Oion es, sin duda, el municipio de Rioja Alavesa donde conviven más nacionalidades, unas 23, según fuentes municipales. También el núcleo urbano con mayor tasa de paro de Euskadi, un 25%. Y el que produce un mayor impacto como ciudad dormitorio, ya que es el lugar de residencia de muchos logroñeses que trabajan en sus polígonos industriales. Pero también es una comunidad donde sus habitantes buscan espacio para la convivencia y la integración, aunque a veces, ésta se logre mediante una iniciativa ya convertida en viral.

Surgió hace un par de años como una idea más de las muchas que se ponen en marcha a través de las asociaciones locales. En aquel caso fue al colectivo Entretanto, entretente-Bitartean jolasean, a quien le llegó la propuesta de participar en un programa denominado Conexiones improbables en el que se participa trabajando una manifestación artística encaminada a la integración. Y dándole vueltas, entre las coordinadoras María Ezquerro y Elisa Urizar, y responsables de la escuela de música han decidido grabar un disco que recoge temas relacionados con los valores de la participación, la integración, los estereotipos y las diferencias generacionales.

De esa manera se diseñó un álbum con nueve canciones en las que se habla de la rumorología que hay en los pueblos, las quejas reales de los vecinos, se hace un guiño a las auroras, las populares canciones tradicionales de la madrugada oyonesa, y hasta incluye un tema en árabe y euskera interpretado por niños de la localidad.

Tras las canciones, como responsable artística se ha contado con la colaboración de Mursego (Maite Arroitajauregi), una compositora e intérprete que es quien lleva a buen término el proyecto dada su experiencia musical.

Como curiosidad, las canciones cuentan con el conocimiento de la gente de Oion. Via Whatsapp, email, CD o papel, las letras han circulado por el pueblo para que todo el mundo pueda dar su impresión u opinión. Pero una, especialmente, es la que ha ocasionado mayor sorpresa. Se trata de Coro de quejas, una iniciativa para la que se pidió la opinión de los vecinos con el fin de tratar de reunir la mayor y más realista lista de quejas de los vecinos de Oion. Para sorpresa de las promotoras se recibieron más de 350.

No todas pudieron entrar en la letra, y otras “se suavizaron”. Ahí van algunas: No hay ambiente. Huele mal. No hay restaurantes donde cenar. Oion es un pueblo dormitorio. Es como el far west. Y otras de los niños: No nos dejan jugar a fútbol en la plaza. Nos mandan demasiados deberes. Algunas gominolas del chino están mordidas.