vitoria - Si no fuera por organizaciones como Cáritas, que tratan de llegar allí donde el sistema público de protección social no lo hace, miles de unidades convivenciales en situación de pobreza y exclusión social se encontrarían a día de hoy en una tesitura mucho peor de la que están. “Hay familias para las que la crisis no ha terminado nunca”, enfatizó ayer en este sentido el secretario general de la entidad en Álava, Ramón Ibeas, en una llamada de atención a la sociedad que no es nueva. Las cifras económicas han mejorado en tiempos recientes, pero en el territorio histórico sigue habiendo más de 20.000 personas en paro. Y aunque en numerosos ámbitos se haya instalado la “impresión” de que “ya no hay que ayudar a nadie más”, Cáritas aún atiende a día de hoy a más de 6.000 familias sumando la totalidad de sus programas, cerca de 18.000 personas, lo que da pistas sobre la situación real. En este contexto, la organización acaba de lanzar la campaña Ayer, Hoy, Mañana, con la que pretende captar nuevos socios y voluntarios que permitan que este trabajo sin descanso contra la pobreza pueda seguir desarrollándose.

A día de hoy, Cáritas cuenta en Álava con 1.485 personas socias y 863 voluntarias, cifras que no son fáciles de mantener. En el primero de los casos, porque la entidad, al igual que le sucede en su conjunto a la Iglesia católica de la que forma parte, “sufre el envejecimiento” de Álava, y quienes ahora dan el paso de unirse a ella no lo hacen tanto como un movimiento “natural” sino “vocacional”. En el segundo, porque cuesta sostener en el tiempo el compromiso del voluntariado, que sobre todo colabora con la organización de forma más puntual. Con esta nueva campaña, Cáritas llama a los alaveses a ser “parte de la solución de la pobreza” con un mensaje de “ilusión”, al que ayer pusieron voz durante su presentación pública el paquistaní y vecino de Vitoria Muhammad Qasim, que ha cumplido un exitoso itinerario de inserción social y laboral gracias a la entidad, Maite Sebal, voluntaria de Cáritas desde hace tres años, y Juan Ruiz de Gauna, que además de socio veterano es también voluntario.

Antes de presentarlos, Ibeas no sólo remarcó la “importancia” que para la organización tienen tanto los socios como los voluntarios, gracias a cuya aportación la entidad ha podido seguir ayudando a los más necesitados durante todo este tiempo, sino también la necesidad de no dejarse llevar por ciertos mensajes nocivos que han vuelto a circular estos días en Gasteiz a cuenta, sobre todo, del nuevo programa de ayudas sociales que ha impulsado el Ayuntamiento. “Un discurso totalmente neoliberal” a juicio de Ibeas, que propugna la “purga” de las personas pobres y que “dice que quienes están en una situación de necesidad no han puesto de su parte”.

El secretario general rescató también el escandaloso dato de fraude fiscal aflorado el pasado año 2016 por la Hacienda foral alavesa, un total de 124 millones de euros, 53 de los cuales correspondieron a las empresas, al tiempo que la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) “camina hacia la restricción” en el Parlamento Vasco. A juicio de Ibeas, “en esto deberían poner la atención”, en una evasión tributaria que dista un abismo del exiguo fraude detectado en la concesión de ayudas sociales, de apenas un 0,3%.

testimonios Muhammad, que emigró de su país natal y llegó a Gasteiz en el año 2009 sin conocer ni una palabra de castellano, acudió un tiempo después a Cáritas para pedir información y asesoramiento y recibir una mano para hacer frente a su difícil situación, allá por 2013, en los momentos más duros de la crisis. La trabajadora social con la que contactó le propuso aprender castellano en los grupos de conversación estructurada de Cáritas y, posteriormente, el joven realizó distintos cursos de formación en habilidades sociales y empleabilidad que lo encaminarían poco a poco hacia un oficio que ya había desempeñado en Pakistán, la agricultura. “Tenía mucha experiencia”, ratificó ayer Muhammad. Tras formarse en los talleres ocupacionales Vicente García-Zalduendo y en las huertas de Abetxuko, el joven se abrió paso por primera vez en el mercado laboral local en junio de 2015 gracias a un contrato de inserción social con Koopera para seguir trabajando en las huertas de Abetxuko.

