laguardia - A punto de iniciarse una nueva campaña de miel, los apicultores vuelven a mirar con recelo todo lo que vuela con colores diferentes a las abejas. Existe temor, y es muy razonable, porque las avispas asiáticas llegaron para quedarse y atacar entre otras a las abejas melíferas. Y en estos momentos vuelven a construir sus gigantescos nidos de la nada. Este año, sin embargo, se albergan esperanzas de que pueda producirse un combate colectivo contra esa especie invasora. Esta misma semana, el Senado ha aprobado, con el apoyo de todos los grupos de la Cámara, una moción del grupo parlamentario socialista dirigida a poner en marcha un plan eficaz para frenar la invasión de la avispa asiática, la temida vespa velutina nigritorax. El portavoz adjunto del PSOE en la Cámara Alta, el riojano Francisco Martínez Aldama, explica que la moción aprobada propone la elaboración de un protocolo consensuado con las distintas Administraciones y con medidas eficaces. También propone la puesta en marcha de proyectos de investigación para descubrir una feromona efectiva que permita una captura dirigida y masiva de la avispa asiática con una dotación presupuestaria suficiente y el traslado de este problema al ámbito de la Unión Europea.

Martínez Aldama explica que, desde 2010, el “avance imparable” de la avispa asiática ha supuesto la colonización de un gran porcentaje de la población de abejas de miel y ha puesto en peligro a gran parte del sector de la apicultura y de diversos cultivos agrícolas, ya que amenaza la polinización. Mientras, afirma que la actitud del Gobierno central “se ha caracterizado por la falta de medidas” y critica que “si algo no funciona hay que corregirlo”, ya que el problema no se resuelve “escondiéndolo bajo la mesa”.

Y lo cierto es que se lleva escondiendo muchos años. En junio de 2014, otro senador socialista, Nicanor Sen, de León, reivindicó que “no podemos mirar hacia otro lado, siendo necesario que adoptemos verdaderas medidas que erradiquen en lo posible o controlen esta plaga que avanza imparable de territorio en territorio desde su llegada en el año 2004”. Los datos son verdaderamente preocupantes para los apicultores del País Vasco, Cantabria, Asturias, Galicia, Cataluña, Castilla y León “incluyendo la Comarca del Bierzo” y la Rioja, subrayó en el Senado.

Las declaraciones llegaron tras el rechazo en la Cámara alta de una propuesta de Unión del Pueblo Navarro que instaba al Gobierno central a la adopción de medidas para erradicar los asentamientos de la avispa asiática en las explotaciones apícolas, pero sin proponer medidas concretas “como la necesidad de invertir en investigación y desarrollo hasta descubrir una feromona que permita una captura más dirigida y masiva de este depredador de abejas melíferas permitiendo el control de esta plaga”.

Porque es una plaga. Quizás con mayor presencia en Bizkaia, donde se han superado las 2.200 colmenas retiradas en 2016; o en Gipuzkoa, donde se destruyeron más de 1.100. En Álava las cifras no son tan abultadas. 355 nidos retirados el año pasado, pero esa cifra triplicaba la del año anterior y no hay nadie capaz de prever lo que ocurrirá este año, porque las avispas reinas permanecen ocultas antes de colonizar nuevos espacios.

En el territorio hay numerosos apicultores que se dedican a la producción y comercialización de miel como un complemento a sus rentas agrarias. De hecho, existe una Asociación de Apicultores de Álava que aglutina alrededor de 400 socios con unas 7.700 colmenas, aunque hace diez años el censo era de 8.370.

Entre ellos existe el temor a la especie invasora, aunque hasta el momento la incidencia no ha sido excesiva, ya que la mayor parte de las colmenas se han localizado en la zona de Ayala y en la propia Vitoria. En una de las zonas que cuenta con su propia Feria de la Miel, Montaña Alavesa, concretamente en Antoñana, se localizaron dos colmenas el año 2015 y una en 2016 según confirma un productor, Fernando Díaz. Él cuenta con una pequeña explotación de unas 60 colmenas que hace la trashumancia en invierno a Labraza para aprovechar las flores de romero y almendro y regresan a Antoñana en junio para que polinicen flores de bosque. “Hasta ahora no me he visto afectado”, afirma, aunque conoce casos de ataques.

Los apicultores alaveses están dispuestos a defender sus colmenas y su miel, mucha de ella con euskolabel y reconocen que hay gente joven que se está incorporando a la actividad. “En la asociación alavesa está entrado gente muy joven. Son una generación de apicultores más informados, que van a charlas, hacen cursos y aprovechan los recursos que ofrece Internet”, comenta este veterano apicultor.

Las mejores mieles. Una de las medidas para animar la producción de miel son los premios de la Asociación de Apicultores de Álava, que este año se entregaron en marzo. El primer premio fue para una miel de brezo producida en Fresneda, en la zona de Valdegovía, por Samuel Etxevarria Ganzabal. El segundo premio fue para Juan Eginoa, por una miel de bosque elaborada en Larrea, en la comarca de Llanada. El tercer premio fue para la miel de brezo de Zubiberri, elaborada en Ollerias, dentro de la comarca de Zuia.