vitoria - Hay quien antepone un mal acuerdo a un buen juicio y a quien no le queda otra salida que recurrir a un litigio para librarse de un acuerdo envenenado. Este es el caso de una vecina de Vitoria que, tras pactar con su expareja su desaparición del contrato hipotecario que ambos suscribieron con el BBVA, finalmente tuvo que recurrir a la Audiencia Provincial de Álava para que el juez le dejara fuera de los compromisos bancarios que aún mantiene a pesar de no ser cotitular de la propiedad. El objetivo de la demandante consiste en quedar libre de ataduras para poder acceder a una vivienda protegida.

La sentencia emitida por la sección primera de la Audiencia Provincial deja sin efecto una resolución anterior emitida por el Juzgado de Primera Instancia número 3 y establece que la ex pareja de la mujer debe formalizar cuantos documentos sean necesarios con la entidad acreedora para liberar de la condición de prestataria en el préstamo suscrito por ambos con tal entidad en 2007 para la adquisición de la vivienda.

En 2011, ambos acordaron poner fin a la hipoteca que mantenían en común y convinieron en que él asumiría la totalidad de la propiedad del inmueble, estipulando expresamente que quedaría como único obligado frente al banco, liberando a la mujer de todos los compromisos. A partir de ese momento, él hizo frente a la totalidad de los pagos del préstamo , aunque en el mismo siguió figurando como prestataria su expareja. Por mor de esta obligación, ella no podía acceder a la propiedad de un inmueble de protección oficial, de modo que la sociedad pública Alokabide le ha arrendado una vivienda de protección oficial en régimen especial.

El litigio entre ambos ha girado en torno al concepto de “liberación”, ya que el apelado mantiene que afecta únicamente al pago de la cuota hipotecaria, mientras que la recurrente sostiene que atañe a todo el compromiso en general. Una interpretación que conllevará gastos, ya que la modificación de la hipoteca acarreará pagos notariales y un cambio de las condiciones del préstamo que tendrían que ser aceptadas y asumidas por el nuevo prestatario. - A. Burdain