VITORIA ? Los planes del Ayuntamiento de Vitoria manejan las fechas de finales de verano o inicio del nuevo curso para la entrada en funcionamiento del centro cívico de Zabalgana y la programación de actividades en sus instalaciones. Así se pronunció ayer la teniente de alcalde, Itziar Gonzalo, en la comisión de Urbanismo ante las preguntas del PP y EH Bildu sobre el retraso en la construcción. “Estaríamos hablando de que, si no es en verano, como muy tarde, en septiembre”, los vecinos empezarán a disfrutar del edificio que completará la red de equipamientos en los barrios.

Empiezan a atisbar los residentes y usuarios directos la recta final de este asunto, aunque no quiso aferrarse ayer Itziar Gonzalo a lanzar una fecha concreta y exacta sobre la hipotética apertura de puertas. Sí que parece que, tras varios retrasos que fijaban la finalización de obras este mes de diciembre y en marzo ya del año próximo, la fecha definitiva será, como se había anunciado, el próximo 23 de abril “e incluso afinando mucho podría ser el día 21”, esbozó la edil, aunque se aferró a la “complejidad” de esta fase de los trabajos en los que hay que “simultanear” varias acciones para avanzar en el ritmo correcto. Se comprometió también Gonzalo a presentar un “detallado cronograma” con todas las fechas y plazos al tiempo que también se pronunció respecto a la necesidad de mantener informados a los vecinos de la evolución de las obras en esta recta final.

Las causas de este nuevo retraso que lleva las obras hasta el 23 de abril hay que buscarlas en la adecuación de las instalaciones a unas nuevas directivas procedentes de la Unión Europea, y de obligado cumplimiento, en aspectos como climatizadores, recuperadores de calor, gases fluorados y detección de incendios. Estas regulaciones que empezaron a ser obligatorias en enero del año pasado y el presente en curso y que han supuesto tener que recurrir a la fórmula legal del modificado para ampliar ese plazo añadido y contemplar en el proyecto las nuevas mejoras con las que debe contar el centro cívico del gran barrio del oeste de la ciudad.

Aún concluyendo las obras en la fecha del 23 de abril, se abrirá después un periodo de otros dos meses en el que comprobar que no haya defectos que arreglar derivados de la etapa de construcción. Este calendario llevaría finales del mes de junio antes de proceder a la recepción de la obra. Para evitar alargar durante más tiempo “se tramitó de manera anticipada el expediente referido al equipamiento”, concretó Gonzalo, como medida para ganar tiempo y permitir su más rápida apertura. Sin embargo, de cumplirse estos plazos para estar abierto en esas fechas, todo apunta a que los vecinos no podrán disfrutar de las actividades que se programan para los meses veraniegos y será ya en el calendario del curso 2017-18 cuando figure la opción de apuntarse e inscribirse en el último centro cívico que resta por inaugurarse para rematar la red de centros. “Nuestra intención es que puedan disfrutar de él cuanto antes los vecinos, pero hay que ser realistas y no vender humo”, concretó Gonzalo en su intervención.

Esta recta final de los trabajos y los sucesivos retrasos motivaron las críticas de los grupos del PP y EH Bildu. El representante de la formación abertzale Aitor Miguel criticó que no se hubieran detectado estos cambios de normativa en el momento de la firma del contrato, en febrero de año 2015. “Se debería haber reflejado en aquel entonces como una previsión para introducir ese modificado con tiempo de antelación, lo que hubiera permitido terminar la obra en el plazo inicialmente estipulado”, concretó. También con dureza se expresó el popular Miguel Garnica, que recordó cómo la “única obra en marcha de la ciudad” arrancó durante el mandato de Javier Maroto y “siguiendo nuestros plazos, el centro cívico ya estaría terminado y en funcionamiento”, censuró el edil, quien aludió al modificado como “la manera de vestir bonito el retraso de la obra”, terminó. l