La última selección del palacio de Escoriaza-Esquível y su manzana para albergar el Gasteiz Antzokia y Oihaneder Euskararen Etxea parece que pone fin a una sucesión de posibles emplazamientos para este equipamiento de la cultura esukaldun en la ciudad.
Desde hace una docena de años se han venido barajando todo tipo de escenarios, la mayoría ubicados en la parte histórica de la cuidad, aunque el anterior alcalde, Javier Maroto, llegó a sugerir su ubicación fuera de la almendra medieval con el emplazamiento de los antiguos cines Guridi, en la calle San Prudencio. Por el camino han quedado lugares como El Campillo, la que fue sede del Banco de España y hasta una más peregrina idea lanzada también por el popular Maroto de construirlo sobre el antiguo depósito de aguas de Montehermoso.
Ya con la llegada de Gorka Urtaran a la Alcaldía el proyecto empezó a encontrar un espacio definitivo sobre el que aterrizar y no es otro que el palacio Escoriaza-Esquível y toda la manzana que le rodea, en la que también tendrá su acomodo Oihaneder Euskararen Etxea. Desde mediados del pasado año ya se han puesto los ojos sobre este emplazamiento y, terminado el plazo de recepción de propuestas, parece que se pone en marcha la maquinaria para que el Gasteiz Antzokia pueda abrir sus puertas.
el elemento del frontón El actual emplazamiento surgió del estudio llevado a cabo por la Fundación Catedral Santa María, gracias a un convenio firmado con el Ayuntamiento por valor de 35.000 euros. Su decisión final se centra en la actual manzana de Escorizaza-Esquível, en la que se encuentra también inmerso un frontón, restaurado con la colaboración y aportación vecinal y que se ha convertido en epicentro de actividades para los vecinos de la zona.
La silueta de este juego de pelota se ha convertido en un elemento de controversia dentro del concurso de idea. Los 14 escritos presentados tienen total libertad para conservarlo o derribarlo dentro del conjunto del proyecto del Antzokia. El proceso apenas acaba de comenzar, pero los vecinos y colectivos del Casco Medieval ya han señalado este frontón como uno de los elementos que puede generar polémica en el proyecto final. Hasta el año 2007 era conocido como el frontón San José, hasta que una serie de fuertes tormentas le ocasionaron desperfectos y goteras que le mantuvieron un tiempo cerrado. A través del movimiento y colaboración vecinal, en una asamblea abierta denominada Txapa Ahotsa, se le devolvió a la vida y ahora es uno de los puntos fuertes de la actividad en esa zona del barrio. El ahora denominada Auzolana Pilotalekua goza de una nueva vida con la capacidad de trabajo y autogestión vecinal. Los proyectos pueden contemplar cualquier de las dos opciones, pero también se marcan en las bases la obligatoriedad de reservar un espacio de 400 metros cuadrados como alternativa a su demolición.