Compatibilizó esta labor mientras siguió formándose en el desempeño del trabajo agrícola y, pasados unos meses, Muhammad firmó un nuevo contrato de inserción para hacerse cargo del punto de venta de productos que Cáritas y Koopera gestionan en la plaza de Abastos de Gasteiz, donde atiende a los clientes los jueves y los sábados. Durante este tiempo, también ha trabajado en el huerto del convento de las Brígidas. El joven sólo tiene palabras de agradecimiento. “Estoy súper contento de ser parte de Cáritas y pido la colaboración de quienes nos escuchen para que sean voluntarios o socios, porque hay mucha gente necesitada”, remarcó Muhammad.

tiempo... o dinero Un camino hacia el voluntariado que Maite Sebal recorrió hace tres años, cuando comenzó haciendo labores de apoyo a la organización de su Cáritas parroquial, en Zabalgana-Ariznabarra. En la actualidad, esta gasteiztarra participa en el Programa de Mayores de San Pablo y Sagrada Familia, representa también a su zona en el Consejo de Cáritas Diocesana y es una de las casi 900 personas que han elegido a Cáritas para ser “parte de la solución” de las situaciones de exclusión o vulnerabilidad que viven tantos alaveses. “Todos aportamos algo y todos esos granitos de arena son importantes”, remarcó Sebal, quien recordó que al margen de los programas de inserción laboral que impulsa Cáritas la entidad realiza también labores de apoyo a jóvenes estudiantes en situación de necesidad o de acompañamiento a personas que sufren soledad.

Mientras los voluntarios aportan su tiempo a la entidad, socios como Juan Ruiz de Gauna hacen lo propio con su dinero, en una labor que, no obstante, trasciende al mero hecho de ser colaboradores económicos. “No entendemos la caridad sólo como asistencialismo, sino como acompañamiento, formación...”, explicó Ruiz de Gauna, que suma “muchos años” como socio y también voluntario. Un paso adelante que, en su caso, no necesitó de “concienciación”, dado que muchos familiares lo fueron antes, y que equiparó a la sensación de “sentir los colores” que tienen muchos seguidores del fútbol. “Teniendo en cuenta que el Alavés tiene 16.000 socios, podríamos estar un poquito más cerca”, comparó Ruiz de Gauna.

El contexto. Aunque las cifras económicas han mejorado en tiempos recientes, Álava sigue contabilizando más de 20.000 personas en paro y Cáritas aún atiende a más de 6.000 familias sumando la totalidad de sus programas, lo que da buenas pistas sobre la situación real. En este contexto, la organización acaba de lanzar la campaña ‘Ayer, Hoy, Mañana’, con la que pretende captar nuevos socios y voluntarios que permitan que el trabajo contra la pobreza y la exclusión social que lleva a cabo pueda seguir desarrollándose.

Proceso. La campaña es, según Cáritas, una invitación a “ser parte” apoyando económicamente o con el tiempo propio el trabajo de la institución. Las personas que desarrollan sus procesos de promoción en Cáritas lo hacen acompañadas de profesionales y voluntariado en el marco de los distintos servicios y programas destinados a infancia, mayores, a paliar la soledad, a formación, talleres ocupacionales, prelaborales o a inserción laboral. Las personas interesadas en hacerse socias o voluntarias pueden hacerlo dirigiéndose a cualquiera de los despachos de Cáritas, en el teléfono 945 23 28 50 y también a través de la web ‘www.caritasvitoria.org’.

Colaboradores. La campaña cuenta con la colaboración de personas y entidades de relevancia en el territorio como Martín Fiz, Blanca Lacambra, Joseba Beloki, Juanjo Mena, Carlos Mena, Jesús Prieto Mendaza, representantes de La Fundación San Prudencio, Egibide, la Federación de Centros Regionales o la Cofradía Virgen Blanca.

Este socio y voluntario de Cáritas recurrió ayer al símil futbolístico para animar a los gasteiztarras a sumarse a la organización. “Hay que sentir los colores”, enfatizó. En su caso, suma “mucho tiempo” como colaborador de la organización por tradición familiar.

1.485

Personas son socias de Cáritas en Álava, a las que se suman las 863 voluntarias que hay en el territorio a día de hoy. Cifras difíciles de mantener, en el primer caso por la falta de relevo generacional, y en el segundo por la dificultad de sostener en el tiempo la colaboración del voluntariado.