dulantzi - Bajo un sol de justicia un centenar de personas se arremolinaban ayer por la tarde en la Herriko Enparantza de Dulantzi para, por noveno año consecutivo, honrar a San Prudencio en una tamborrada de preludio a la festividad del patrón alavés. Ataviados con impolutos trajes blancos y gorros del mismo color, niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres portaban en sus cinturas tambores y barriles para vestir de gala la localidad de la Llanada oriental, que latió al ritmo de los tambores creando una algarabía que se pudo sentir durante la tarde en la jornada festiva. En primera fila, los más txikis de la localidad, quienes sujetaban fuertemente los palos bajo la atenta mirada de los padres y madres que se acumulaban entorno a la plaza.

Todas las miradas se unieron a las 18.00 horas en el kiosco de la plaza, donde una veintena de alumnos de la escuela de música Sabin Salaberri de la localidad comenzaron a tocar los primeros compases de las melodías festivas. Trompetas, saxofones, trikitixas y guitarras entonaban los primeros acordes de las marchas. Abajo los tamborreros y barrileros seguían el ritmo marcado por la banda y por los directores, Eduardo y Ernesto, mientras las majorettes y cantineras comenzaban su particular baile. El sonido del silbato de Eduardo alertó a todos los presentes del comienzo de la actuación. Además del blanco inmaculado, el colorido lo pusieron las majorettes que, ataviadas con vistosos colores -rojo, verde, blanco y negro- danzaron a ritmo de la música y de los primeros toques de tambor. En total cuatro fueron los temas interpretados por la comitiva de la tamborrada junto a los jóvenes alumnos de la escuela de música municipal. Después, el sonido proveniente del megáfono de la furgoneta que precedía el desfile acompañó a los participantes en el desfile en una calurosa tarde que hizo mella en los músicos. “Una cervecita fresquita, por favor, y un vaso de agua”, pedía una de las participantes de la tamborrada dulantziarra a su salida de la plaza.

Con el tambor bien amarrado y los palillos en las manos, los participantes del desfile familiar extendieron el sonido de la fiesta a las diferentes calles de la localidad, por las que transcurrió el desfile ante los aplausos de los que se congregaban en el recorrido. La retreta de San Prudencio, Kosakos de Kazan, Tatiago, Marcha de San Sebastián, Tamborrada de Dulantzi, Prashkuarena o Tamborrada de Gaztelubide fueron algunos de los temas que sonaron durante el recorrido.

“Las majorettes y cantineras de Vitoria un año más, se unen a la fiesta y están aquí en Alegría el día de la tamborrada”, señalaban desde la organización. El sonido del tambor se coló por todos los rincones de la villa gracias a la labor de las sociedades organizadoras Okeluko y Bi Mila.

La idea de celebrar una tamborrada coincidiendo con la celebración de la festividad de San Prudencio surgió de la sociedad gastronómica Okeluku en 2008. Todo con el fin de disfrutar de la fiesta y compartirla.

Escuela. Una veintena de alumnos de la escuela de música Sabin Salaberri de la localidad tocaron los primeros compases de las melodías festivas.

Celebración. El germen de la celebración de esta tamborrada coincidiendo con los días previos a la festividad de San Prudencio surgió de la sociedad gastronómica Okeluku en 2008.

Tamborrada. La retreta de San Prudencio, la Marcha de San Sebastián o la tamborrada de Dulantzi fueron algunos de los temas que sonaron.