Vitoria. El tribunal alavés ha impuesto en concreto quince años de cárcel al padre de la víctima por un delito continuado de agresión sexual y tres años y cinco meses a la abuela por maltrato habitual y lesiones.

Además ha condenado a un total de cinco años y tres meses a uno de los tíos por un delito continuado de abusos sexuales, maltrato habitual y lesiones; dos años y nueve meses para un segundo tío por los delitos de maltrato habitual y lesiones, y finalmente tres años y seis meses para el tercero de los tíos por un delito continuado de abusos sexuales y otro de lesiones.

Asimismo la sección segunda de la Audiencia Provincial de Álava establece que los acusados indemnicen con 70.000 euros a la víctima por los daños morales causados y con 15.000 euros por las lesiones y secuelas psíquicas, según la resolución fechada el 7 de abril hecha pública hoy.La Fiscalía de Álava solicitaba un total de 56 años de cárcel para los cinco familiares de esta joven.

Durante el juicio, que se celebró el pasado marzo, la joven relató que su padre la violó hasta que tuvo trece años, que lo hizo incluso con sus hermanos en la misma habitación.

También aseguró que sufrió malos tratos durante su infancia y adolescencia, que siendo mayor de edad dos de sus tíos le hacían tocamientos de manera reiterada y que su abuela la agredía y la obligaba a hacer los recados para casi toda la familia mientras vivió con ella en un piso en Vitoria. Además describió todo tipo de humillaciones e insultos.

Uno de los testimonios más relevantes durante el juicio fue el de una hermana de la víctima que durante la instrucción negó las acusaciones por miedo, pero que en la vista oral ratificó ante el tribunal los maltratos y presuntos abusos sexuales cometidos por el padre, algo que dijo que toda la familia sabía.

Ambas declaraciones contrastaron con las afirmaciones de los cinco acusados que en la vista oral negaron todos los cargos.

Sin embargo, la Audiencia Provincial de Álava ha dado ahora credibilidad a la declaración de la víctima, que dice que fue "extensa, clara, cargada de detalles", que revelan que no ha "construido un relato aprendido".

También destaca el testimonio "sin ambigüedades" y sin "contradicciones" con respecto a la "larga sucesión de agresiones sufridas a manos de su padre" que el tribunal dice "ha creído".

Los jueces dan valor también a la declaración de la hermana, que confirmó en la vista oral los hechos que se imputaban a su padre y también a los "silencios" de otra hermana que testificó.En la resolución el tribunal también se refiere a un informe de los servicios sociales en 2003 que explicaban que la víctima era la más limitada de todos los hermanos a nivel cognitivo y relacional y que no tenía "apoyo alguno, su madre no la protegía, sus hermanos callaban" y que todos ellos estaban "sometidos a la violencia" que ejercía el padre.

"No tenía amigos, ni ningún otro apoyo social que pudiera auxiliarla. En casa y con ella, el acusado podía hacer lo que le diera la gana y lo hizo", afirma el tribunal.

La sentencia añade que, cuando la joven fue a vivir con su abuela, en una casa de Vitoria en la que también residían los tres tíos hoy condenados, la víctima lejos de recibir "afecto, apoyo y protección" sufrió una situación de "desprecio, humillación, sometimiento, violencia y explotación".

"Hasta que cumplió 25 años y huyó de su familia fue tratada en muchos aspectos y de manera cotidiana como un juguete", describe el tribunal.

Contra esta resolución cabe recurso ante el Tribunal Supremo, algo que ya han anunciado a Efe que no van a hacer ni la abogada de la víctima ni la acusación popular ejercida por la Asociación Clara Campoamor.