Un sonido ensordecedor acompañaba a unas rachas que trataban de arrancar de cuajo ventanas y persianas. El suelo contenía cientos de restos que apenas unas horas antes habían sido tejas. El panorama se completaba con árboles arrancados de raíz, que reposaban sobre una balsa de ramas desprendidas de la foresta con el paso de las horas. La noche y la madrugada del pasado lunes fueron de las que no se olvidan en la Llanada y, sobre todo, en Agurain. Las fuertes rachas de viento sur que azotaron la zona desde el domingo causaron numerosos problemas. Contenedores volcados, caída de objetos y centros escolares cerrados son algunas de las derivadas provocadas por vientos que superaron los 100 kilómetros por hora. De hecho, los Bomberos tuvieron que emplearse a fondo y acordonar varias zonas de la localidad para evitar que la caída de ramas y tejas causara daños a los transeúntes.

En el listado de contingencias destaca lo acontecido en el barrio del Rosario, donde el viento arrancó de cuajo el tejado de una caseta de madera. Los restos fueron a parar al centro de la carretera de la calle Tres de marzo impidiendo el paso de los vehículos por la misma. Además, en Harresi, infinidad de hierros y cascotes se amontonaron en la calle y el edificio que alberga el centro de recogida neumática de basuras se vio muy afectado al perder la mayoría de paneles que recubren la estructura. También se desprendió parte del techo de los soportales del barrio.

Los efectos del viento también se hicieron sentir en las carreteras. Un camión volcó en la autovía A-1 a la altura de la localidad debido a las fuertes rachas de viento y perdió su carga de colchones, que quedaron desperdigados por la calzada, lo que obligó a cortar al tráfico de esta vía.

El alcalde de Agurain, Iñaki Beraza, quiso expresar su “agradecimiento” a la población “por su comportamiento ejemplar en este fin de semana”. Igualmente trasladó el agradecimiento público del Ayuntamiento “a los servicios de emergencia que han colaborado con la población de este municipio”. Quiso destacar especialmente “la denodada labor de los Bomberos de la UCEIS de Agurain que noche y día y durante muchas horas estuvieron paliando los efectos del episodio de fuertes vientos que hemos padecido”. Beraza señaló que “su actividad y actitud demuestran que la apuesta por dotar a la ciudadanía de un sistema de extinción de incendios y salvamento eficaz y eficiente está en la dirección correcta”.

Susto en el colegio Lucas Rey

No fue el único lugar en el que se desató un vendaval de consecuencias peligrosas. De hecho, en Amurrio también se vivieron momentos delicados. No en vano, las fuertes rachas de viento se cebaron de manera importante con el tejado del colegio público Lucas Rey, al que le causaron destrozos de consideración. De hecho, se desprendió parte de su estructura, arrancando una cuarta parte de la cubierta compuesta de chapas metálicas. Estas cayeron a la parte trasera del centro educativo, en la confluencia con la calle Federico Barrenengoa, desde donde los Bomberos de Álava se coordinaron para efectuar los necesarios trabajos de consolidación, hasta garantizar la total seguridad del inmueble.

Estas labores se alargaron durante buena parte de la jornada obligando a suspender las clases y dando el día libre a los 400 escolares del centro. “Menos mal que ha ocurrido antes de las nueve de la mañana y a muchos niños les ha pillado viniendo y sus padres se los han llevado a casa; los míos, como los que vienen desde otros pueblos en autobús, ya estaban aquí y les han tenido que desalojar al edificio de los más pequeños mientras localizaban a las familias”, informaba a este diario la vecina de la localidad ayalesa de Murga Joana Urruela, que acudió a recoger a varios escolares en torno a las once de la mañana.

Pese a lo aparatoso de los daños, las clases volverán hoy a la normalidad, funcionamiento de comedor incluido. “Los Bomberos nos han asegurado que está todo estabilizado, así que le hemos comunicado al director del centro que la actividad docente puede retomarse”, confirmó el teniente de alcalde, Txerra Molinuevo.

Asimismo, los servicios técnicos del Ayuntamiento están trabajando con una empresa para que se repongan los elementos de la techumbre que han quedado dañados. “Se va a reparar los más rápido que nos sea posible, entre o no entre en el seguro, aunque creemos que sí porque la velocidad del viento superaba la requerida en la póliza”, sentenció Molinuevo.

Cabe recordar que esta misma zona de Amurrio ya fue víctima de otro temporal de viento que se llevó por delante el tejado del euskaltegi de AEK. Fue en diciembre de 2011, y sus 130 alumnos también tuvieron que ser reubicados en diferentes locales del municipio. En aquella ocasión, en cambio, la vuelta a las aulas llevó más tiempo, ya que la gravedad de los destrozos hizo inviable cualquier intento de reparación. En su lugar, la coordinadora de alfabetización euskaldun de adultos firmó un acuerdo con el Ayuntamiento para rehabilitar parte de las instalaciones del antiguo colegio Matías Landaburu, que no estaba siendo utilizado. Hoy día, sigue siendo la sede de AEK.

Desperfectos en las instalaciones deportivas

Por último, el fuerte viento en Montaña Alavesa tuvo a los responsables municipales pendientes desde la tarde del domingo, aunque no pudieron evitar que se produjeran numerosos daños, afortunadamente sin heridos. En Santa Cruz de Campezo derribó una chimenea en el casco urbano a la hora del poteo, aunque justo en ese momento no pasaba nadie por esa zona. Sin embargo, los daños más visibles se materializaron de nuevo en Arraia-Maeztu. Según desveló el alcalde, Anartz Gorrotxategui, la mayor virulencia del temporal se registró sobre las 00.30 y la 1.30 de la madrugada y las zonas más afectadas fueron las instalaciones de las piscinas municipales -que también resultaron dañadas hace unos días a consecuencia de la subida del río Berrón- y la zona de juegos infantiles próxima al Ayuntamiento. Desde las doce del mediodía, aproximadamente, comenzó a disminuir la fuerza del viento.