Amurrio - La calle Frontón de Amurrio va por la cuarta semana de obras de los once meses en los que está fijado el plazo de ejecución del proyecto que, por casi 848.000 euros, le someterá a una reforma integral. Un nuevo diseño que persigue adaptar este céntrico vial a los criterios del Plan de Movilidad municipal, y del que ya se empiezan a intuir los cambios, sobre todo, en lo que a circulación rodada se refiere. Y es que, una vez culmine la intervención, que dada su complejidad, cuenta con ayuda del Plan Foral de Obras y Servicios, el tramo en el que han comenzado los trabajos (el que va desde la confluencia con la calle Elexondo hasta el frontón municipal, a la altura del tramo que comunica con Mesón de Armuru) será exclusivamente peatonal, al igual que ocurrió tras la urbanización de la calle Larrinaga, situada de forma paralela al otro margen de la plaza Juan Urrutia.
De esta forma, quedará destinado al tráfico de vehículos, y en sentido único, el tramo en forma de L comprendido entre las calles Mesón de Armuru y José de Madinabeitia, al que también se dotará de aceras a ambos lados. Asimismo, hay proyectadas dieciséis plazas de aparcamiento en línea que se distribuyen a lo largo del tramo desde Mesón de Armuru hasta el frontón en el lateral derecho y desde el frontón hasta la conexión con la calle José de Madinabeitia en el lateral izquierdo.
Todos los elementos de la calle Frontón, es decir, tanto aceras y zona peatonal como calzada, conexión entre los cruces de unión de viales con otras calles y aparcamientos, se proyectan al mismo nivel, lo que eludirá cualquier tipo de barrera arquitectónica.
En este mismo sentido, otra tarea destinada a garantizar la accesibilidad consistirá en resolver los encuentros con la aledaña plaza Juan Urrutia. Para ello, se mantendrán las escaleras existentes a los dos lados de la plaza que comunican con la calle Frontón, pero entre ambas escaleras se creará una rampa, con un 6% de desnivel, por detrás de la escultura de Juan Urrutia y acompañada de una zona ajardinada.
“Esta obra va a suponer un antes y un después en la mejora de la movilidad del centro urbano, en tanto que supone adaptarse para garantizar que las personas con movilidad reducida accedan a un mayor número de servicios y que les resulte más fácil en su día a día. Esto ayuda en el objetivo de seguir construyendo un Amurrio sin barreras arquitectónicas”, explica la alcaldesa, Josune Irabien. - A. O.