabó la frase encontró respuesta en palabras de González, que se encontraba justo a su lado. “En esta cuestión también discrepamos -en referencia a la desanexión de Trebiño, a la que ambos se habían referido antes-, porque nosotros sí demandamos una decisión política que provoque el cierre de Garoña”, respondió el mandatario foral alavés.

reuniones hoy y mañana Mientras tanto, antes de la cita de mañana del consejo de administración de Nuclenor, Garoña será hoy objeto de debate en Bruselas, donde la Comisión Europea de Peticiones tratará la petición de cierre definitivo y posterior desmantelamiento de la central registrada en septiembre de 2016 por el alcalde del municipio burgalés de Valle de Zamanzas, localizado en el área de influencia de la infraestructura.

La cita crucial, de cualquier forma, llegará mañana por la tarde, cuando en la reunión de Nuclenor estará sobre la mesa la petición de Iberdrola a Endesa para que respalde la presentación de un escrito de desestimiento de solicitud de renovación de la autorización de explotación.

El encuentro tendrá lugar después de la celebración por la mañana de la junta general de accionistas de Endesa y de la presentación de los resultados trimestrales de Iberdrola. Nuclenor cifra en 205 millones de euros el coste de volver a poner la central en funcionamiento, mientras su desmantelamiento supondría un gasto de alrededor de 600 millones de euros, de los que la propietaria de la planta participada a medias por Iberdrola y Endesa debería sufragar cerca de 100 millones de euros.