cuando María Ortiz entró a trabajar en el restaurante Zaldiaran con apenas 16 años nunca imaginó que acabaría cruzando el charco para ejercer su profesión a apenas cuatro manzanas de la Casa Blanca. Ahora, con 29 años recién cumplidos, esta sumiller vitoriana partió ayer mismo rumbo a Estados Unidos para convertirse en la experta vinícola de La Taberna del Alabardero, el primer restaurante español de la historia en abrir sus puertas en EEUU, concretamente en 1989. Entre la sede del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el despacho oval de Donald Trump, Ortiz se unirá esta semana a la plantilla de uno de los restaurantes más reconocidos de la capital norteamericana y parte del imperio gastronómico creado precisamente por otro alavés, el sacerdote Luis de Lezama, que hace un par de años fue candidato al premio Princesa de Asturias de la Concordia.
Con 600 trabajadores y alrededor de veinte restaurantes, el Grupo Lezama nació en su momento como un punto de apoyo empresarial para los más necesitados, a quienes contrataba como empleados, hasta convertirse con los años en lo que es hoy en día: uno de los grandes referentes de la cocina española a nivel internacional. Su restaurante en Washington D.C. fue, por ejemplo, el escenario elegido por Hillary Clinton para celebrar uno de sus primeros actos de campaña, dedicado a recaudar fondos para el partido demócrata en su infructuosa batalla en las urnas contra Donald Trump.
A partir de esta semana, la bodega del local, con casi cuatrocientos vinos, estará en manos de esta ilusionada gasteiztarra, que hasta ahora era la sumiller del primer La Taberna del Alabardero, fundado en Madrid en 1974 frente al Palacio Real. “En lugar de ir de Madrid al cielo voy a ir de Madrid a la capital del poder mundial”, asegura entre risas María Ortiz, criada profesionalmente en el restaurante Zaldiaran de la mano de Gonzalo Antón.
“Empecé allí con apenas 16 años dando bodas los fines de semana. Gonzalo me fue inculcando su disciplina de trabajo y el amor por el mundo del vino, así que cuando me fui a Madrid a trabajar en La Taberna del Alabardero hice un curso de sumiller. Me fue muy bien y con el tiempo me ofrecieron esta posibilidad de ir a Washington”, explica esta joven alavesa, que espera sobre todo “crecer tanto personal como profesionalmente” en el local fundado por el sacerdote amurrioarra, que le ha dado buenos consejos antes de tomar el avión rumbo a la capital estadounidense. “Su lema es no dar peces, sino enseñar a pescar. Desde que fui a Madrid nos tenemos un cariño especial por ser los dos alaveses y porque a ambos nos gusta muchísimo nuestro trabajo”, apunta.
rioja alavesa Como buena alavesa, María no duda cuando le preguntan si en su nuevo rol de sumiller en el corazón del poder político mundial va a poner en valor los caldos de su tierra. “Por supuesto que voy a promocionar los vinos de Rioja Alavesa, aunque siempre he creído que detrás de cada botella de vino no hay simplemente geografía, sino una buena historia que hay que contar. La gente de todo el mundo tiene que conocer lo que tenemos aquí en Álava, que es algo increíble que a veces no hemos sabido explicar y dar conocer al mundo. A eso voy”, señala entre risas.
Formada como sumiller en la Cámara de Comercio de Madrid, María, que se incorporará a un plantel de más de 35 personas, la mayoría estadounidenses, es consciente de “lo rápido que ha ido todo” en su trayectoria profesional, desde que abandonara el Zaldiaran para partir después rumbo al restaurante madrileño de Luis de Lezama, previo paso intermedio por el hotel que Gonzalo Antón levantó en Miranda de Ebro, donde ejerció de maître.
“Estoy muy feliz. Estas experiencias sólo te llegan una vez en la vida y no te esperan, no se pueden echar para atrás. Gracias a mi trabajo puedo conocer otras cosas, otras culturas, y tener la oportunidad de contar a todo el mundo nuestra cultura, y en mi caso nuestros vinos”, espera la sumiller vitoriana.
Y así, con la ilusión por bandera y todas las ganas del mundo de empezar cuanto antes en su nuevo trabajo a unas pocas calles de la Casa Blanca, María cuenta las horas para poner pie por primera vez en su vida en la ciudad que a partir de ahora se convertirá en su hogar. Allí, en el Washington de Trump, quién sabe si, un día de estos, el propio presidente de los Estados Unidos se anima a dar una vuelta para sentarse en la mesa de La Taberna del Alabardero y probar la gastronomía y los caldos de un restaurante fundado por un alavés y, desde ahora, con otra alavesa a los mandos de su bodega.
Washington. El primer restaurante español de Estados Unidos es La Taberna del Alabardero, fundado en 1989, quince años después de su primer local en Madrid, por el sacerdote alavés Luis de Lezama. Este amurrioarra posee un auténtico imperio gastronómico y fue candidato hace dos años al premio Princesa de Asturias de la Concordia.
Sumiller. La vitoriana María Ortiz empezó a trabajar en el restaurante Zaldiaran y, previo paso por el hotel que Gonzalo Antón abrió en Miranda, se fue a Madrid.
La sumiller gasteiztarra, de 29 años, ha viajado a Estados Unidos para incorporarse a la plantilla del restaurante, que cuenta con casi cuatrocientos vinos en su bodega.
20
Restaurantes. Fundado por el sacerdote alavés Luis de Lezama, el Grupo Lezama cuenta con alrededor de veinte restaurantes. El primero, La Taberna del Alabardero, se fundó en Madrid en 1974. Años después, en 1989, inauguró su restaurante de Washington.