Vitoria - La educación a distancia tiene una cara menos conocida por el público pero igual de útil a la hora de buscar salidas profesionales. Este caso es el del Instituto de Formación Profesional a Distancia (ULHI) de la capital alavesa, que desde que fuera creado en el año 2011 cuenta con mil alumnos que han elegido realizar sus estudios de manera semipresencial. En este sexto curso, por ejemplo, se graduarán más de cien alumnos. Entre ellos, la primera promoción que sale del ciclo de Diseño de Fabricación Mecánica, que sumarán 300 titulados más desde el inicio del proyecto.
María Luz Alonso (Bilbao, 1978), en cambio, se decantó por el mundo de los fogones. Y, aunque terminó el ciclo de cocina del ULHI -el instituto que tiene su sede en Vitoria- en cuatro años en lugar de dos, “para poder compaginarlo con mi trabajo”, de momento, este tipo de educación a distancia le ha servido para ganar 700 euros, buscarse una nueva salida laboral y el reconocimiento de la profesión de su nueva titulación. El mérito de ello se debe el haber conseguido el primer premio en el certamen de cocina VIII Concurso Eusko Label de Interescuelas de Hostelería de Euskadi, que organiza la Fundación Hazi.
La ganadora de la reñida competición de este año, celebrada el pasado 7 de febrero en la Escuela Superior de Hostelería de Bilbao, es una doctora en Química e investigadora de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). “El mundo de la investigación está cada vez más complicado y veía la cocina como una opción de futuro”, explica está mujer que ha cursado el ciclo de Cocina en el ULHI, mientras trabajaba por las mañanas. “Me interesó porque era un curso compaginable. La parte teórica la he hecho desde casa y las presenciales por la tarde”, precisa.
Fusionando disciplinas Pero como Alonso asegura, “química y cocina están más relacionadas de lo que en un primer momento parece”. Ambas disciplinas tienen mucho que ver, por ejemplo, para saber usar la cantidad justa de ingredientes y combinarla con los que mejor mariden con el objeto dejar el mejor sabor. “Eran mis dos pasiones porque desde pequeña he visto cocinar a mi familia y me ha gustado”, recuerda Alonso, quien ha conseguido dominar la fórmula del éxito, gracias al plato Yema en su nido con rulo crujiente de Eusko Label, para auparse en el primer puesto, tras las valoraciones de un jurado formado por profesionales de la hostelería, de la talla de Fernando Canales y Paul Ibarra, quienes tenían que valorar la parte técnica del plato con un 40% y la cata con un 60%.
Pero dar con la idea no fue fácil. Alonso solamente sabía que los requisitos del concurso eran llevar como ingredientes huevo y pollo de caserío vasco. “He estado pensando mucho en ello. La idea surgió en casa e hice varias pruebas porque quería preservar los sabores”, recuerda. Al final, tenía claro que quería representar el ciclo vital de las aves de corral. “Lo he hecho con un nido de pasta griega kataifi, encima va media cáscara falsa de huevo comestible, con azúcar, también hay semillas, como símbolo de su alimento, tierra, a base de maíz y cebolla tostada, y brotes, a modo de jardín”, matiza.
En el ULHI seleccionaron a tres creaciones de las que Alonso fue la elegida para representar al centro gasteiztarra y de las que finalmente resultó vencedora del VIII Concurso Interescuelas de Hostelería de Euskadi 2017. El segundo galardón fue para el estudiante Baladi Goiburu, de la Escuela Superior de Hostelería de Gipuzkoa, y el tercero para Asier Carpio, de la Escuela de Hostelería de Egibide.
Ahora, esta mujer ya sabe qué hacer con los 700 euros. “Uno de los módulos del ciclo era Empresa e iniciativa emprendedora y ahí se me ocurrió hacer un servicio de cocina a domicilio, regalos gastronómicos o tartas, así que lo invertiré para este proyecto”. Pedidos, de momento, no faltan en su web www.cocinalotumismo.weebly.com.
El premio. María Luz Alonso, alumna del Instituto de Formación Profesional a Distancia de Vitoria (ULHI), ha obtenido los 700 euros del primer premio del ‘VIII Concurso Interescuelas de Hostelería de Euskadi’.
El plato. ‘Yema en su nido con rulo crujiente’ es un homenaje al ciclo vital de las aves de corral.