vitoria - Las salas de los juzgados se convierten en ocasiones en testigos de excepción de hechos curiosos, cuando no rayanos en lo estrambótico, que ocurren en Vitoria. Ayer, el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital alavesa celebró una vista contra una mujer acusada de resistencia grave a la autoridad por golpear reiteradamente a un ertzaina que trataba de atender a la madre de la acusada, una anciana de 91 años que se acababa de golpear en la cabeza, mientras ella insistía en montarla en un tren con destino a Gijón.

Expuesta de esta manera tan sucinta, la historia no parece tener ni pies ni cabeza, pero ayer fue cobrando sentido paulatinamente a medida que se celebraba el juicio. La primera persona en testificar fue la acusada, quien explicó que la tarde en la que se produjeron los hechos, el 18 de noviembre de 2015, alrededor de las 16.30 horas, se dirigió con su anciana madre a la estación de tren de la calle Dato. Al apearse del taxi, explicó que su madre perdió el equilibrio y cayó al suelo. “Solía suceder a menudo, porque es muy mayor”, matizó. Le preguntó si se había hecho daño y cuando ésta le respondió que no, la ayudó a levantarse y se dispusieron a reanudar su camino hacia el interior de la estación. Sin embargo, de acuerdo con su exposición, un grupo de ertzainas se acercó y comenzaron a abrumarle con preguntas sobre el estado de la anciana. Ella respondió que se encontraba perfectamente y que no necesitaba ninguna ayuda, por lo que les pidió que les dejaran seguir con sus cosas, pero aseguró que uno de ellos “muy excitado”, comenzó a acosarla y reclamó la presencia de una ambulancia. La denunciada señaló que el agente no le permitió comprar un billete de tren para su madre, que tenía previsto viajar a Gijón, y que cuando se presentaron los sanitarios trató de indicarles que su madre estaba en buenas condiciones. La acusada declaró que mientras atendían a su madre en el vestíbulo de la estación, el agente que se encontraba más nervioso quería colocarse en el puesto en el que se encontraba ella, por lo que comenzó a atosigarle y a empujarle. Afirmó que cuando ella le recriminó su actitud, éste sacó unas esposas y le detuvo. Sostuvo que en ningún momento agredió al agente, pero explicó que durante este procedimiento, manifestó que cayó al suelo en dos ocasiones y que le hizo daño en el brazo. Posteriormente, le introdujeron en un coche patrulla y se la llevaron arrestada. Al final de su testimonio, se proyectó un vídeo correspondiente a las cámaras de seguridad de la estación en el que se intuía cierto barullo, pero que no acababa de esclarecer lo sucedido.

alterada A continuación, declararon los cuatro agentes de la Ertzain-tza que intervinieron aquella tarde y su versión de lo ocurrido tuvo poco que ver con lo escuchado hasta ese momento en la sala. Regresando al inicio de la escena, acontecida en el exterior de la estación, explicaron que vieron llegar el taxi con las dos mujeres y que cuando la anciana se apeó, cayó de bruces al suelo, golpeándose un lateral de la cabeza contra la acera. Alertados, se dirigieron hasta el lugar en el que había tenido lugar el incidente y se ofrecieron a ayudar a la señora. Mientras tanto, su hija, insistía en que les dejaran en paz, que tenían prisa y que su madre tenía que coger el tren. “La anciana estaba mareada, se quejaba del golpe en la cabeza y nos sorprendió que su hija no quisiera que nadie la atendiera”, relató el primer agente. “Estaba muy alterada, fuera de sí, e insistía en que su madre tenía que coger el tren a Gijón, donde le esperaba su hermano para hacerse cargo de ella. Decía que ella ya le había cuidado durante demasiado tiempo y que estaba muy estresada. Cuando le intenté explicar que teníamos que comprobar que se encontraba bien, me dio puñetazos en el pecho y me lanzó patadas. Cuando mi paciencia rebasó el límite, la detuve”, amplió. Uno a uno, el resto de los agentes confirmaron esta versión y explicaron que después de que la mujer fuera detenida los sanitarios determinaran que el golpe no había provocado consecuencias, los ertzainas ayudaron a que la mujer comprara el billete, llamaron a un agente de Adif y comprobaron que tomaba, de acuerdo con lo previsto, el tren a Gijón.

atentado Por otra parte, el Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria celebró también ayer un juicio contra un hombre acusado de un delito de atentado. Otro curioso suceso que acabó con una agresión a varios agentes de la Policía autonómica.

Los hechos ocurrieron a las 3.14 horas del 25 de julio de 2015, cuando una patrulla de la Ertzaintza reprendieron a una conductora por saltarse un semáforo en rojo en la calle Domingo Beltrán. La mujer explicó que huía de su expareja, momento en el que apareció en escena el acusado junto al coche patrulla, insultando a la mujer y profiriendo amenazas contra ella. Cuando los agentes le solicitaron su identificación, este corrió y se encerró en el coche de ella. Los agentes le pidieron que se apeara y, ante su insistente negativa, le agarraron por los brazos y trataron de sacarlo. El acusado golpeó y dio patadas y codazos a los agentes, llegando a abalanzarse contra uno de ellos y a lanzarle un puñetazo cuando ya se encontraba fuera del vehículo. El hombre reconoció ayer su culpabilidad en los hechos y acordó con la fiscalía el pago fraccionado de una indemnización a los agentes agredidos.