locomotora. El viento ha jugado una mala pasada estos días a esta locomotora de castañas, que a punto ha estado de darse una ídem y venirse abajo en mitad de la calle. Afortunadamente para el castañero, la cadena de sujeción -y el árbol- eran suficientemente robustos para evitar que la locomotora acabara descarrilando, para disgusto de los amantes de las castañas de esta calle de la capital alavesa. Foto: Josu Chavarri
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