VITORIA - Despejada la incógnita principal sobre la financiación pública para la futura implantación del bus exprés eléctrico (BRT) en la ciudad, le correspondió ayer al alcalde, Gorka Urtaran, recoger el guante lanzado por el Gobierno Vasco para ir dando pasos entre los grupos políticos del Ayuntamiento en busca de lograr el apoyo más amplio posible. Reiteró el primer edil gasteiztarra su promesa de trabajar con todas las fuerzas, en busca de la “unanimidad o el mayor respaldo posible”, en un proyecto “estratégico” para el desarrollo de la ciudad, pero que sigue encontrando “discrepancias”. A pesar de estar el BRT en una fase tan sumamente inicial, formaciones como el PP o Podemos ya han destapado las primeras críticas hacia la llegada de los autobuses eléctricos. “Espero que todos los partidos se sumen finalmente al proyecto”, deseo el primer edil.

La consejera de Infraestructuras, Arantxa Tapia, apuntó el miércoles que ahora está en manos del propio Urtaran la fase de “analizar y estudiar bien” el proyecto, en busca de una propuesta que aglutine a la “mayoría” del Ayuntamiento. El regidor comenzó ayer a desglosar las bondades del revolucionario sistema, esgrimiendo la vertiente económica. Con la aportación de las tres instituciones que estima el Ejecutivo de Lakua, corresponderá al Ayuntamiento aportar un 17,5% de la cantidad total. “Vitoria no tendrá ningún problema para pagar la factura”, se aventuró a vaticinar Urtaran, a pesar de que todavía no se conoce el coste total del proyecto, ni los plazos para su puesta en marcha. La previsión del Gobierno Vasco es de dedicar 16 millones de euros para la primera fase, de los que 10 millones llegarán desde las arcas del ejecutivo, en aportaciones a realizar entre los ejercicios de 2018 y 2020. El proyecto también aborda el punto de las nuevas cocheras de Tuvisa, como empresa que asumirá la gestión del sistema, y el lugar en el que los vehículos se ubiquen durante la noche para ser sometidos a la recarga lenta de las baterías. Sin embargo, tampoco queda claro en el estudio realizado hasta ahora cómo se van a financiar las mismas.

APUESTA TÉCNICA La línea Periférica es la seleccionada para someterse a esa mutación. Ahí empezarán a moverse los pasajeros en modernos autobuses eléctricos, que conectarán los puntos cardinales surgidos de los ejes norte-sur y este-oeste, que deberán ser cubiertos por el tranvía. Esta línea es la “apuesta técnica”, corroboró ayer el alcalde, debido a los elevados índices de ocupación de los actuales vehículos de Tuvisa que prestan el servicio.

Es también cometido municipal ir definiendo el trazado por el que circularán los autobuses eléctricos de 18 metros de largo que trasladarán a los viajeros. Hay que abordar las obras necesarias en las calles de su recorrido. Lo harán, además, en un carril propio y diferenciado del resto de vehículos de la calzada. Sí desveló Urtaran que se va a tratar de “evitar” la mayor afección posible al resto del tráfico. El trabajo se irá haciendo en diferentes fases y deberá ser especialmente cuidadoso el diseño, a la hora de encarar dos puntos esenciales de Vitoria. La rotonda de América Latina y la de la antigua fábrica de Esmaltaciones ya soportan un elevado nivel de circulación y a ello se añadirá en el futuro una especial regulación semafórica que dote de prioridad al BRT al llegar a estos puntos.

el tranvía al sur La habitual comparecencia semanal del alcalde tuvo un elevado componente de temas de movilidad. Urtaran, además, confirmó que ya cuenta con el punto de partida necesario para llevar el tranvía al sur de la ciudad. El lunes se publicó en el Boletín Oficial del País Vasco la aprobación del estudio definitivo de este proyecto. Y a partir de ahora, empiezan a correr los plazos para que los trabajos se puedan licitar “entre abril y mayo”. Transcurrido el tiempo para que las diferentes firmas opten a presentar sus proyectos, las obras serán adjudicadas en otoño. “Tendrán un plazo de ejecución de 18 meses”, lo que permitirá que la actual linea se extienda y pueda llegar a la zona del campus universitario a finales de esta legislatura, en 2019, o principios de la siguiente.

El trazado, con una longitud de 1.400 metros, arrancará en la calle Angulema, prolongándose por la calle Florida, mediante un giro a izquierdas. Posteriormente cruzará las vías del ferrocarril por el puente de Las Trianas, que deberá ser ampliado. Seguirá el recorrido por la calle Castro Urdiales, Nieves Cano y finalizar en la zona ajardinada de la calle Domingo Martínez de Aragón. Se contempla que a lo largo de estos 1,4 nuevos kilómetros se implanten cuatro paradas. Las dos primeras se van a ubicar en la calle Florida y en Hegoalde, que contarán con un andén central. Las otras dos, previstas en Las Trianas y la Universidad, serán sólo de andén lateral, para posibilitar su uso compartido con el resto de transportes.