¿Cómo afrontan los trabajadores de Foronda esta nueva etapa?

-Después de los últimos cuatro años, en los que muchos trabajadores estaban a turnos, ahora van a notar una pequeña diferencia, aunque del acuerdo que firmamos en diciembre todavía hay bastantes flecos por cerrar. El nuevo horario es positivo, pero insuficiente, sigue siendo sólo un paso pequeño. Lo que está claro, por ejemplo, es que es que los vuelos fuera del horario, a demanda, han pasado a la historia, y que la flexibilidad de dos horas antes y después de la franja de apertura tiene los días contados, porque de hecho ya se están utilizando en el tiempo que llevamos abiertos de día desde el 2 de marzo.

¿Espera entonces un nuevo cambio oficial de H16 a H18?

-La idea tiene que ser estabilizar el horario laboral de los trabajadores. Además, esas horas se pagan como horas extraordinarias y los empleados a turnos nocturnos tienen prohibido por ley las horas extraordinarias.

¿Cuántos trabajadores tiene ahora mismo el aeropuerto?

-Para empezar han entrado siete nuevos trabajadores. De AENA hay a turnos 28 personas: cuatro jefes de dotación, 16 bomberos, cuatro personas en la central eléctrica y cuatro en operaciones. Además, por las mañanas está la directora, dos puestos de estructura, un titulado, tres administrativos y un chico de mantenimiento. En total, 36. Después, en ENAIRE, que son los controladores, hay 14. ENAIRE tiene una organización especial porque Vitoria es cabecera del sector cantábrico, y hay 14 técnicos en vitoria, siete a turnos. El servicio de los controladores se cubre 24 horas.

¿Qué coste tendría para AENA abrir Foronda las 24 horas del día?

-Partiendo de la base de que los jóvenes que están entrando ahora a trabajar andan por los 20.000 euros de salario, que más Seguridad Social y lo que paga la empresa supondrán 30.000 euros, multiplicado por los siete nuevos trabajadores que han llegado son 210.000 euros. Un quinto turno para hacer el H24 serían unos 600.000 euros al año el coste de abrir las 24 horas. Como dato, AENA tuvo de beneficio 1.164 millones de euros en 2016. No sé con qué sentido, y por qué motivo, hacen estos recortes en Foronda. Pero no se puede abrir 24 horas sin carga de trabajo, tiene que haber operaciones. Simplemente con tres vuelos diarios a la semana sería suficiente.

No hay aeropuerto que sobreviva sin pasajeros, incluso un referente en carga como Foronda.

-Por eso es muy importante que Foronda tenga pasajeros, porque para AENA la carga no significa nada. Cuanto antes se consiga llenar el aeropuerto con pasajeros mejor, aunque los 500.000 pasajeros en los que AENA puso el corte a los aeropuertos deficitarios puedan sonar utópicos. Siempre dicen que Vitoria no tiene la masa crítica para alcanzar ese volumen de pasajeros, pero la gente vuelo donde hay aviones. Lograrlo es cuestión de que mucha gente se ponga de acuerdo, instituciones y poderes fácticos. Euskadi necesita la plena operatividad del aeropuerto de Foronda. Tenemos que valorar la infraestructura que tenemos, lo que representa, la pista de 3.600 metros sin limitación para ningún tipo de avión... La idea inicial de convertir Foronda en el aeropuerto cabecera del norte de España era la situación ideal. estábamos en el eje de todas las rutas, pasaba la A-1 y el tren... pero se han puesto muchos palos en las ruedas.

¿Qué éxito le augura a los destinos elegidos por Ryanair?

-Es mejor ir paso a paso. Muchos ya están llenos antes de que arranque la operativa. Ahí Ryanair es la que ha visto el negocio en estos enlaces.

Lo que parece que Ryanair no tiene del todo controlado es el horario operativo del aeropuerto. Ya son dos veces que han programado vuelos fuera de las horas de apertura pactadas con AENA.

-El problema es que el horario sigue siendo escaso. Primero tuvimos el problema con los vuelos a Milán, que habían programado fuera de horario. Ahora los de Tenerife los cambian a los martes y los ponen también fuera de horario operativo, ni tan siquiera dentro de las dos horas de flexibilidad a demanda. A las compañías hay que darles facilidades, no ponerles pegas. Lo lógico sería que los días que venga Ryanair el aeropuerto esté abierto todo el día. Foronda es el único aeropuerto atípico, que de doce horas diarias de día abre cuatro y en una franja a la que las compañías se tienen que adaptar, cuando en realidad debe ser al revés.

¿Está a favor o en contra de subvencionar a las aerolíneas para que se instalen en Foronda, como es el caso de Ryanair?

-En realidad hay compañías en otros aeropuertos que también reciben cosas a cambio por ir a operar, cosas que no salen a la luz pública.

¿Cosas como qué?

-No lo sé, no tengo pruebas. En muchos aeropuertos se subvenciona, aunque no sea de forma pública como ha pasado con Foronda, sino por debajo, sin que se sepa.

Los turistas que lleguen desde mañana se van a encontrar con un aeropuerto con carencias. ¿Hay que renovar las instalaciones?

-Los turistas se van a bajar del avión y sólo se van a encontrar con unas máquinas de vending si quieren comer algo o tomar un café y poco más. Tampoco habrá nadie a quien poder preguntar algo, sólo el personal de Ryanair, porque no estarán los chaquetas verdes de AENA. Va a quedar todo muy desangelado.

¿Se repetirán los problemas con la descarga de maletas, como el pasado año, cuando en abril coincidan hasta cinco vuelos chárter?

-En aquella ocasión el foco de las iras se centró en AENA, pero hay unas empresas de handling que son las que se encargan de bajar las maletas y, si se te juntan dos aviones y sólo tienes a dos personas para bajarlas, no pueden hacerlo en cinco minutos.

¿Llegará Foronda a tener vuelos transoceánicos algún día?

-El AVE cada vez va a ir quitando más vuelos domésticos. así que a corto plazo no, pero a medio y largo puede ser factible. Recuerdo hace unos meses que el alcalde de Bilbao dijo que apoyaba la posibilidad de que Foronda tuviera vuelos transoceánicos y se le echó encima un montón de gente. Hay que tener visión de país y aprovechar lo que tenemos.

¿Cree que actuaron bien en su momento con la convocatoria de la huelga indefinida?

-Fueron unos meses difíciles también para nosotros, porque nos llegaban críticas de todos los sitios y hasta los trabajadores que habían contratado se nos pusieron en contra. Una de las cosas que más me dolió fue que un sindicato de Euskadi publicara que nos iba a demandar por la huelga. Puede que fuera la primera del mundo en la que los trabajadores convocan la huelga fuera de su horario laboral, pero lo positivo fue que se acabó contratando a siete personas.